jueves, 26 de marzo de 2015

EL AVIÓN CAÍDO


 

Nosotros los humanos progresamos constantemente en los logros técnicos y materiales. Cada vez conseguimos hacer mejor las cosas, los coches, los aviones, los trenes, los barcos… Si nos fallan buscamos a uno de nuestros congéneres que haya tenido algo que ver sobre el funcionamiento de la cosa fallida para exigirle responsabilidades y para que escarmiente. Nos exigimos eficiencia y suficiencia en la generación de las cosas con las que nos rodeamos, de las cosas que nos servimos. Nos exigimos los unos a los otros ser racionales, lógicos, justos, equilibrados, elegantes y amables. Pero no somos capaces de comprender los desequilibrios emocionales; esto es, creo, una contradicción vital humanamente insuperable. Cualquier pensamiento humano sano nos proyecta contra nuestro prójimo: nuestros hijos, nuestros padres, nuestros hermanos,  nuestros amigos, nuestros conocidos, y hasta nuestros enemigos, contrincantes y adversarios. Somos sociales, dependemos de los demás tanto para que nos quieran como para que nos ignoren, pero somos con los otros, somos con los nuestros. Parece ser que el copiloto de avión que cayó en los Alpes franceses con ciento cincuenta seres humanos dentro, dirigió conscientemente el aparato a la destrucción total. Según dicen estaba bien formado en escuela idónea para la profesión que desarrollaba, era un ser humano apto, y en un instante algo se le rompió dentro de sí y los mecanismos de control emocional le abandonaron junto con los principios racionales básicos, y dejó de ser un semejante convirtiéndose en un solo absoluto. Cómo entenderlo. Cómo compadecerle por su desgracia y la propagada. A quién responsabilizamos. Cómo resignarnos a nuestra debilidad. Pero hemos de seguir confiando los unos de los otros; no hay otra opción.

Barcelona a 26 de marzo del 2015. RRCH

jueves, 19 de marzo de 2015

VENEZUELA Y LA VENGANZA DE LOS POBRES.


 

En los países iberoamericanos, y Venezuela es uno de ellos,  la población suele dividirse en el ochenta por ciento y el veinte por ciento, más o menos. En Europa pasa lo mismo pero con diferentes porcentajes que ya es mucho. Allá el ochenta son pobres y el veinte más o menos ricos, clase media no suele haber y si acaso está en el veinte. La diferencia esencial entre pobres y ricos son las expectativas de futuro. Un pobre cuando se levanta por la mañana sudando si hace calor y con la piel de gallina si hace frio, da una vuelta por si encuentra algo para echarse al buche, si tiene un poco de azúcar o limón se cepilla los dientes, con instrumento o con los dedos. Le pasa la mano al espejo para aclararlo, se muestra los dientes, se fija en cómo prosperan las caries moviendo con la lengua  las piezas que le quedan. Piensa que ya se los arrancará cuando el dolor sea insoportable, apuro no hay para comer chupando. Busca un papel que sobre o lo quita de dónde puede para limpiarse el culo. Luego se pasa la mano por los sobacos y la entrepierna, y se la huele. El agua hay que buscarla fuera, moja un trapo y se lo pasa por el cogote, los sobacos y la entrepierna, se mojan el pelo, se peinan y  sale a ver qué sale hoy. Si tiene hijos los mira de refilón fijándose si ya echan pelos para que pueden ir a buscarse la vida y traer algo a casa. Le gustaría que acabaran aprendiendo a leer de corrido y escribir clarito, y si acaso que hallen  un trabajo que dure un tiempo, si es a la sombra mejor y si es sentado un lujo. La mujer pobre lo tiene peor por su género, porque además tiene que cuidar no quedar preñada al tiempo que su hombre esté contento, de lo contario, el reproche por una cosa o su contraria de él puede desfigurarle la cara, él que tiene mucho carácter y habla poco. Si los niños piden, hoy no hay pero igual mañana sí. Mañana. Los pobres tienen la perspectiva del día, y los más apañados del siguiente. El rico se levantan por la mañana calentito si hace frio fuera  y fresquito si hace calor, se lava los dientes pensando en otra cosa, hace buches, se afeita, se da masajes faciales, se ducha con agua abundante y calentita, con champú y suavizante, se da crema corporal, se perfuma, se secan el pelo con aparato eléctrico, y desayuna sentado con leche, café, jugos de frutas, tostadas, mermeladas, mantequilla… Vigila que los niños estén bien dispuestos por el servicio doméstico, ya desde antes que hayan nacido tiene resuelto qué serán de mayores, qué colegios, qué universidades, qué barrio, qué familia, con quién mejor los nietos…. Sale en coche desde el garaje, las puertas se abren a distancia apretando un botón, llega a la oficina, el despacho, o el centro de negocios y es recibido por sonrisas brillantes que le tratan de señor. La mujer rica puede optar por su desarrollo profesional, por su desarrollo personal, o compaginarlo, y si vienen mal dadas tiene la institución del divorcio, con abogados, tribunales y mucho que repartir en negociaciones sin prisas muy civilizadas. Los pobres y los ricos no se juntan, se utilizan los unos a los otros, unos como sirvientes y los otros como mandantes, los primeros van subsistiendo y los segundos planificando el futuro a largo plazo. Los dos grupos tienen sólidos  principios morales distintos y solo para los suyos, los otros no existen en ese orden de cosas.  Claro que si al ochenta por ciento que son más que el veinte, le comienzan a decir de forma insistente que existen, que pueden votar, y que voten al gobierno que les defenderá, y si se lo acaban creyendo y además le dejan: se afanan en la venganza. Y una parte de éstos se emplean instintivamente en joder ricos, le ponen una pistola, escopeta o cuchillo cerca del gañote, le suben a una camioneta, se lo llevan y para soltarle le sacan a la familia todo el dinero que puedan. Si no pagan le pegan un tiro en la frente como si matarán a una oveja  y le dejan en un descampado. La otra parte mayor de los pobres si se les da la posibilidad de adquirir comida y cosas a precios bajos, hacen las colas que sean precisas, acumulan los alimentos y cosas de primera necesidad, y que los ricos vayan a sus barrios pobres a comprar pagando dos o tres veces más que lo que a ellos les costó. La desgracia está en que la fiesta siempre tiene un fin, y desde que empieza hasta que acaba los pobres siguen siendo pobres y los ricos siguen siendo ricos. Si acaso, algún pobre, los pocos que aprendan a capitalizar el producto de las fechorías, se cambia de bando, se compra una casa de trescientos o quinientos metros cuadrados que llena de muebles brillantes y aparatos de última generación para que se vea, se viste de caro sin ton ni son, y aprovechando a los amigos pobres para hacerse servir se convierte en rico respetable y al poco tiempo entra en al club. Los ricos siguen siendo ricos lamiéndose las heridas de la fiesta, y contactando entre ellos para vengarse lo antes posible con la máxima contundencias, porque además ahora tienen razones para propagar la campaña buscando y hallando apoyo internacional para  sacarse el pobrerío de encima por el medio que sea. A muy pocos les interesará conocer las causas que produjo el enfrentamiento para incidir sobre ellas, los que más atacarán los síntomas haciendo desaparecer el efecto, o matando perros para acabar la rabia. La rabia.,. El petróleo… La desigualdad… La injusticia… Los ricos y los pobres…        
                     Barcelona a 19 de Marzo del 2015.-  RRCH

