viernes, 27 de octubre de 2017

DESTINO: MELANCOLÍA


Si algo claro se puede extraer de la actitud intermitente (ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no…) del Sr. Puigdemont, es, por un lado, saber que el pobre hombre es rehén de las fuerzas contrapuestas que le designaron como presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña. Haga lo que haga, al menos para un grupo de los que le sostienen siempre será un traidor y ya se lo han gritado. Por otro lado, quien ha querido verlo ha podido conocer que el fondo en el que se debía sostener la viabilidad económica de la independencia siempre fue falso. Falso que la Unión Europea recibiría a una Cataluña independiente; falso, que los países europeos reconocerían a una Cataluña independiente. Falso, que las entidades bancarias se pelearían por estar en Cataluña: se han ido con el mero anuncio de declarar la independencia. La falsedad del fondo se sostuvo apostando por la mitad de la mitad de la verdad, es decir, pudiendo ser medio cierto que el gasto de Cataluña por estar en España era excesivo, era radicalmente falso que los ingresos de Cataluña fueran los mismo siendo independiente que siendo parte de España, tan falso como que se han ido más de un millar y medio de empresas a territorio español más garantista de sus derechos y con sus finalidades económicas. Si ahora se hicieran las mismas cuentas que se hicieron para iniciar el proceso independentista, los números de las sumas y las restas serían otros muy distintos, tan distintos que, con los de ahora podría resultar que quién pagara más de lo que recibe de Cataluña fuera España. Y en el improbable supuesto que los catalanes independentistas estuvieran todos dispuestos a ser mucho más pobres a cambio de ser independiente, también, quien haya querido ha podido ver, que las fuerzas políticas que se han unido para instar la independencia, una vez ésta fuera conseguida se sacarían los ojos entre sí, dado que es imposible que la burguesía independentistas haga migas con una izquierda radical nacionalista que en coherencia consigo mismo pretende separa a esa Catalunya de la Unión Europea  y consecuentemente quitarle el poder económico a la burguesía. De ahí, que la parada próxima será la melancolía con 155 o con otra cosa.

Barcelona a 27 de Octubre del 2017. RRCH

lunes, 23 de octubre de 2017

EL 155, Y QUÉ MÁS?


La aplicación del Art. 155 de la Constitución, en el supuesto que se aplique de forma razonable, y en el supuesto también, que aplicado de forma razonable sea eficiente; lo será para detener los efectos presentes de la dinámica separatista, pero no parece que sirva para resolver la conflictividad que dio origen a la dinámica separatista actual.

El remedio constitucional puesto en marcha, en el mejor de los supuestos, servirá para neutralizar los síntomas. Si acaso, para retrotraer los efectos legales a antes del 6 de septiembre en que se comenzaron a promulgar en Catalunya leyes inconstitucionales, pero no parece que se solvente el enconamiento mediante unas elecciones y nada más. En tales elecciones pueden pasar dos cosas, una que exista una mayoría nacionalista separatistas, y la otra que surja una mayoría no nacionalista y no separatista, en ninguno de los dos supuestos ganará una de las opciones por más del 65%, será algo así como ha sido: 48/52 o 52/48.  Si ganan los nacionalistas-separatistas estaremos en el mismo lugar que estamos ahora, y si ganan los contrarios estaremos más o menos como estábamos cuando todo esto empezó. Reculamos un par de años o reculamos diez, pero no estamos resolviendo el origen del problema.

En todo este embrollo el único partido que ha puesto una pizca de ilusión hacia una solución ha sido el PSOE, con la propuesta de reforma de la Constitución; ahora bien, es tan poco lo que ha puesto que ni se nota. Es evidente que la cuestión territorial de España se ha de resolver con una modificación de la Constitución, pero alguien alguna vez, tendrá que decir qué reforma propone; qué preceptos quiere reformar; cuál es el nuevo redactado que sugiere, si la reforma se encamina solo para solventar los problemas en Catalunya o está pensado para evitar nuevos problemas con otros territorios al margen del catalán. La reforma puede ser para centralizar más a España o para descentralizarla. La reforma de la constitución puede ser un remedio o exactamente todo lo contrario. Las ambigüedades en tiempos de choque suelen no servir para nada, porque nadie se las cree o cada cual cree lo que mejor vaya a sus criterios propagandísticos. Ha habido tiempo de sobra para poner encima de la mesa un anteproyecto de reforma constitucional, nadie lo ha hecho. Está bien que se diga, vamos a hablar de la reforma de la Constitución, pero el primero que tome la palabra en tal caso, tendrá que decir qué propone él; el texto no surgirá de juntar frases en el juego de la guija previo contacto con los espíritus.

Barcelona a 23 de Octubre del 2017.- RRCH

jueves, 19 de octubre de 2017

¿CÓMO ESTAREMOS CUANDO PARE?


