viernes, 29 de diciembre de 2017

TABARNIA


       Una de las afirmaciones que sustenta el nacionalismo es que, todos tenemos raíces en alguna parte. Lo de las raíces no es más que una floritura lingüística; todos tenemos piernas a diferencia de los árboles y con ellas podemos situarnos en las partes que nos de la gana o dónde nos obliguen las circunstancias. Aunque es cierto que, desde cuando nacemos y por unos años no podemos desplazarnos autónomamente, tiempo que aprovechan los demás para manipularnos con las cosas de las raíces, y generalmente lo hacen aquellos que no se han movido mucho y han sido convenientemente aleccionados por los que mucho se mueven.

        Luego viene lo de la sangre en consonancia con los apellidos, que ya es más gracioso porque cuentan los apellidos de presente a pasado y si llegan a la octava o novena generación ya se ponen el marchamo de ser de toda la vida, como si la sangre les haya llegado por generación espontánea a la novena generación previa a los portadores actuales. Es verdad que el lugar de nacimiento si además se ha estado allí al menos hasta pasar la adolescencia suele tener algún significado emocional, especialmente cuando se recuerda la infancia desde la edad adulta. Ese lugar suele ser muy restringido, de escasos kilómetros a la redonda, con el epicentro en la casa familiar, sin abarcar ni de cerca la total geografía hasta sus fronteras de lo que luego se hace llamar nación o patria. Esto no es más que el resultado de motivaciones exógenas efectuadas por la ideología de los voceros de la historia que acentúan los episodios que más les conviene para lo que quieren transmitir. El reparto de territorios con sus fronteras poco tiene que ver con el interés y bienestar de sus pobladores, aunque es verdad que algunos de éstos acaban convenciendo al resto con argucias emocionales que generalmente no van más allá de la propagación de la aporofobia. La intensión de segregar a los pobres.

De ahí que, lo de constituir la Comunidad Autónoma de Tabarnia (Barcelona y Tarragona) fuera de Cataluña y dentro de España, es una de las bobadas más geniales que han surgido en estos últimos meses, en tanto que pone a los separatistas/separadores frente al espejo. Y todas las bobadas si se cultivan y repiten, se pueden hacer serias. Veamos…

Barcelona a 29 de diciembre del 2017, RRCh.

martes, 19 de diciembre de 2017

CUANDO LA POLÍTICA SE CONVIERTE EN RELIGIÓN


Cuando esto pasa, y está pasando en Cataluña, la política deja de ser instrumento para corregir los problemas verdaderos y se convierte en pura fe en el más allá. La enajenación sobre el más allá, tiene ventajas incontestables: permite gozar de una ilusión sin la pretensión de verlas realizadas. Del más allá nadie ha vuelto para negarlas. El separatismo y el anti separatismo se esta convirtiendo en eso, una suerte de sustancia alucinógena que permite a los unos y a sus contrarios vivir fuera de la realidad. La realidad le es ajena. Cada uno se atrinchera en el relato de la negación del otro. El esfuerzo se concentra en disfrazar la inutilidad propia enfrentándola a la exclusiva y excluyente maldad de su adversario. La nada. Los separatistas y los anti separatistas se han emborrachado de nada; una nada materializada en banderas.  Que lo que han dicho los separatistas antes de declarar, insinuar o simbolizar la independencia era una sarta de mentiras ya no lo niegan ni ellos mismos, pero como toda religión sus postulados para ellos son otra cosa. Las mentiras corresponden a la discordancia entre la representación mental y la realidad, pero la representación mental de los separatistas trasciende a lo verdadero y va al más allá. La simbología alimenta sentimientos y mientras no falten los de la barriga, la digestión emocional está garantizada. Por tanto, enfrentar sus discursos con la realidad es una pérdida de tiempo. Y los antiseparatistas han entrado en el juego de perder el tiempo, intentando incrementar el unionismo al margen también de la realidad. Todo comen patria y engordan. La corrección de esta triste realidad solo pasa por la reforma de la Constitución, pero a nadie le importa la Constitución porque están en el propósito de la trascendencia. Patriotismo como religión agnóstica. Y a seguir en procesión con banderitas y cánticos…

Barcelona a 19 de diciembre 2017. RRCh.

