viernes, 11 de octubre de 2013

FRANCISCO, EL PAPA Y LOS CRISTIANOS


 

 

         Todos somos cristianos, al menos culturalmente. En esta parte del mundo en el que estamos, en cuanto a las creencias los cristianos nos diferenciamos entre ateos, agnósticos y creyente. Los ateos tienen la certeza que el tal Jeová no existe, pero no por ello dejan de festejar la navidad y los domingos al menos no yendo a trabajar esos días; no por ello dejan de contar los años para atrás y para adelante a partir de Cristo; no por ello dejan todos de bautizar a los hijos, hacerle la fiestecita de la Primera Comunión o darles regalos el día de Reyes aunque sea para no quitarles la ilusión y mantenerles integrados en la mayoría; no por ello pretenden los hombres tener varias mujeres y que todas lo sepan y acepten, ni las mujeres varios hombres en iguales circunstancias. Si pasa, mejor que no se sepa, y si se sabe mejor negarlo. Los agnósticos son los que se declaran incapaces de conocer a Dios, sin negarlo para no caer en el absurdo de negar lo que no conocen. Los creyentes son aquellos que esquivando las reglas de la lógica y las ciencias tienen la seguridad de la existencia de Dios, y además poseen la bondad y paciencia de atribuirle todo lo que está bien, puesto que Dios es omnipresente y todopoderoso, y las calamidades del mundo se la achacan a otros que ni son omnipresentes ni todopoderosos, aunque demasiadas veces actúen a su libre albedrío sin que nadie le pare los pies. Todos por aquí somos cristianos incluso en lo moral; las mujeres ateas no soportan bien que su marido, pareja o novio comparta ayuntamientos carnales con otra, los hombres ateos menos, si les toca a ellos una señora liberal en el sentido del libre mercado expuesto. Eso de querer por igual a varias o varios a la vez, no encaja bien y no se aguanta. La familia cristiana se fundamenta en la exclusividad de afectos y revolcones, y generalmente entre individuos de distinto género; la homosexualidad se tolera, pero no se festeja solo por ser ateo o agnóstico, los creyentes auténticos si acaso la compadecen ya que tarde o temprano ésos, irán al infierno. Todos los cristianos compartimos un mínimo común denominador. Y por ello, el Papa Francisco, lo reconozcamos o no, nos está ensanchando la sonrisa con las cosas que dice y hace. En algo hay que creer. En las creencias se construye la esperanza. No se puede vivir sin esperanzas, es el motor de nuestras vidas, el horizonte. En este mundo cristiano en el que estamos, hemos dado por fenecidas demasiadas esperanzas, hemos retirado el afecto a demasiadas ideas. Hemos perdido la fe en demasiadas personas, personalidades e instituciones, que otrora nos parecían merecedoras de nuestro crédito, de nuestro apoyo. Referencias ilusionadoras ante las que muchos nos hemos puesto a disposición con resultados frustrantes cuando no infamantes. Que este hombre ahora nos diga que empezará a controlar e impedir la corrupción desde dentro de su ámbito en el Vaticano y entre las sotanas, ya es algo. Algo al menos agradable de oír, y que atribuye esperanzas de propagación entre la cristiandad. Este hombre que hable de señalar y resolver las miserias del más aquí, dejando para después el más allá, cuando el más allá hasta ayer era prioritario, exclusivo y excluyente; ya es algo diferente. Y los algos diferentes son muy bienvenidos, puesto que estamos saturados de idiotas y de sus idioteces. Es imperiosamente necesario conseguir un discurso integrador sin ínfulas de uniformidad; coherente sin pretensiones de absoluto; concreto y suficiente para un desarrollo tranquilo y  continuado, sostenible y realizable.

        

 

Barcelona a 11 de octubre del 2013.- RRCH

lunes, 7 de octubre de 2013

ALICIA SÁNCHEZ CAMACHO y la llaga catalana


         Nunca he manifestado ni manifiesto ninguna simpatía ante la Sra. Sánchez Camacho. Por el contrario soy de los que piensan y defienden que en el caso del llamado espionaje político en Catalunya, ella fue la artífice principal de la grabación de su comida con la ex de Don Jordi Pujol Ferrusola, y su posterior utilización en un informe policial del que ningún policía admitió haber sido  autor, pero que la Sra. Sánchez junto con la Sra. de Cospedal utilizaron de forma partidista en Catalunya. Soy de los que piensan que esa maniobra torpe ayudó a los salva-patrias catalanes en sus ansias de aparecer como víctimas, o al menos desaparece como victimarios. Y además les dejó fuera de juego cuando surgió el caso Bárcena al que han querido tapar de todas las maneras posibles, incluso dejando al margen del debate el caso del Palau de la Música, las  bolsas de basura huidas al extranjero llenas de euros y la presunta financiación ilegal de Convergencia y de Unión Democrática de Catalunya.
       Dicho lo anterior no tengo empacho en ver positiva la propuesta que, obligada por las circunstancia, llevó Doña Alicia Sánchez Camacho a Madrid, en el sentido que, haciendo las modificaciones legales y constitucionales que sean precisas, conseguir que las comunidades autónomas, como Catalunya, que tienen una capacidad de generación de riqueza superior a otras, una vez repartidas las solidaridades se queden al menos al mismo nivel que las otras y no por debajo; y que los repartos solidarios que se hacen desde el Estado de lo producido en las Comunidades Autónomas tengan un destino finalista y controlado que motiven a las más desfavorecida a superar la situación de tener que recibir las ayudas que reciben.
        La propuesta era inteligente en la medida que se dirigía a separar la paja del trigo; es decir, poner a un lado los nacionalistas de bolsillo que son los más y de otro a los nacionalistas emocionales o auténticos que son los menos; aunque mezclados todos pesan igual. Con una propuesta de refinanciación autonómica se estaba aproximando, aunque lo niegue, a la tercera vía que está proponiendo el PSC con escasas concreciones;  a la que al parecer se acerca Unió, y que en definitiva coincide al menos en la discusión con la  bandera con la que se presentó Don Artur Más a las anteriores elecciones. Es muy probable que si se publicaran las balanzas fiscales y se explicaran, se desmontarían muchos argumentos independentistas, pero como no se publican no se puede hablar de mentiras o verdades, sino de especulaciones interesadas.

Bueno, pero a la Sra. Sánchez los suyos le dijeron que no, que todos iguales. Con ello el tancredismo del PP español, le ha dado otro triunfo a los independentistas auténticos para que consigan más independentistas de bolsillo, y de paso se mofen de la Sra. Sánchez. Estos, son capaces de hacer independentistas hasta a los del PP en Catalunya o conseguir que ni se presenten a las elecciones. Con las ansias de satisfacer las presuntas inclinaciones del  resto de España, convenientemente estimuladas por el mismo PP cuando no estaban en el gobierno, al final conseguirá perder parte del territorio. Todo sea por la Patria; o por las encuestas; o por los votos; o por su menesterosidad ética.

 

Barcelona a 7 de octubre del 2013. RRCH