 

Es rigurosamente cierto que siempre que llovió paró. La incerteza está en cuánto durarán los aguaceros y cómo quedará el terreno después y la gente que lo vive. Cataluña/Catalunya. El Sr. Puigdemont ya no sabe cómo presentarse, si es el presidente de la Generalitat, Comunidad Autónoma de España, o si es el presidente de la República Catalana en suspensión. Como presidente de la Generalitat, y por tanto representante en Cataluña del Estado español ha dicho que no declaró la independencia porque eso lo ha de hacer el Parlamento Catalán y que por tanto no se aplique el Art. 155 de la Constitución, y como presidente de la República Catalana en suspensión, dice que asume el resultado del referéndum -ilegal y anulado por el Tribunal Constitucional de España-, y que en aplicación de las leyes catalanas -nulas-, pueden declarar la independencia cuando les parezca y les apetecerá si se aplica el Art. 155 de la Constitución. El pobre hombre trata de hacer compatible una cosa y su contraria, pretendiendo que los separatista que ha creado se contenten con la ambigüedad y de paso al Gobierno de España le salgan contrincantes como el doctor Iglesias que ve muy malo que se apliquen los mecanismos constitucionales, muy malo que se intente reformar la constitución, pero no ve tan malo que el pobre Puigdemont reivindique una legalidad en suspenso  a la que le da preminencia sobre  la legalidad de todos los españoles que no está suspendida. Para el dotorcito, como el PP es corrupto y está en el gobierno, el Estado no tiene legitimación para parar a Puigdemont, aunque nada dice de la corrupción pareja que infectó y mantiene infectado al partido de Puigdemont. De paso, el dotorcito trata de erosionar al PSOE, ya Pedro Sánchez para él es un cómplice de los corruptos peperos. Él, como Puigdemont defienden el diálogo, pero ninguno de los dos dice de qué se ha de dialogar, aunque al parecer sí que tienen claro de qué no. No se ha de dialogar sobre la modificación de la Constitución ni tampoco de la aplicación de la que tenemos, al parecer para ellos solo basta con ignorarla. Sí, se les ha de reconocer a los separatistas y al dotorcito -que se autodenomina de izquierdas junto con la Sra. Colalu que no se autodenomina y el Sr. Junqueras que juega al escondite-, que hayan conseguido diseñar -en directo favor a la derecha más corrupta o al menos igual de corrupta que la de allá-, una suerte de sucedáneo izquierdista que reniega del internacionalismo, la solidaridad entre las personas, y la división de poderes. Para ellos los Jordis fueron encarcelados por el Gobierno, a la juez que dictó el auto de prisión no la cuestionan por considerarla un mero instrumento del gobierno, y los Jordis son presos políticos. Eso de congregar un montón de gente gritando y rompiendo coches de la Guardia Civil para impedir que se hiciera una entrada y registro con mandato judicial, o impedir que la comisión judicial saliera de allí con lo recogido en la entrada y registro, no es un hecho penalmente relevante ni reprobable. Los separatistas han sustituido las iniciales razones para independizarse por las que les van dando los nuevos acontecimientos con las chapuzas de los otros.  La cosa empezó por aquello de que “España nos roba”, argumento que salía de hacer cuentas sobre la generación de riqueza por parte de las personas físicas y jurídicas domiciliadas en Catalunya, en contraposición a lo que ellos consideraban que debían recibir en conjunto desde un criterio territorial. Solo con el anuncio de la independencia ya se han ido más de ochocientas empresas y bancos a domiciliarse fuera de Cataluña, y de las grandes. De esas que el Sr. Más decía que se iban a pelear para estar aquí. Entonces han tenido que hacer borrón y cuenta nueva, no vaya a ser que haciendo las cuentas de antes salga un saldo negativo, que sin duda saldría, con el consecuente empobrecimiento de los catalanes afanados en ser más ricos; y para que siga lloviendo hay que construir un nuevo relato sobre las chapuzas del PP y de la Fiscalía. Dado que es verdad que si la Fiscalía no hubiera instado la prisión los Jordis estaría dando gritos en la calle aplaudidos por los suyos, puesto que la juez no hubiera podido acordarlo; aunque pidiéndolo el fiscal, la juez pudo no acordarlo. Todas las razones que el independentismo esgrimía antes del 1 de octubre pasado han quedado en aguas de borrajas, las nuevas razones se hallan desde el 1 de octubre para aquí. Falta que los independentistas se pregunten en cuanto tengan un rato para hacerlo: ¿Qué queda como fundamentación del procés desde su inicio hasta el sábado 30 de septiembre del 2017? ¿eh?

Y la cuestión de la desafección a España que supuestamente ya no se recuperará por mucho tiempo entre los catalanes, ¿a qué se refiere?, ¿a más o menos la mitad de los catalanes que han abrazado la independencia o a la mitad de catalanes que no la quieren? ¿No es posible que esta mitad refuerce la afección y aquella se lo piense? En ocasiones se comienza a apreciar lo que se tiene momento antes de que se concrete el riesgo de perderlo.