lunes, 11 de diciembre de 2017

El apego a la manipulación


Hace ya más de 70 años que Erich Fromm trató de apuntar los motivos por los que demasiados humanos temen a la libertad. La lucha por la libertad fue sostenida por los oprimidos contra los privilegiados, aunque a la larga los que habían batallado por ella contra la opresión, una vez conquistada acabaron alineándose con sus antiguo enemigos para defender los privilegios obtenidos. Se preguntaba Fromm, ¿cómo podemos explicar la atracción que sobre tantas personas ejerce el sometimiento al líder como solución concreta o a la opinión pública como huida abstracta? Esa falsa conciencia que hace incompatible la realidad y su interpretación por parte de un grupo, y que debilita la subsistencia de la democracia, que solo encontrará su fortalecimiento con la expansión de la personalidad de los individuos si son dueños de su voluntad con un pensamiento auténticamente propio. Combatiendo esa tendencia a evadirnos de la libertad mediante la estandarización del individuo hacia una conformidad automática. Esa visión pesimista con disposición de abandonar toda acción social para refugiarnos en soluciones individuales o grupales. Con “El miedo a la libertad” Fromm intentaba explicar cómo y porqué los alemanes se habían hecho fascistas y siguieron a Hitler, cuando éste se convirtió en Alemania. Cómo y porqué los alemanes se habían hecho separatistas y desde ahí intentaron extrapolar su supuesta superioridad para dominar el mundo. Hace más de 30 años que Fromm murió, pero aún perdura la misma problemática que describió e intentó explicar, y en ciertas sociedades actuales parece reactivarse con otros nombres, posiblemente con menor intensidad finalista, pero con los mismos instrumentos: la misma manipulación. En estos tantos años transcurridos, aún no hemos perdido el miedo a la libertad, aunque los humanos hemos sido capaces de crear tecnología eficaz para comunicarnos y acceder a información veraz que nos posibilitaría un pensamiento auténticamente propio, hemos preferido repetir o hacer propio lo ajeno, consagrado la propagación de la manipulación como sucedáneo plácido a la fatiga de pensar por nosotros mismos. Sabemos que nos mienten, que nos manipulan, pero preferimos elegir entre lo menos malo con tal de no esforzarnos en ir a las fuentes y sacar conclusiones propias. La tecnología de la comunicación puede ser un camino idóneo para el ejercicio genuino de la libertad, pero el miedo a ejercerla nos está convirtiendo en meros rebotadores de frases antes de entenderlas. Cualquier ejercicio intelectual nos fatiga, hemos perdido el aprecio por lo durable.

 

Barcelona a 11 de diciembre del 2017.- RRCh

lunes, 27 de noviembre de 2017

DELITOS DE IDIOTEZ


Es probable que, además de modificar a Constitución o sustituirla por otra mejor, debamos modificar el Código Penal, e introducir el delito de idiotez. Con ello podíamos solventar problemas que aparentemente ahora no tienen solución ni castigo. El término idiota, según he visto por ahí, tuvo su primera acepción en la Grecia clásica, y venía a definir a la persona egoísta que no se ocupaba de los asuntos públicos. Si partimos de tal definición podríamos instaurar un tipo penal que dijera más o menos lo siguiente: El que siendo persona física o jurídica y haya asumido la gestión de cualquier asunto público, sea por elección, concurso,  nombramiento o mediante la superación de oposiciones, que teniendo potestades, mando o responsabilidad sobre la cosa pública y por su distracción, ineptitud, descuido, falta de interés o ignorancia no se entere que en su entorno se producen actos, acciones o dejaciones que genere un perjuicio para el bien público. Será castigado con la inhabilitación por tiempo de quince a veinticinco años para ejercer cualquier actividad que directa o indirectamente se relacionen con las funciones públicas, y a reponer con su peculio particular el prejuicio económico causado. Con este delito así redactado o mejorado, se podría castigar a los que resultan impunes por no enterarse que en el partido político que dirigen su tesorero amasa fortunas en Suiza, la sede del propio partido se reforma de lujo sin saber de dónde salió el dinero para financiarlo, se hacen mítines en campañas electorales gratis sin conocer quién hace los regalos y con qué finalidad. Serviría para hacer pagar a los jefes de partidos que ignoran que un montón de millones de euros se destina a expedientes de regulación de empleos dónde perciben indemnizaciones y subsidios personas que no eran empleados. Serviría para nacionalizar el tres por ciento que llegan a las arcas del partido sin saber de qué porcentajes salen, quién lo pone y para qué. Compensaría a la gente de las distracciones de infantas que firman sin leer, pero gracias a ello, ella, su marido y su entorno se dan la vida padre. Daría solución a los separatistas que en su afán de dividir a la gente porque se creen mayoría y segregadas vivirían como dios, y luego descubren que ni eran mayoría ni todo el campo era orégano, y en el empeño empobrecieron el terruño expulsando empresas generadoras de riquezas, enemistaron a la gente entre sí, y se gastaron una millonada en el proceso. En definitiva, serviría para separar a los idiotas.

Barcelona a 27 de noviembre del 2017.- RRCh

jueves, 23 de noviembre de 2017

CAROLINA BESCANSA: ¡GRACIAS!


