miércoles, 21 de febrero de 2024

PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL (PSOE)

    Supongo que esto no solo sucede en España, es más que probable que acontezca en la mayoría -sino todas- las democracias del llamado occidente donde las discusiones parlamentarias se centran el en “tu más” y “tu mientes”. Nunca un político contesta al otro lo que el otro le pregunta, sino que le dice otra cosa, siempre que esa otra cosa pueda ofenderle al otro para que el otro le diga otra cosa peor. Supongo también que. con dicha estrategia creen que entretienen al personal y contentan a sus fanáticos, y puede ser verdad. Ahora bien, vistos los resultados parece cierto que con ello la degradación de las democracias es imparable, tanto que los distraídos acabarán siendo capaces de votar a un caballo como líder absoluto y por divertimento. Ya se ha visto como son capaces de votar a psicópatas humanos (véase Argentina), que mostrándose como psicópatas los ciudadanos los votan solo por aparentar ser distintos en aspavientos y burradas, y dan por hecho que no van a cumplir las aberraciones prometidas. Como España no es diferente, hoy escucho al presidente del gobierno Pedro Sánchez decirle en el Parlamento a su oponente Alberto Nuñez Feijoo, literalmente lo siguiente: "Usted habría aprobado la amnistía o lo que hiciera falta para ser presidente del Gobierno", y la frasecita aparece de titular inmediatamente en los periódicos, como que Sánchez le dio un zasca a Feijoo en todos los morros. Claro, si se analiza mínimamente sería para llorar, puesto que parece más que obvio que fue Sánchez quién tragó (y sigue tragando) todo lo que le hizo falta para ser presidente del Gobierno él, intentando contentar, que aún no lo ha conseguido del todo, a un partido de derecha con marcados tintes supremacistas proponiéndole una amnistía para sus presuntos delincuentes a cambio de los 7 votos de ellos, que necesitaba él. Cuando él antes de necesitar esos 7 votos estaba en contra de esa amnistía diciendo que nunca iba a otorgar.

En las elecciones autonómicas de Galicia del domingo pasado, el PSOE y Sánchez salieron escaldados. En la campaña para esas elecciones Sánchez y los suyo intentaron derrotar a Feijoo como líder de la oposición en el estado español, aunque Feijoo no se presentaba en Galicia; hizo lo mismo que Feijoo en las elecciones municipales y autonómicas de marzo pasado tratando de erosionar al Sánchez cuando este tampoco se presentaba en ninguna lista. De ello podría inferirse que en ninguna de estas elecciones a ninguno de los dos le importaba una mierda a finalidad de tales elecciones sino su propia supervivencia, entreteniendo al electorado. Y si hubiera salidos bien, para Sánchez el derrotado sería Feijoo, como no salió, entonces lo de Galicia no es extrapolable a toda España, pero para Feijoo si lo es, y no lo sería si hubiera perdido su partido en Galicia. Pero, si algo bueno sale mal, la opción contraria que era la mala se convierte en buena, y no pasa nada, sigue entreteniendo (o creen que lo hacen).

La maldad de la propuesta de amnistía a los presuntos delincuentes separatistas catalanes fue ampliamente utilizada en Galicia por la gente de Feijoo, y si a éste le hubiera salido mal la jugada, Sánchez diría que la amnistía era aprobada por la ciudanía gallega, como le salió bien al otro, ahora la amnistía no tuvo nada que ver con el tortazo recibido por el PSOE de Sánchez. Tampoco Sánchez valorará que puede que él yendo a Galicia, no sumó para su candidato, sino que restó llevando el mar de fondo de la amnistía, que no sería para ningún gallego sino para los presuntos delincuentes catalanes.

La bondad de la propuesta de amnistía a los presuntos delincuentes separatistas catalanes la defiende Sánchez como elemento esencial para pacificar Cataluña, aunque parece referirse más bien a pacificar a los separatistas, puesto que los que no lo son siempre han estado pacificados y son la amplia mayoría. Pero resulta que los susceptibles de ser pacificados -los separatistas-, ayer mismo llevaron al parlamento catalán una moción de independencia unilateral de Cataluña, y Sánchez como presidente del gobierno de España hoy no ha dicho nada, salvo lo que le dijo al otro: "Usted habría aprobado la amnistía o lo que hiciera falta para ser presidente del Gobierno".

El Partido Socialista Obrero Español, ya no se llama socialista ni obrero, sino gobierno de progreso, los contras le llaman progres de forma despectiva, lo que parecería indicar que los contras no son progresistas, ni dicen ellos qué otras cosas son, aunque sí dicen ser buenos españoles lo que supondría que los progres son malos o sencillamente no son españoles. El gobierno de progreso de España se sustenta en los 7 votos de un partido de derecha con tintes supremacistas que en coherencia dicen a plenos pulmón que la gobernanza de España le importa una mierda; de lo que se podría concluir que el mismo interés le suscita el progreso en del país.

Visto el resultado de las elecciones autonómicas y municipales del marzo pasado, Pedro Sánchez fue valiente y hábil convocando las generales tres meses después, y aunque quedó detrás de Feijoo, formó gobiernos sumando votos con otros partidos, incluidos los separatistas. Pero ahora, aun viendo que los mismos separatistas le escupen en la cara con chantajes indignos para cualquier estadista, él sigue masticando vidrio y al parecer solo para salvar su culo con la ilusión de renacer dos veces, y mientas tanto hace engordar a la derecha que disfruta ante una izquierda que perdió el nombre, matándose entre ellos por ver quien tiene la lengua más larga para marcar sentimientos identitarios propios.

En Barcelona a 21 de febrero 2024.- RRCh