Barcelona a 19 de octubre del 2017. RRCH

viernes, 13 de octubre de 2017

Reforma CONSTITUCIONAL


Está bien que con ocasión de lo que acontece actualmente con el separatismo catalán, se hable de reformar la Constitución. Ahora bien, dicha reforma no se ha de centrar ni en satisfacer a los separatistas ni en perjudicarles, sino en encauzar lo más democráticamente posible las discrepancias entre comunidades autónomas o territorios históricos. El nacionalismo separatista de España como el nacionalismo centralizador español no va a desaparecer nunca, ni falta que hace. En las dos opciones nacionalistas existe más o menos un 5 o 10 por ciento de la población, el resto que se suma a un bando o a otro es nacionalismo de bolsillo o de ocasión. El nacionalismo de bolsillo nace de la exitosa manipulación que los nacionalistas de verdad hacen cuando consiguen inocular en ese otro porcentaje más grueso con medias verdades y auténticas mentiras, la creencia que, estarán mejor económicamente aprovechando la ocasión. Los auténticos separatistas son aquellos que asumen que con la separación estarán muchísimo peor los primero veinte años, luego ya veremos, y que ese es el coste para hacer patria, pero como saben que diciendo toda la verdad no tendrá apoyo lo intentan a costa de los que sea, y los otros también. Ninguno de los dos bandos expone qué será “lo que sea”.  Los separatistas catalanes tipo Rufián y Tardá no les va a interesar nunca una reforma de la Constitución, ya lo dicen, ellos quieren aprovechar la farsa del referéndum del 1 de octubre para “negociar” de igual a igual con el Estado porque para ellos ya tiene otro Estado a la misma altura que el español y lo que quieren es que se le pongan las cosas fáciles cediéndosele una parte del territorio de España con sus infraestructura para luego ellos pelearse entre sí y conseguir dividir a la mitad de los catalanes que hoy gritan por la independencia. La CUP y parte de los de Esquerra Republicana son incompatibles con los de la antigua Convergencia del tres por ciento y la parte pequeño-burguesa de los de Esquerra. Su unión para la independencia es instrumental, como todo lo que hacen. Si ahora no sabemos si declararon la independencia o no, es fruto de una ambigüedad calculada. Es el resultado de ver que lo esperable para después se les adelantó a la declaración de independencia, y ello lo patentizó el cambio de domicilio social de la mitad de las empresas sobre cuya productividad (PIB catalán) construyeron el “España nos roba”. Así como Pascual Maragall descubrió después que el Estatuto fuera declarado inconstitucional, que antes se debió modificar la Constitución, el Sr. Mas descubrió una horas antes de la prevista declaración de independencia, que Catalunya no estaba preparada para una independencia real, para una de verdad. La nueva versión del Sr. Más es de risa si no fuera por la cantidad de frustración generada, un señor que se llenó la boca diciendo que estaba todo preparado, que los bancos se pelearían por estar en Catalunya y que todos seríamos más ricos, es menesteroso que unas horas antes se dé cuenta que para ser independiente se ha de poder controlar el territorio y que luego lo reconozcan los demás.   A ningún nacionalista separatista (vascos o catalanes) les interesa que exista en España una Constitución que permita que ellos hagan un referéndum legal con arreglo a la legalidad y en igualdad de armas, están segurísimos qué lo perderían. De interesarles ya lo habían propuesto, en tanto que el Art. 87.2 en relación con el Art.166 de la carta magna ya les permite que lo propongan. Hasta hoy, tampoco ningún partido político lo ha propuesto. Y desde los partidos PP-PSOE no lo han hecho porque solo están pensando en vascos y catalanes, y no quieren tener problemas con los andaluces, canarios, gallegos, valencianos y castellanos. El sí pero no y el no pero sí, no es patrimonio exclusivo de los separatistas, es algo compartido por todos, especialmente por el PSOE y el PP. Nadie ha propuesto una reforma con cara y ojos, es decir: nadie ha puesto sobre la mesa un texto articulado sobre el qué trabajar, todos esperan que lo haga otro para ponerse en contra y alimentar discusiones peregrinas con destino a ninguna parte, o decir algo que parezca distinto para que todo siga como ésta. Podemos y Colau se han parapetado en la indefinición, una ambigüedad pendular: somos, pero no somos, ya veremos qué seremos. Ciudadanos hace gestos de echarse al monte para ver si caza votos solo con la bandera española.

 A los separatistas se les ha de dar una posible salida, que naturalmente rechazarán, ahora bien, con ello se quedarán solos los auténticos, que perderán a todos los de bolsillo, que son la inmensa mayoría.  Es muy democrático añadir al Art. 2 una cláusula excepcional que permita un referéndum siempre que así lo acuerde el parlamento autonómico en cuestión, con el voto de dos tercios, y que ese referéndum permita la salida de España si así lo quiere la mitad del censo electoral del territorio que se quiera ir, más un ciudadano; sabiendo a qué se enfrentan. Esa reforma constitucional es necesaria, primero porque no se puede impedir que una mayoría de una población, aunque sea simple, se vea obligada a permanecer en una organización estatal a la que no quiere pertenecer; segundo, porque parece evidente que quien quiera crear una patria nueva cuente al menos con el apoyo activo de la mitad más uno de sus ciudadanos, y tercero, porque al resto no se le puede obligar a que viva permanentemente con una parte del territorio en continuo conflicto. Ahora bien, ese referéndum no puede hacerse cada dos por tres, de ahí que cada 20 años parece razonable. Puesto a reformar, también se debería establecer claramente qué competencia tiene el Estado y cuáles las Comunidades Autónomas, y ello sin perjuicio que a las actuales Comunidades Autónomas se les cambie de nombre por el de Estados Federados u otro. El Estado (central) debería tener al menos, como competencias exclusivas: las relaciones exteriores, el ejército, las redes ferroviarias nacionales, autopistas, autovías, puertos, aeropuertos, espacio aéreo, aguas territoriales, seguridad social, pensiones, sanidad, el Código Penal y su aplicación, y, muy especialmente los planes y temarios educativos desde primaria hasta la universidad. Puesto a reformar se debería reformar la forma de reformar a la Constitución, es decir modificar el Art. 168 que tal como está, implica hacer referéndum dos veces y con uno parecería suficiente. Está bien que para reformar la esencia de la Constitución que constituye el núcleo del Estado social y democrático de derecho, se exija una mayoría de dos tercios de la Cámara de diputados y dos tercios del Senado, pero ya no está tan claro que aprobado el proyecto de reforma con esas mayorías se tenga que convocar elecciones y las nuevas cámaras ratificar el proyecto de reforma y convocar referéndum para su definitiva aprobación. Esas elecciones post proyecto de revisión constitucional para una posterior ratificación de la nueva configuración de las Cortes, en sí mismo es un referéndum antes del referéndum último, puesto que en esas elecciones solo se discutirá precisamente sobre el proyecto de reforma constitucional, que a su vez será discutido otra vez en el referéndum de aprobación de la reforma. Parece razonable por suficiente que, si las dos Cámaras aprueban la reforma por dos tercios cada una, ya se puede someter a referéndum y ahorrar unas elecciones generales para ventilar una misma cosa. Dicho de otra manera, la reforma de la Constitución no ha de ser una excusa táctica para parar el golpe, sino una solución verdadera para evitar golpes, o para encauzar golpes futuros.