No recuerdo que alguna vez le haya dado las gracias a un político en activo, y seguro que nunca lo he escrito. La propuesta de reforma de la Constitución española que hace la Sra. Bescansa, razonada e inclusiva para todos los pueblos/regiones/países y comunidades de España, es un alivio, una satisfacción, una esperanza. Y más aún después de la absoluta decepción que ha producido en la gente que en su día vislumbró algún atisbo de racionalidad e ilusión en el cambio efectivo de lo que no funciona, por la ineptitud, arrogancia y descrédito del Sr. Iglesias y sus palmeros.

       Hasta el día de hoy ningún político había planteado con cara y ojos una reforma de la Constitución que fuera más allá del intento de apaciguar o dejar para después, la problemática generada por el separatismo de una parte importante de los españoles radicados en Cataluña.

       Bescansa ha abordado la problemática de España en su conjunto, trascendiendo, asumiendo, y proponiendo soluciones, también a pretensiones particulares y exclusivistas. Su propuesta es razonable y razonada, y ello no implica que tenga éxito en su conjunto, ni tampoco que tenga algún tipo de éxito. Pero al menos es un texto susceptible de ser defendido, modificado, mejorado. Una propuesta concreta para iniciar un debate centrado, un algo que defender para corregir los sesudos diagnósticos de los males existentes.

       Sus ideas identifican el problema y propone una forma de resolverlo. Un Senado útil en la distribución de la riqueza entre territorios, compuesto por integrantes elegidos con criterios electorales equilibrados; un presidente de gobierno legitimado sin tener que pasar por componendas a corto plazo; un Parlamento con poder verdadero y no residual, y la posibilidad democrática con mayorías reforzadas y reiteradas, para aquellas regiones, países, comunidades o pueblos que quieran constituirse al margen de España.

       Esa es la función de un político, poner sobre la mesa propuestas concretas y no hacer como se estaba haciendo, un discurso para cada cliente y para cada ocasión.

       Bescansa ha sido apartada por el insoportable Pablo Iglesias y sus aduladores, de aquello que ella pretendió crear, y su propuesta además del valor que en sí misma tiene, demuestra la valentía de su autora, que le ha atribuido contenido a su oficio de parlamentaria.

Gracias, Carolina Bescansa.

Barcelona a 23 de noviembre del 2017. RRCh

miércoles, 22 de noviembre de 2017

SER ESPAÑOL ES UNA HISTORIA


Algunos de aquí y otros de fuera se preguntan qué es ser español, ahora que se ha promocionado el separatismo en Cataluña. La respuesta es muy simple. Ser español es ser ciudadano de un Estado con una organización constitucional, jurisdiccional, judicial y administrativa, que compete, otorga derechos y obliga, a los naturales o nacionalizados que habitan en la península Ibérica (exceptuando Portugal), Islas Baleares, Islas Canarias, Ceuta y Melilla; y disponen por serlo, de un documento nacional de identidad y un pasaporte que les identifica, atribuyéndoles derechos y obligaciones en el interior y en el exterior. Luego si les gusta o no ser españoles es otra cosa; seguramente hay muchas personas que no les gusta ser bajos o altos, rubios o morenos, gordos o flacos. Pero lo son. Además, hay una historia. Como también hay una historia en las personas bajas, altas, morenas, rubias, gordas y flacas. Es cierto que algunos españoles dicen no sentirse españoles, y como ellos no se sienten españoles desprecias a los que sí se sienten españoles o a los que no sienten nada por el mero hecho de vivir dónde viven. Tan triste como el que siendo bajito o alto no se siente bajito o alto y desprecia a los bajitos o a los altos. Es algo así como atribuirle a sus iguales el complejo de inferioridad propio, o hacer culpable al prójimo de lo que uno es o de cómo se siente. Existen ciudadanos en todas partes de España que les hubiera gustado ser ingleses, alemanes, franceses o belgas; y ello puede que obedezca a que actualmente siente más admiración por esos países que por el propio. A veces eso sucede por ignorar las miserias que los admirados ocultan o las virtudes que los propios han olvidado. Un español “arrepentido” de serlo, cuando quiere castigarse echa mano de los supuestos crímenes contra la humanidad en la conquista de América, la Inquisición y el franquismo, y enfrentan tales acontecimientos con criterios humanitarios actuales, pero no lo compara con las actuaciones  del imperio británico en África, el tráfico de esclavos, las masacres religiosas en Francia con los hugonotes, el nazismo en Alemania o la reducción a la mitad que de los congoleños hizo Bélgica y su rey Leopoldo II. Ni comparan la suerte de los indígenas hispanoamericano, con los de la América anglófona. Seguramente España debe promocionar el conocimiento de sus ciudadanos, de la historia propia y europea comparada, al menos desde el siglo XVl al XX.

Y, ¿qué es ser catalán?; exceptuando lo evidente: ciudadano español residente en la Comunidad Autónoma de Cataluña. ¿eh?