lunes, 16 de marzo de 2015

ARTURO PÉREZ REVERTE


 

La apreciación que hace este escritor sobre el analfabetismo de la ciudadanía española trascendiendo el mero sentido restrictivo de no saber leer y escribir, y centrándose en el desconocimiento que de su propia historia una mayoría padece, es a mi juicio una crítica merecida por sus destinatarios. Lo que ya no parece tan justa es la comparación que hace de España con Francia, presentando a esta última como la meca de la sabiduría y a los españoles como enfangados en la vileza y la incultura por no haber recibido las reformas napoleónicas con alborozo. Es cierto que quien no conoce la historia, y muy especialmente la de los siglos XVIII y XIX, difícilmente sabrá de dónde viene y a dónde va, y generalmente con tales carencias posiblemente no les importe ni una cosa ni otra, y ello contenta y acomoda a las clases políticas dirigentes. Seguramente los tiranos son paridos por sociedad sometida al aborregamiento cultural.  Sin dudas que la modernización de la sociedad europea se gestó en la revolución francesa y ésta se produjo en Francia, aunque no es menos cierto que una década antes se experimentó en Norte América y el estallido de París fue resultado de mucha injusticia y hambre, calamidades de las que fueron responsables la nobleza y el clero y de las que bien supo aprovecharse la burguesía. El enfrentamiento franco-británico que las castas dirigentes de estas naciones expandieron luego fuera de Europa no nos han dejado precisamente un mundo mejor, ni tales acciones son dignas de aplauso, aunque posiblemente si España hubiera aprovechado aquel tirón pudo haber exportado muchos pobres tras el olor de la pólvora. Poco después de acabadas las gestas napoleónicas Francia se apoderó de Saigón, Camboya, Cochinchina,  Annam,  Tonkin y Laos; y cien años después acabaron los norteamericanos la guerra de Vietnam que traía causa de aquél siglo XIX. No parece que aquella gente tenga buen recuerdo y buen presente de los herederos del enciclopedismo y la ilustración europea.  Paralelamente la India cayó bajo la Compañía Británica de las Indias Orientales, Sudáfrica pasó de los holandeses a los británicos, y luego éstos se metieron en Palestina. Y no parece que aquellos navegantes admirados por el Sr. Pérez Reverte hayan dejado una impronta de humanismo en aquellos lares, que aún se desangran. Me gusta la idea del Sr. Pérez Reverte sobre el patriotismo cultural, aunque no sé a qué Patria se apunta ni qué Cultura defiende.

Barcelona a 16 de Marzo del 2015.- RRCH

jueves, 12 de marzo de 2015

Morenés, el machito.


 

Ayer en el Congreso de los Diputados,  el ministro de defensa actuó frente a la diputada de UPyD Doña Irene Lozano, con la misma prepotencia, sentimiento de impunidad, abuso de poder y trato degradante, que el infame coronel  ante la comandante Zaida Cantera. Estos hombrecillos siempre encuentran parapetos en el que esconder su villanía. La Sra. Lozano a ojos del menos observador, estaba defendiendo la dignidad y el buen nombre del ejército, igual que la Sra. Cantera. Quienes actúan con bajeza moral porque no tiene mayor estatura son esos ministros y coroneles, huérfano de los más elementales principios estéticos, de la ética están capados. No solo ensucian la dignidad del ejército que sin dudas cuenta con una inmensa mayoría de personas decentes y valientes, ensucian también la imagen del género masculino. Menos mal que nos quedan mujeres como Irene y Zaida. El “excelentísimo” Sr. Morenés pronto saldrá corriendo con la cola entre las patas para integrarse en una empresa fabricante de armas, a dónde fue después de ser secretario de estado de Aznar y de donde vino cuando Rajoy le rescató, y todavía nos quedarán mucha Irenes , Zaidas  y muchas otra personas de bien; para combatirles.

Barcelona a 12 de Marzo del 2015. RRCH