 Incentivar nacionalismos contra nacionalismos, banderas contra banderas, emociones contra emociones, solo puede servir para determinar bandos contando sus miembros de cara a que un bando venza al otro, pero el vencido no quedará convencido y el vencedor quedará temblando.

 

Barcelona a 13 de octubre del 2017. RRCh

miércoles, 11 de octubre de 2017

¿QUE RESPONDERÁ PUIGDEMONT A LA PREGUNTA DE RAJOY?


Fácil: “No he declarado la independencia de Catalunya porque ello es competencia del Parlamento Catalán; y el Parlamento tampoco lo ha declarado porque no se ha celebrado ninguna cesión con dicho cometido”

Barcelona a 11 de octubre del 2011.-

RIDÍCULO S0LEMNE


 

Don Carles Puigdemont, Presidente del Gobierno de la Comunidad autónoma de Cataluña, ayer convirtió al Parlamento Catalán en un plató de televisión en el que escenificó un reality show y declaró la independencia de Cataluyna pero no la declaró; declaró la suspensión de la independencia, pero no declaró la suspensión; luego en la trastienda firmó un papel en la que declaró la independencia que antes no había declarado pero sin declararla la había suspendido. Ahora bien, declarando lo que no declaró y suspendiendo lo que no suspendió, ha conseguido -eso sí-, que las empresas más importantes con sede en Catalunya se independizaran de Catalunya dado que Cataluña es independiente pero no lo es. El Sr. Puigdemont pasará un ratito a la historia como el personaje político con el arco de triunfo más ridículamente abierto. Por su amplio arco de triunfo pasa todo sin pena ni gloria: pasa la Constitución, pasan las sentencias del Tribunal Constitucional, pasa el Estatuto de Catalunya, pasa su Ley de Referéndum, pasa su referéndum del 1 de octubre, pasa su Ley de Transitoriedad, pasan todos los separatistas a los que él incentivó con pueriles promesas, y ahora se sentó a esperar que el Estado español también pase por su arco de triunfo. Mientras tanto Cataluña/Catalunya se descapitaliza; se descapitaliza en capital; se descapitaliza en las ilusiones de progreso; se descapitaliza en todo lo que se puede descapitalizar, capitalizando la melancolía. La puesta en escena para la estafa ha hecho un descanso para en el siguiente acto intentar renovar aplausos con nuevos actores. El doctor Iglesias y la Sra. Colau están haciendo un casting a medias para ver si les aceptan ahora que ellos se han independizado de España, e intentar mantener la atención de los espectadores que aún no han abandonado el teatro. Entre los espectadores está el Sr. Rajoy, presidente del gobierno del Estado, que se está pensando si entra en escena o se queda en el público pateando el suelo por lo mala que es la interpretación del guion y pidiendo a gritos la devolución del precio de su entrada. Como presidente del gobierno podría proponer una solución que desactivara de forma definitiva cualquier continuación de esa obra de teatro, y lo podría hacer proponiendo una reforma de la Constitución para que mediante referéndum cualquier territorio ya sea comunidad de propietarios, municipio, región o comunidad autónoma se pueda independizar, con unas mayorías reforzadas y razonables, y que éstos, de paso, pudieran atender al hecho nuevo ya  acaecido: cuando se independiza alguien además de conservar lo que ya tiene, tiene que poner lo que dice que le falta, y claro, si se van los que ya están las cuentas se han de replantear, para aquello de los ingresos y los gastos. Los separatistas catalanes ahora propugnan la vía eslovena. Eslovenia en 1990 estaba integrada en la antigua Yugoslavia, antigua porque ahora ya no existe, y la independencia eslovena se consiguió con una guerra en 1991. Yugoslavia se comenzó a crear en 1918 (Reino de Yugoslavia) y se consolidó en 1945 como República Federal Socialista de Yugoslavia; a primera vista: nada que ver con España, aunque siempre se pueden sumar esfuerzos para que las situaciones se aproximen.

Barcelona a 11 de Octubre del 2017. RRCH

lunes, 9 de octubre de 2017

Cataluña contra Catalunya y viceversa.


La manifestación de ayer (8 de octubre del 2017) de los catalanes y españoles, (españoles catalanes/ catalanes españoles) demostró lo que ya se sabía, que se está al 52/48 o 48/52 por ciento. Y como bien dice Josep Borrell los separatistas declararán la independencia que aunque no tenga ninguna trascendencia práctica, será suficiente para seguir la comedia. Ya ellos mismo aclaran ahora que declararla y ponerla en práctica no es lo mismo, aunque a los suyos le habían hecho creer que una cosa y la otra era la misma cosa. La cosa acaba en una encrucijada emocional, aunque no comenzó por ahí. Para que mucha gente se acabara creyendo cualquier cosa, antes se les convenció que económicamente, sí, económicamente, Catalunya con la independencia saldría ganando, y mucho. Los señores Mas y Junqueras decían que las grandes empresas y los banco se pelearían para estar en esa Catalunya independiente; y con ello era de suponer que los impuestos de sociedades que pagarían esas empresas a la nueva república la haría florecer. Pero, como antes que se declare (que no implica que la independencia se haga), las grandes empresas ya se ha han ido a domiciliarse fuera de Catalunya, ahora dicen que eso no es nada, puesto que ya pagaban los impuestos de sociedades a España y así sigue, y se pierde poco. Cierto, se pierde poco, siempre que Catalunya sea España, si se independizara no tendría el impuesto de sociedades ni de La Caixa, ni del Banco de Sabadell, ni de Gas Natural, ni de Aguas de Barcelona, ni a los que se están preparando para irse hoy o mañana. Las cuentas de la lechera sobre lo que generaba Catalunya se hicieron contando con La Caixa, Banco de Sabadell, Agba, y Gas Natural, ¿no?, y con las ventas a España, o ¿tampoco? Decían los patriotas separatistas que la Catalunya independiente seguiría dentro de la Unión Europea, ahora está claro que no. Pero bueno la cosa ahora va de emociones, y no es esperable que digan que las emociones las afloraron con un cúmulo de mentiras sobre la economía: ¿España nos roba?