Barcelona a 22 de noviembre del 2017. RRCh.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

La mentira como único instrumento.


Hoy por hoy, una vez devaluada la honorabilidad al nivel del “bono basura”, la persecución del éxito se mide por la capacidad de captar voluntades en beneficio propio, y el instrumento más eficaz para la manipulación emocional sigue siendo la mentira. Desgraciadamente en Catalunya la mentira hoy es un “valor” en alza. El engañado cuando descubre el engaño hace acopio de resistencia para no admitirlo. Admitirlo implica para él un deshonor atendiendo a un concepto de honor que voluntariamente ha degradado.

       El procés catalán hacia la independencia fue una madeja de mentiras, desde la primera hebra hasta la última. Todo era mentira. Lo gracioso, por no llorar, es que los artífices principales de los embustes ahora comienzan a insinuar que quizás sus postulados no fueron certeros, pero procurarán y hasta puede ser que lo consigan, seguir mintiendo mediante la técnica del victimismo, que es una suerte de adicción enfermiza a la tesis de la dependencia. Ya dicen y seguirán diciendo que ellos no dijeron la verdad porque a ellos le engañaron, ¿y quién les engaño?, fácil: el Estado Español. ¿Cómo les engañó?, fácil: ellos se creyeron que España se iba a dejar y se han enterado hace un rato que la Constitución desde 1978 tenía un artículo 155 y el Gobierno tuvo la desfachatez de aplicarlo. Creyeron que como se creían más democráticos y mejor legitimados que el resto de españoles España negociaría con ellos y les daría a ellos lo que ellos necesitaran para cumplir el antojo de ellos. Y ¿qué querían negociar?, fácil: que les implementaran la independencia de Cataluña. Ellos ponían las ganas y el Estado español les debía proporcionar todo lo necesario para que los separatistas controlaran el territorio que querían separar de España, le financiara la formación de un ejército catalán para “defenderse” de España; les facilitara el reconocimiento internacional de la República Catalana; les siguiera asegurando que los catalanas separados tendrían los mismo ingresos, menos gastos y Catalunya el mismo Producto Interior Bruto (PIB), y por supuesto, que la República Catalana recibiera la misma financiación.

 Y fueron tan, tan engañados los pobres que ahora el Sr. Mas, el Sr. Campuzano, el Sr. Tardá, y la asociación Omnium comienzan al “autocrítica”. Más bien le hacen la “autocrítica” a los demás, pero como le llaman “auto”, ya vale.  Don Artur Mas, primer espada de la innombrable Convergencia que una vez acreditada su corrupción se cambió de nombre por el de PDECcat, y que ahora el pobre va pidiendo que los engañados le hagan colectas para pagar sus embargos consecuencia de sus desvaríos, dice que “el objetivo de la independencia sigue siendo vigente” pero cuestiona que "hubiera un buen control de los tiempos" y que "la mayoría social fuera suficiente" para llevar a cabo el plan secesionista. ¡Pobre, lo equivocaron! Cuando decía que los banqueros se pelearían por estar en Cataluña y que la nueva república sería recibida con los brazos abiertos en la Unión Europea, y que los catalanes iban a atar los perros con chorizos una vez él los independizara, pero al parecer él estaba engañado. Calculó mal.  El “conseller” de Sanidad cesado, Antoni Comín - ¿Ministro de la República catalana?-, admite que “hasta ahora el independentismo ha preferido escuchar la parte del relato más épica, más emocionante y más bonita – lo que él mismo les decía- , en contraposición a las voces -que él negaba-  que alertaban sobre la represión del Estado o que los gobiernos europeos no nos reconocerían a la mañana siguiente de una DUI", y que “el Ejecutivo de Puigdemont no estaba preparado para desplegar la república catalana en un contexto de "represión". ¡Otro que lo equivocaron!

