miércoles, 31 de agosto de 2011

Las emociones que brinda Don Benedicto

Un montón de gente. Gente emocionada. Gente satisfecha. Gente y más gente.
            Sale un muchacho que domina la pelota, y con veinte años  puede ganar diez o veinte millones de euros al año sin que nadie le pida que los reparta. Su virtud es correr como el que más dentro de un campito, conseguir que no le quiten la pelotita o quitársela a su contrario, seguir corriendo y meter el balón dentro de un marco de madera con una red para que la cosa se quede ahí, la agarre el portero y se la pase a otro para que corra, no se la quiten y la meta en el marco del otro lado. Y la gente se emociona, vibra, disfruta, grita, y si se cuadra se pegan o se pegan sin que se cuadre. Echan al medio a un árbitro para que gobierne el entuerto y cuando se equivoca, los espectadores-creyentes, lo putean, o lo putean aunque no se equivoque. Entorno al fútbol se mueven millones y millones de euros y de dólares y de pesos, y millones y millones de personas-creyentes se gastan los euros, los dólares y los pesos que no tienen, todo para cubrir sus necesidades emocionales. Aquí nadie discute el dinero público que se emplea en cerrar calles y meter montones de policías en ellas para que no se maten por los colores ni destrocen todo lo que encuentren. Luego se limpia y se reparara lo roto y nadie pide que ese dispendio lo sufraguen los equipos que generan esas emociones.
            El Papa don Benedicto vestido de blanco y con zapatitos rojos es a la vez el árbitro de los católicos y la estrella de su equipo. Algunos lo putean en su condición de árbitro y la mayoría lo aclaman  como estrella; tanto lo que lo putean como los que le aplauden son emocionados espectadores-creyentes. Los creyentes-ateos le critican el lujo y los creyentes-católicos veneran su santidad.  Los creyentes-ateos-antipapas se organizan emocionados para pedirle que cumpla lo que debería cumplir según ellos y reparta las riquezas entre los necesitados, y los otros se emocionan, vibran, disfrutan, se conmueven y con ello cubren sus necesidades.  Los organizados-contras siempre se juntan para repartir lo ajeno; lo suyo no. Se duelen porque se gaste dinero público en limpiar las plazas y en pagar horas extras a los policías que tratan que el piadoso gentío no se alborote más de lo asumible. Pero a los organizados-contras lo del fútbol, lo de la Lady Gaga o las Procesiones del Orgullo Gay les parece de cojones, aunque se gaste en limpieza y en policías más o menos lo mismo del dinero de todo y con más asiduidad. Se trata de respetar a todo el mundo, excepto claro está, a aquél que piense distinto o tenga creencias diferentes.
            “Yo no te espero”; ya, pero es que don Benedicto ni es tu invitado ni viene a verte a ti, sino a su hinchada que también tienen derecho a su ídolo para cubrir sus necesidades emocionales; y si es posible que le firme la foto.

 ¿Ello en qué se diferencia con los energúmenos futboleros; con los exaltados patrioteros; con los orgullosos homosexuales, transexuales, bisexuales, y con los acólitos del famoseo?

 Barcelona a 31 de Agosto 2011.- ruben romero de chiarla

martes, 30 de agosto de 2011


MERCADO Y DEMAGOGIA


            El Mercado además de ser una cosa inconcreta que ni dios sabe qué carajo es, ni cómo y porqué funciona de la manera que parece que lo hace, ni nadie se toma un respiro para intentar explicarlo, es el culpable de todos los males y causante de la crisis que nos estruja.

             Zapatero no hace lo que el pueblo pide y necesita, sino lo que le dicta el Mercado. Se reforma la Constitución porque lo exige el Mercado. Se sube o se baja el tipo de interés porque lo requiere el mercado. Se financia a los bancos para salvar al Mercado. Se reforman las leyes laborales para  satisfacer al Mercado. La prima de riesgo país la impone el Mercado. La televisión es una mierda porque es lo que pide el Mercado. La Banca es el Mercado o parte del Mercado; el capitalismo es el Mercado, el Mercado chino comunista es el Mercado. El Mercado manda y los políticos obedecen.
           
             El Mercado es el Mercado y mi escroto está irritado.

Muy bonito.

 ¿Pero hay alguien ahí que tenga una idea para mandar al Mercado al carajo?

¿Alguna pauta para financiar la deuda pública y privada fuera del mercado?

¿Hay Estado de Bienestar sin Mercado o sin deuda?

 ¿Hay alguien que preste sin garantías de que le devuelvan o le paguen unos intereses astronómicos que compense el riesgo en perder lo prestado?

Y entonces….?


                        Barcelona a 30 de Agosto del 2011.-  Ruben Romero