Diálogo y referéndum pactado, grita la otrora izquierda internacionalista reconvertida en regionalista y provinciana. Saben que no hay posibilidad de pactar un referéndum exclusivamente para los catalanes, saben que hay una Constitución, pero saben también que cualquier postura definida y clara les traería controversias con sus propios simpatizantes, y prefieren que esa controversia se produzca fuera de sus filas, al menos para conservar a los suyos y los suyos les conserven a ellos. La lucha ideológica requiere un esfuerzo intelectual para el que no están preparados, menos cuando se ha logrado un buen sueldo que hay que hacerlo aguantar.

Claro que se ha de dialogar para hacer referéndum, y ese diálogo se ha de iniciar con propuestas de reforma de la Constitución para introducir en ella la posibilidad de referéndum de independencia de los territorios que se quieran independizar. Pero para eso hay que hablar de mayorías, debates formales y decisorios, se ha de convencer al otro con razones, y eso es un lío. Es más fácil repartir banderitas y eslóganes para que el personal se desahogue gritando en el anonimato que proporciona la multitud.

Dicen los opinadores profesionales: no hay que humillar a Catalunya. ¿Pero a cuál de las dos mitades de refieren? ¿En qué consistiría para ellos la humillación y la no humillación?

Por qué no empezamos el diálogo con algo, por ejemplo:

 El Artículo 2 de la Constitución, literalmente dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas, ¿cómo se puede reformar  éste precepto?: añadiendo un párrafo que diga; “ De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con parlamento autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar un referéndum de independencia del Estado español, el cual ha de ser sometido a votación en dicho territorio en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis. Y si es refrendado por la mayoría más un ciudadano del total censo electoral de la nacionalidad o región que los haya convocado quedará  aprobada la independencia. En caso, que su resultado no respalde la independencia con la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte años.”

 Ya que todos quieren dialogar, por qué no hacer una propuesta de este tipo, para empezar. Naturalmente para esa reforma se necesitarán las mayorías que prevé el Art. 168 de la misma Constitución.

Barcelona a 9 de octubre del 2017. RRCH

jueves, 5 de octubre de 2017

La aplicación del Art. 155 CE


Tal como se están desarrollando los acontecimientos en la relación España/Cataluña, la posibilidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución por parte del gobierno central no es una opción, sino una obligación. El anuncio de su aplicación generará más barullo que el que ya genera la posibilidad de aplicarlo sin que se haya aplicado. Pero realmente lo que sí puede generar oposición verdadera son las medidas que en su aplicación se adopten. EL precepto referido literalmente dice:

“1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.

 2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas” .

 Y el Reglamento del Senado, al respecto dice:

16-06-2000: Dada nueva redacción por Art. 2 de Rgto. de 14 junio 2000

1. Si el Gobierno, en los casos contemplados en el art. 155.1 de la Constitución, requiriese la aprobación del Senado para adoptar las medidas a que el mismo se refiere, deberá presentar ante el Presidente de la Cámara escrito en el que se manifieste el contenido y alcance de las medidas propuestas, así como la justificación de haberse realizado el correspondiente requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y la de su incumplimiento por parte de ésta.

2. La Mesa del Senado remitirá dicho escrito y documentación aneja a la Comisión General de las Comunidades Autónomas, o bien procederá a constituir una Comisión conjunta en los términos previstos en el art. 58 del presente Reglamento.

3. La Comisión, sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 67, requerirá, por medio del Presidente del Senado, al Presidente de la Comunidad Autónoma para que en el plazo que se fije remita cuantos antecedentes, datos y alegaciones considere pertinentes y para que designe, si lo estima procedente, la persona que asuma la representación a estos efectos.

4. La Comisión formulará propuesta razonada sobre si procede o no la aprobación solicitada por el Gobierno, con los condicionamientos o modificaciones que, en su caso, sean pertinentes en relación con las medidas proyectadas.

5. El Pleno de la Cámara someterá a debate dicha propuesta, con dos turnos a favor y dos en contra, de veinte minutos cada uno, y las intervenciones de los Portavoces de los Grupos parlamentarios que lo soliciten, por el mismo tiempo. Concluido el debate, se procederá a la votación de la propuesta presentada, siendo necesario para la aprobación de la resolución el voto favorable de la mayoría absoluta de Senadores.

Bien, ahora supongamos que el gobierno requiere al gobierno de la Generalitat y el Parlament de Catalunya para que, en el plazo de 24 horas restablezcan el cumplimiento de las leyes y de las resoluciones del Tribunal Constitucional ya habidas, acepte la nulidad de la Ley del referéndum, el propio referéndum, la Ley de Transitoriedad, lo publique en el Boletín Oficial de la Generalitat, y se abstenga de realizar cualquier otra acción propiciatoria de independencia.