        El diputado de Esquerra Republicana en el Congreso español, Joan Tardà, ahora dice que  “Catalunya no es independiente porque no ha existido una mayoría de catalanes que así lo hubieran querido", “se proclamó la independencia y la república, pero no se implementó porque no estábamos predispuestos a poner en riesgo la seguridad de los ciudadanos y es inevitable que pesara sobre los dirigentes y el Govern el trauma del 1-O”, elogiando, claro está, la actitud de Carles Puigdemont al no implementar lo aprobado por el Parlament y de ello se siente  “muy orgulloso”. ¡Hostia!, y aquello del mandato ciudadano del 1 de octubre con más del 90% de apoyo!; y, eso de que el Sr. Puigemont está “resistiendo” como presidente de la república en Bélgica, ¿qué?; bueno ahora Puigdemont ya dice que hay otras alternativas a la independencia. La “consellera” cesada Clara Ponsatí (aspirante a ministra de la República), el portavoz de la dirección de ERC Sergi Sabrià, la dirigente del PDECat Marta Pascal y el portavoz Carles Campuzano, reculan y valoran “opciones alternativas a la independencia”, aunque "no va a haber renuncia al horizonte de la independencia, vamos a necesitar más tiempo para reforzar las mayorías sociales y las fuerzas soberanistas deberán acompasar sus ritmos”. Marcel Mauri de Ómnium dice que “se deben reforzar algunos objetivos que no eran sólidos, y que pensaban que estaba ante un Estado que se sentaría a negociar". CLARÍSIMO. Y las bufonadas de Rufián siguen ahí, y la Sra. Colau tratando de averiguar si Cataluña es Cataluña o Catalunya, si es república o no, si el escondido en la monarquía belga es presidente de la república catalana o prófugo, y si ella es de izquierda, de derecha u otra cosa. Pablo Iglesia busca novia…  ¿Y la dignidad?

Barcelona a 15 de noviembre del 2017, RRCh

lunes, 13 de noviembre de 2017

Honorabilidad devaluada


Posiblemente lo que nos pasa, y si seguimos, más nos pasará, es consecuencia de la forma en que hemos mutado nuestros valores morales, cambiado el sentido original de los términos con los que describimos los hechos y nuestros actos. La honorabilidad, que debería ser la exteriorización de un valor personal propio, y su consecuencia, el reconocimiento social de virtudes como la honestidad, la decencia, la dignidad, y el cumplimiento de los deberes respecto al prójimo y a uno mismo. Todo esto se ha convertido en lo contrario: en la interiorización por parte del sujeto de los “honores” y aplausos externos que le llegan por una diversidad de circunstancias ajenas, que le hacen aparentar honorable frente a los demás. Así el sujeto se va ocupando de contentar los deseos de los otros para mantener de ellos la admiración. Un seudo respeto tan efímero e impersonal que, en horas se puede tornar en lo contario. Para alimentar esa precaria fama, el sujeto interioriza que la incoherencia, es la única fuente de sustento. De esta forma se acepta como una necesaria y normal adecuación al medio, caer en el absurdo, la sinrazón, la ridiculez, la necedad, la insensatez, la extravagancia, la estupidez, el despropósito, el yerro y el desatino. Todo esto es lo normal, lo que se lleva, lo que hace todo el mundo, y ¿por qué vamos a ser diferentes? Curiosamente la diferenciación aparentemente es un valor, lo que parecería una contradicción con lo ya expuesto, pero no; la diferenciación solo es apreciable y querida, cuando se proclama desde dentro de un grupo frente a otro, aunque en un grupo y en el otro use los mismos desvalores. No es atractivo hacer camino al andar, sino seguir caminos hechos y consumir el tránsito sin reparar en al paisaje, a lo sumo hacerle una foto.

 Barcelona a 13 de noviembre del 2017. RRCh.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Separatismo prófugo.


Se ha debatido mucho sobre si el separatismo catalán fue el resultado de que en el pueblo afloró un sentimiento independentista que venía germinando desde antaño y que los políticos independentistas solo lo aprovecharon; o, que esa emocionalidad fue plantada y cultivada expresamente por los políticos. Al parecer, fue esto último. Tampoco hoy por hoy está claro qué es “pueblo”.  A mediados del siglo pasado, cuando eran obreros el grueso de la población del mundo industrializado, tenía sentido la utilización del concepto en relación a esa amplia mayoría explotada, proletaria y marginada del acceso a la cultura, en contraposición a la élite que manejaba el destino de aquellos. Ahora, decir “pueblo”, no tiene demasiado sentido, especialmente porque no se sabe a qué se hace referencia.

 Cuando los independentistas formaron la coalición “juntos por el sí” y en las últimas elecciones al parlamento de Cataluña -Comunidad autónoma de España-, le atribuyeron a esos comicios la consideración de plebiscito para la independencia, perdieron en números de votos, con lo que en el supuesto que eso del “pueblo” exista, más de la mitad dijo que no. Ahora bien, tendrían toda la razón los separatistas si conceptúan como “pueblo” a los que están a favor de la independencia, en tal caso ya le estaríamos atribuyendo una connotación distinta al término, más próximo al segregacionismo que abona la xenofobia con tendencias al racismo. De ahí, que parece más verosímil que la autoría corresponda a los políticos que ocuparon la Generalitat y desde tales posiciones comenzaron a alimentar mediante subvenciones públicas a grupos separatistas, a los que de forma consensuada usaron de instrumento para la manipulación propagandística del pobrerío.

 Así como lo de pueblo no está claro, la existencia del “pobrerío” es una evidencia, que no se caracteriza solamente por su enflaquecida capacidad económica sino también por la carencia de sentido crítico ante las soflamas con las que les saturan. La ingenuidad de la buena gente de Cataluña que abrazó el independentismo se asemeja mucho, quizás demasiado, a lo que sucede con el populismo en gran parte de Sudamérica, donde los copetudos de barriga fría enredan a la gente con mentiras bien armadas para seguir dominándoles en corto. Los eslóganes patrioteros para hacer menos pobres a los pobres siempre les han dado buenos réditos a la clase dominante, luego como no sale, lo que ellos sabían y querían que no saliera, le echan las culpas a otros, y contentan a la gente diciendo que, si no estuvieran ellos hubiera sido peor. El enemigo externo es la mejor ración para engordar los beneficios de los ya bien beneficiados, y, como ellos siempre son imprescindibles y esencias de la patria, se esconden hasta que pase el peligro que ellos mismos generaron, y de lejos cacarean como gallinas cluecas.

Puigdemont abandonó la república catalana y se afincó en la monarquía belga, y desde allí, al resguardo y con agresividad de comadreja, dice pestes de España con mentiras tan burdas y desfachatadas que pronto conseguirá que le descubran, si antes no le olvidan. Aunque naturalmente conservará a los fanáticos, siempre y cuando no se los quite el curita Junqueras que saldrá antes de la cárcel con porte bonachón recitando mandamientos, y con la esperanza que los parroquianos digan amén.

 

Barcelona a 8 de noviembre 2017.- RRCh

viernes, 3 de noviembre de 2017

POLÍTICOS PRESOS O PRESOS POLÍTICOS


Presos políticos son aquellas personas que siendo o no políticos en ejercicio, se les priva de libertad por las ideas que defienden y no por los hechos cometidos para la realización de las ideas. Políticos presos son aquellas personas que estando en el ejercicio de la actividad política para la cual fueron elegidos, acometen hechos para la realización de sus ideas que quebrantan uno o varios preceptos del Código Penal, y ante ello se les priva de libertad. En una confrontación política como la que sufre Cataluña, lo primero a lo que se renuncia por una parte y por la otra es a la objetividad, y la primera víctima de ello es la verdad. Los exconsejeros del Gobierno de la Generalitat de Cataluña son políticos presos; no son presos políticos. Otra cosa muy distinta es valorar si esos políticos presos están justamente presos. El sistema judicial español y el de cualquier parte del mundo no está pensado para la realización de la Justicia, sino para la aplicación de la ley, y esa ley puede ser más o menos justa. El concepto Justicia con mayúscula es un concepto más moral que jurídico, cada persona tiene su idea de justicia, y es evidente que si existieran otras leyes la Justicia sería otra, y una de las bondades que nos da la democracia es la posibilidad de reformar las leyes con las mayorías necesarias que para ello. Cada vez que se modifica una ley, se está modificando la idea de Justicia.

 Volviendo a los exconsejeros del gobierno autónomo catalán, se ha de decir que, si bien es muy discutible que puedan ser juzgados por el delito de rebelión, es poco discutible que sí pueden ser juzgados por el delito de sedición y el de malversación de caudales públicos. El Art. 455 del Código Penal español (que no se ha redactado ayer ni para la ocasión) dice: “Son reos de sedición los que, sin estar comprendidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales” . Art. 545. 1. Los que hubieren inducido, sostenido o dirigido la sedición o aparecieren en ella como sus principales autores, serán castigados con la pena de prisión de ocho a diez años y con la de diez a quince años, si fueran personas constituidas en autoridad. En ambos casos se impondrá, además, la inhabilitación absoluta por el mismo tiempo”. Parece evidente que esos políticos hoy presos estaban constituidos en autoridad, y desde tal posición indujeron, sostuvieron o dirigieron las protestas de un tumulto de personas (cortes de tráfico, daños a vehículos policiales, huelgas al margen de cualquier reivindicación laboral, etc), y todo ello para conseguir fuera de las vías legales la inaplicación de la constitución vigente y las sentencias del Tribunal Constitucional. Y para financiar todo ese movimiento que persigue la inaplicación de las leyes, se emplearon fondos públicos por parte de las autoridades hoy en prisión; hecho este castigado aparte, con penas de hasta ocho años de prisión, por los Arts. 432 a 435 del Código Penal. Ahora bien, el hechos que los políticos presos acumulen todos los números para ser condenados en su día al menos por sedición y malversación de caudales públicos, no implica que deban estar necesariamente en prisión provisional antes de ser condenados, aunque en estos casos su aplicación sea absolutamente legal, tan legal como que se pueda y posiblemente se deba, revocar tal situación privativa de libertad por el órgano jurisdiccional superior que conozca de los recursos que interpongan las defensas de los presos. En cuanto a la separación de los poderes: judicial, legislativo y ejecutivos, es evidente que en España existe. Como también existe la independencia judicial. Es verdad que al Fiscal General del Estado lo elige el gobierno, pero no es verdad que el Gobierno una vez elegido al dicho Fiscal le dicte lo que tiene que hacer. Y eso quien haya querido verlo ha visto en días anteriores, como la Fiscal Sra. Sabadell emitió informe sin pelos en la lengua solicitando la condena de políticos del PP y al PP mismo por la corrupción que se está enjuiciando sobre el PP y su círculo político, a los que se les piden decenas de años de prisión. La prisión provisional de los exconsejeros del gobierno de Cataluña no se pudo acordar sin que lo pidiera el Fiscal, pero pudo no acordarse aunque los haya pedido el Fiscal, puesto que la acordó una jueza. Por otro lado, resulta obvio que lo que acordó está juez lejos de ir en beneficio de la política del PP va en contra, puesto que solo beneficia a los independentistas en su afán de acumular agravios para acrecentar el victimismo. Resulta sorprendente que el separatismo haya abandonado la defensa de los motivos que tenían para independizarse antes del 6 de septiembre y ahora los hayan sustituido por las perniciosas consecuencias – a veces mal gestionadas por el Gobierno central-, que aquellos motivos han generado.