Las medidas que se propongan al Senado para el supuesto de incumplimiento por parte de la Generalitat, serían:

1.- Suspender por el plazo de 90 días todas y cada una de las potestades de la Generalitat y del Parlamento catalán, asumiendo todas las funciones el Gobierno Central a través de la Delegación del Gobierno.

2.- Convocar de forma inmediata las Cortes Generales (Parlamento y Senado) con el único orden del día de  constituir una comisión permanente con sesiones continuas de lunes a lunes, para que en plazo de 90 días resuelvan sobre la propuesta de modificación de la Constitución consistente en añadir un segundo párrafo al Art.2 con la siguiente literalidad: “ De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con Parlamento autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar un referéndum de independencia del Estado español. Éste se ha de celebrar y ser votado en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis, y refrendado por la mayoría del censo electoral de dicho territorio más el voto afirmativo de una persona más quedará aprobada la independencia. En caso, que la independencia no sea respaldada por la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte años.”

A ello se ha de añadir, sine qua non, una movilización cívica en toda España, explicando la propuesta de modificación constitucional, que no se dirige solo a Cataluña, que también, sino a todos y cada una de las nacionalidades y regiones que dispongan de parlamentos autonómicos. Aceptándose que, ciertamente otras nacionalidades o regiones puedan independizarse de España  si disponen de la voluntad de 2/3 de los miembros de sus parlamentos en tal sentido, convoquen  referéndum de separación de España, y sus respectivas poblaciones  refrenden la independencia con el apoyo de la mitad de las personas que componen en censo electoral más un individuo. Y naturalmente, se ha de explicar con más razones que sentimientos las consecuencias del separatismo para los que se quieran ir y para los que se quieran quedar.

Y si no hay mejores opciones seguiremos enquistados en una guerra civil sin armas, hasta que las armas aparezcan, y gane la fuerza que no convencerá ni a los que venzan. De los que pierdan y tengan que asumir lo que no quieren, ya ni hablemos.
Barcelona a 5 de octubre del 2017.-  RRCH

miércoles, 4 de octubre de 2017

ESPAÑA: el gobierno reina, pero no gobierna:


El gobierno de Rajoy se compone de patos, cada paso una cagada. Ni queriendo y haciendo ejercicios se puede empeorar cada día más, aunque lo consiguen. Rajoy y su corte de adulones junto con los protestones que supuestamente debían hacerle la oposición planteando alternativa con cara y ojos, se han parapetado detrás del Rey, los jueces y la Unión Europea. Unos y otros, a favor y en contra, se declaran mutuamente idiotas e incapaces, pero mantienen sus culos pegados a sus poltronas de dónde sacan sus infames subsistencias. La gente va haciendo procesiones espontáneas reafirmando sus creencias sin vírgenes ni cristos crucificados. Un Estado de Derecho, como todos estos líderes huecos, sin ton ni son, van proclamando en su idiotez, se fundamenta en una Constitución que si algún día se la han leído se les olvidó porque a todos parece molestarles. El artículo 155 de esa ley de leyes -que en su día otras personas valientes sacrificando parte de sus convicciones que antes defendieran con sus propias vidas, consiguieron hacer de esta España un país respetable, y a veces envidiable-, dice: “1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuaren de forma que atenten gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad  Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas”. Cataluña es una Comunidad Autónoma, y el presidente de ella, convertido en reyezuelo salvador, hace un mes que convocó un referéndum ilegal y así de ilegal lo declaró el Tribunal Constitucional, y Rajoy -que debería ser el gobierno- no ha requerido al Sr. Puigdemont -presidente de Comunidad Autónoma de Cataluña-, para que pare. Pero, Rajoy ayer consiguió que el Rey hiciera algo parecido, que no lo fue, porque tampoco lo dijo, ni tiene competencias para hacerlo. Pero de paso consiguió el Lerdo presidente del Gobierno de España que el Rey quedara como defensor de su flojera, y que los demás líderes idiotas, en su empeño de gastar saliva, criticaran al Rey. El artículo 155 de la Constitución habla de medidas, pero no dice cuáles son. Pablo Iglesias se opone a la aplicación del 155 de la Constitución, aunque nadie haya hablado de alguna medida, él se opone a todas y no se le ocurre nada; bueno sí, hacer otra moción de censura para perderla, después que él y los idiotas que le siguen hicieron presidente a Rajoy; ah! , y un referéndum pactado, aunque no dice cómo se le ocurre pasarse por la entrepierna el Art. 2 de la Constitución. Pedro Sánchez no sabe qué decir, pero nos habla de una reforma de la Constitución, sin decir qué quiere reformar y con qué redactado; eso sí, quiere una España Federal, pero no dice en qué se diferenciará de la que hay, y en cómo solucionará lo que ahora nos pasa: de momento nos entretendrá preguntando en el Parlamento a Soraya cómo Trapero le hizo la cama, la otra le dirá que no se enteró. Albert Rivera quiere aplicar el Art. 155, pero solo para convocar elecciones en Catalunya, y parece bobo, no se ha dado cuenta el muchacho que la independencia aquí cada vez tiene más creyentes, y que con elecciones estaríamos en el mismo sitio, aunque peor. Puigdemont y Junqueras se parten de la risa viendo a los idiotas, pero van apretando el esfínter al ver que habiendo echado a la gente a las calles luego tendrán que recogerla sin saber cómo, ya que puede ser que se les vayan de las manos; y ¡cuidado!, La Caixa y el Banco de Sabadell ya comienzan a sentirse incómodos y miran a Madrid como querencia, y a la CUP todo lo importa un comino; nada tiene que perder porque nada tiene que conservar. Pero bueno, no pasa nada, todo se arregla con diálogo, aunque ninguno de estos idiotas, ponen sobre de la mesa un mínimo orden del día sobre el qué dialogar. Cualquier diálogo se debería empezar sobre el acuerdo de reformar la Constitución, y decir qué se pretende reformar, con qué redactado y hacia qué objetivo se dirigen. No parece que la solución se pueda encontrar sin un referéndum en el que voten todos los ciudadanos catalanes, y si éstos, con el apoyo de la mitad del censo electoral más una persona, deciden la independencia, habrá independencia. No parece razonable ni defendible que una gente tenga que permanecer dentro de un Estado si a él no quieren pertenecer. Y los que quieren que los catalanes continúen dentro de España, tendrán que esforzarse en convencerles, fácil no es, pero atarlos a todos no será más sencillo. La humilde propuesta de un español trasplantado es modificar el Art. 2 de la Constitución, conseguir las mayorías necesarias para hacerlo no es tarea sencilla; pero ¿fue sencillo conseguir que se hicieran el arakiri los Procuradores en Cortes del franquismo para posibilitar la Ley de Reforma Política y luego la Constitución actual? ¿Fue sencillo para Adolfo Suarez legalizar el Partido Comunistas? ¿Fue sencillo para Santiago Carrillo y la Pasionaria aceptar la monarquía y renunciar a la República? ¿Fue sencillo domesticar al Ejército? ¿Fue sencillo entrar en la Unión Europea?