Barcelona a 3 de Noviembre del 2017. RRCh.

viernes, 27 de octubre de 2017

DESTINO: MELANCOLÍA


Si algo claro se puede extraer de la actitud intermitente (ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no…) del Sr. Puigdemont, es, por un lado, saber que el pobre hombre es rehén de las fuerzas contrapuestas que le designaron como presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña. Haga lo que haga, al menos para un grupo de los que le sostienen siempre será un traidor y ya se lo han gritado. Por otro lado, quien ha querido verlo ha podido conocer que el fondo en el que se debía sostener la viabilidad económica de la independencia siempre fue falso. Falso que la Unión Europea recibiría a una Cataluña independiente; falso, que los países europeos reconocerían a una Cataluña independiente. Falso, que las entidades bancarias se pelearían por estar en Cataluña: se han ido con el mero anuncio de declarar la independencia. La falsedad del fondo se sostuvo apostando por la mitad de la mitad de la verdad, es decir, pudiendo ser medio cierto que el gasto de Cataluña por estar en España era excesivo, era radicalmente falso que los ingresos de Cataluña fueran los mismo siendo independiente que siendo parte de España, tan falso como que se han ido más de un millar y medio de empresas a territorio español más garantista de sus derechos y con sus finalidades económicas. Si ahora se hicieran las mismas cuentas que se hicieron para iniciar el proceso independentista, los números de las sumas y las restas serían otros muy distintos, tan distintos que, con los de ahora podría resultar que quién pagara más de lo que recibe de Cataluña fuera España. Y en el improbable supuesto que los catalanes independentistas estuvieran todos dispuestos a ser mucho más pobres a cambio de ser independiente, también, quien haya querido ha podido ver, que las fuerzas políticas que se han unido para instar la independencia, una vez ésta fuera conseguida se sacarían los ojos entre sí, dado que es imposible que la burguesía independentistas haga migas con una izquierda radical nacionalista que en coherencia consigo mismo pretende separa a esa Catalunya de la Unión Europea  y consecuentemente quitarle el poder económico a la burguesía. De ahí, que la parada próxima será la melancolía con 155 o con otra cosa.

Barcelona a 27 de Octubre del 2017. RRCH

lunes, 23 de octubre de 2017

EL 155, Y QUÉ MÁS?


La aplicación del Art. 155 de la Constitución, en el supuesto que se aplique de forma razonable, y en el supuesto también, que aplicado de forma razonable sea eficiente; lo será para detener los efectos presentes de la dinámica separatista, pero no parece que sirva para resolver la conflictividad que dio origen a la dinámica separatista actual.

El remedio constitucional puesto en marcha, en el mejor de los supuestos, servirá para neutralizar los síntomas. Si acaso, para retrotraer los efectos legales a antes del 6 de septiembre en que se comenzaron a promulgar en Catalunya leyes inconstitucionales, pero no parece que se solvente el enconamiento mediante unas elecciones y nada más. En tales elecciones pueden pasar dos cosas, una que exista una mayoría nacionalista separatistas, y la otra que surja una mayoría no nacionalista y no separatista, en ninguno de los dos supuestos ganará una de las opciones por más del 65%, será algo así como ha sido: 48/52 o 52/48.  Si ganan los nacionalistas-separatistas estaremos en el mismo lugar que estamos ahora, y si ganan los contrarios estaremos más o menos como estábamos cuando todo esto empezó. Reculamos un par de años o reculamos diez, pero no estamos resolviendo el origen del problema.