El Artículo 2 de la Constitución, literalmente dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas, ¿cómo se puede reformar  éste precepto?: añadiendo un párrafo que diga; “ De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con Parlamento autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar un referéndum de independencia del Estado español. Éste se ha de celebrar y ser votado en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis, y refrendado por la mayoría del censo electoral de dicho territorio más el voto afirmativo de una persona más queda aprobada la independencia. En caso, que la independencia no sea respaldada por la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte años.”

Dos tercios del Parlamento catalán son requeridos para reformar el Estatuto de Catalunya; aunque se puede proponer mayorías más ajustadas si lo que se pretende es crear un país solo con la mitad de sus representes políticos. La mayoría del censo y no solo de los que vayan a votar parecer razonable, en la medida que hacer un nuevo país requiere al menos el apoyo activo de la mitad más una de las personas que tienen derecho al voto, aunque se puede proponer otras mayorías o el voto obligatorio. Si tan claro lo tienen los nacionalistas, es de suponer que no plantearán objeción a que se vote así, con una previa campaña electoral en la que se expongan los pros y los contras a las consecuencias de la independencia, y con todas las garantías democráticas que ello implica. El resto de España no parece tampoco que hallen razones de oposición; no parece razonable obligar a la mitad más uno de los habitantes de un territorio a pasar por dónde no quieren, si es que no quieren.

Barcelona a 4 de octubre el 2017. RRCH

lunes, 2 de octubre de 2017

RAJOY, el Hechizado.


Su clamorosa incapacidad ayer se evidenció. Salvo naturalmente que en su fuero interno desee que los catalanes se independicen.  Ni en sueños los separatistas pudieron concebir que la cosa le saliera tan bien. Para Rajoy como la cosa era ilegal la cosa no pasó. ¡¡Que se joda la realidad!! El presidente del gobierno español ha acreditado ser tan lerdo como se le presumía en atención a su historial de distraído. No se enteró, a pesar que se lo dijeron en castellano, catalán, inglés y francés, que el 6 y 7 de septiembre cuando el Parlamento Catalán ya declaró la independencia unilateral, con la ley del referéndum y la de desconexión, y por si no le quedaba claro al presidente, luego le dijeron que ellos se pasaban y se seguirían pasando por la entrepierna las leyes españolas y lo que dijera el Tribunal Constitucional y demás jueces. Y sin que el lerdo presidente se enterara hicieron exactamente lo que habían prometido; si ahora declaran solemnemente la independencia o esperan un ratito, no es nada trascendente, de facto ya lo han hecho. Para mayor gloria de los líderes separatistas, el presidente español, le proporcionó lo que más les hacía falta: las fotografías de la policía pegándole a los que fueron a votar. Con ello taparon que lo del referéndum era y fue una farsa encaminada a soliviantar los ánimos de la gente, y Rajoy le dio una manita que les vino como añillo al dedo. El referéndum siempre fue una excusa, lo importante era lo que ya habían hecho el 6 y 7 de septiembre. No tiene ninguna importancia que no hubiera un censo electoral, que no hubiera junta electoral, ni delegados de mesas, que las urnas opacas ya llegaran cargadas,  ni que el recuento de votos los hicieran los separatistas, y que se pudiera votar las veces que el interesado creyera oportuno. La cosa estaba en echarle la gente encima para que Rajoy picara haciéndose el macho y quedando como un bruto. Durante los años que han gastado los separatistas para manipular a la gente mediante una lluvia fina de mentiras que les caló, Rajoy estaba esperando que se bajara lo que él creía que era un suflé fumándose un puro mientras veía el ciclismo y el fútbol. Pero no se enteró que como estaba cantado, los Mossos d´Esquadras, por más que tuvieran las competencias de policía judicial, no iban a cerrar los colegios electorales, y que cuando éstos ya estuvieran bien tomados por una muchedumbre organizada por Ómnium y la ANC, subvencionadas con el dinero de todos, ellos le pedirían “auxilio” a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, para que se quemaran, como se quemaron.  Y no importa que a un policía le reventaran una silla en la cabeza, y les tiraran piedras, los autores defendían la democracia pacíficamente. Gracias al lerdo de Rajoy los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, quedaron en ridículo dando la apariencia que estaban invadiendo un territorio ajeno a España y se cebaban con los indefensos invadidos. Todo el prestigio que en las últimas décadas había acumulado la Guardia Civil y la Policía Nacional la perdieron en unas horas. Tampoco se enteró Rajoy que los que ayer salieron a la calle, no todos querían separarse de España, muchos solo se querían separar del PP; y no se enteró tampoco que los que no fueron a las votaciones tuvieron que hacer un esfuerzo intelectual y emocional importante para diferenciar lo que es el Estado español de lo que son los inútiles personajes que ahora lo ocupan. Dentro de los supuestos separatistas hay muchos que únicamente desprecian la política del Partido Popular, y como no encuentran a otras formaciones que propongan concretas soluciones al separatismo, se unen a ellos para expresar el asco que les produce la política pepera. Ese asco muchos lo compensaron con el mayor asco que les produce el cúmulo de mentiras de los separatistas. Ahora Rajoy está esperando que los separatistas hagan la declaración solemne de independencia, que la harán o no, dependiendo de lo que les convenga. Controlar el espacio aéreo, controlar el territorio y las aguas territoriales, mantener las autopistas, coordinar la seguridad social y las pensiones, los registros civiles, los de vehículos, los registros mercantiles, crear un cuerpo de jueces, fiscales e inspectores de hacienda, y una policía militar o un ejército para hacerlo cumplir, cuesta mucha pasta sin Fondo de Liquidez Autonómica, al tiempo que vayan tratando de colocar fuera de la UE los productos que no compren los españoles, sin contar con las multinacionales que en 24 horas establecerán su sede social en Madrid para no verse perjudicada económicamente. Bueno, también es verdad que la familia Pujol igual concluyen que “ahora toca” repatriar las bolsas de euros que guardaron en Andorra, Suiza y demás paraísos fiscales, seguramente previendo tal venturoso evento de la patria nueva: si reaparece lo acumulado con el 3% de coima, mordidas y comisiones, los catalanes se apañarán. Si los separatistas lo dejan para después -lo de declarar solemnemente la independencia-, Rajoy esperará, y si los separatistas no esperan, él quedará retratado hasta ante sus propios acólitos. Los separatistas al menos en la propagación de las mentiras y en la organización de los eventos para su ocultamiento han demostrado una eficiencia envidiable, aunque también es cierto que vencer a pusilánimes e inútiles no requiere mucho esfuerzo. Cuando el PP tuvo mayoría absoluta puedo introducir en la Ley de Partidos Políticos (LO 6/2002 de 27/6) en el artículo 9, que en su párrafo 1 dice: 1. Los partidos políticos ejercerán libremente sus actividades. Deberán respetar en las mismas los valores constitucionales, expresados en los principios democráticos y en los derechos humanos. Desarrollarán las funciones que constitucionalmente se les atribuyen de forma democrática y con pleno respeto al pluralismo.2. Un partido político será declarado ilegal cuando su actividad vulnere los principios democráticos, particularmente cuando con la misma persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático, mediante alguna de las siguientes conductas, realizadas de forma reiterada y grave (…):”. Y además de la violencia pensada contra ETA (que es la única conducta susceptible de generar la ilegalización), pudo introducir la ilegalización cuando un partido político propicia la desmembración del territorio español quebrantando la Constitución, pero se les pasó, a ellos y a los demás. Como se le está pasando la aplicación del Art. 155 de la Constitución: 1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas”

 El Artículo 2 de la Constitución, literalmente dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas, ¿cómo se puede reformar  éste precepto?: añadiendo un párrafo que diga; “ De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con parlamento autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar un referéndum de independencia del Estado español. Éste ha de ser celebrado en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis y si es refrendado por la mayoría del censo electoral de la nacionalidad o región, más un ciudadano, quedará aprobada la independencia. En caso, que su resultado no respalde la independencia con la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte años.” Naturalmente, para dicha reforma se requerirán las mayorías que prevé el Art. 168 de la misma Constitución.

El miedo de los unos y de los otros a perder ese referendum les ha impedido hacer una propuesta de este calado, para la cual, naturalmente se ha de reformar la Constitución y consecuentemente convencer a las mayorías que la propia Constitución requiere para ello. No lo ha propuesto ni el PP; ni el PSOE, ni CIUDADANOS; ni ERC, ni el PdCat, ni la CUP, ni PODEMOS; no han propuesto ni esta reforma ni ninguna otra, solo dicen generalidades lo suficientemente ambiguas para no molestar a nadie y siempre poder desdecirse. Es una obviedad que no se puede mantener a una población como la catalana en una organización estatal a la que no quiere pertenecer, si es que no quiere pertenecer  la mayoría de sus ciudadanos con derecho a voto más uno más de ellos. Tal propuesta, sin dudas sería inmediatamente rechazada precisamente por los nacionalistas, porque no lo ganarían ni los catalanes, ni los vascos, ni los andaluces, ni lo gallegos, ni los canarios, ni ningún otro. Los nacionalistas no pueden resistir un referéndum verdadero en el que se haga campaña política por los del Sí, y por los del No deshaciendo sus engaños; y si lo resisten y vencen, allá ellos. Nadie podría decir con razón que no es democrático.

Barcelona a 2 de Octubre de 2017. RRCH