En todo este embrollo el único partido que ha puesto una pizca de ilusión hacia una solución ha sido el PSOE, con la propuesta de reforma de la Constitución; ahora bien, es tan poco lo que ha puesto que ni se nota. Es evidente que la cuestión territorial de España se ha de resolver con una modificación de la Constitución, pero alguien alguna vez, tendrá que decir qué reforma propone; qué preceptos quiere reformar; cuál es el nuevo redactado que sugiere, si la reforma se encamina solo para solventar los problemas en Catalunya o está pensado para evitar nuevos problemas con otros territorios al margen del catalán. La reforma puede ser para centralizar más a España o para descentralizarla. La reforma de la constitución puede ser un remedio o exactamente todo lo contrario. Las ambigüedades en tiempos de choque suelen no servir para nada, porque nadie se las cree o cada cual cree lo que mejor vaya a sus criterios propagandísticos. Ha habido tiempo de sobra para poner encima de la mesa un anteproyecto de reforma constitucional, nadie lo ha hecho. Está bien que se diga, vamos a hablar de la reforma de la Constitución, pero el primero que tome la palabra en tal caso, tendrá que decir qué propone él; el texto no surgirá de juntar frases en el juego de la guija previo contacto con los espíritus.

Barcelona a 23 de Octubre del 2017.- RRCH

jueves, 19 de octubre de 2017

¿CÓMO ESTAREMOS CUANDO PARE?


 

Es rigurosamente cierto que siempre que llovió paró. La incerteza está en cuánto durarán los aguaceros y cómo quedará el terreno después y la gente que lo vive. Cataluña/Catalunya. El Sr. Puigdemont ya no sabe cómo presentarse, si es el presidente de la Generalitat, Comunidad Autónoma de España, o si es el presidente de la República Catalana en suspensión. Como presidente de la Generalitat, y por tanto representante en Cataluña del Estado español ha dicho que no declaró la independencia porque eso lo ha de hacer el Parlamento Catalán y que por tanto no se aplique el Art. 155 de la Constitución, y como presidente de la República Catalana en suspensión, dice que asume el resultado del referéndum -ilegal y anulado por el Tribunal Constitucional de España-, y que en aplicación de las leyes catalanas -nulas-, pueden declarar la independencia cuando les parezca y les apetecerá si se aplica el Art. 155 de la Constitución. El pobre hombre trata de hacer compatible una cosa y su contraria, pretendiendo que los separatista que ha creado se contenten con la ambigüedad y de paso al Gobierno de España le salgan contrincantes como el doctor Iglesias que ve muy malo que se apliquen los mecanismos constitucionales, muy malo que se intente reformar la constitución, pero no ve tan malo que el pobre Puigdemont reivindique una legalidad en suspenso  a la que le da preminencia sobre  la legalidad de todos los españoles que no está suspendida. Para el dotorcito, como el PP es corrupto y está en el gobierno, el Estado no tiene legitimación para parar a Puigdemont, aunque nada dice de la corrupción pareja que infectó y mantiene infectado al partido de Puigdemont. De paso, el dotorcito trata de erosionar al PSOE, ya Pedro Sánchez para él es un cómplice de los corruptos peperos. Él, como Puigdemont defienden el diálogo, pero ninguno de los dos dice de qué se ha de dialogar, aunque al parecer sí que tienen claro de qué no. No se ha de dialogar sobre la modificación de la Constitución ni tampoco de la aplicación de la que tenemos, al parecer para ellos solo basta con ignorarla. Sí, se les ha de reconocer a los separatistas y al dotorcito -que se autodenomina de izquierdas junto con la Sra. Colalu que no se autodenomina y el Sr. Junqueras que juega al escondite-, que hayan conseguido diseñar -en directo favor a la derecha más corrupta o al menos igual de corrupta que la de allá-, una suerte de sucedáneo izquierdista que reniega del internacionalismo, la solidaridad entre las personas, y la división de poderes. Para ellos los Jordis fueron encarcelados por el Gobierno, a la juez que dictó el auto de prisión no la cuestionan por considerarla un mero instrumento del gobierno, y los Jordis son presos políticos. Eso de congregar un montón de gente gritando y rompiendo coches de la Guardia Civil para impedir que se hiciera una entrada y registro con mandato judicial, o impedir que la comisión judicial saliera de allí con lo recogido en la entrada y registro, no es un hecho penalmente relevante ni reprobable. Los separatistas han sustituido las iniciales razones para independizarse por las que les van dando los nuevos acontecimientos con las chapuzas de los otros.  La cosa empezó por aquello de que “España nos roba”, argumento que salía de hacer cuentas sobre la generación de riqueza por parte de las personas físicas y jurídicas domiciliadas en Catalunya, en contraposición a lo que ellos consideraban que debían recibir en conjunto desde un criterio territorial. Solo con el anuncio de la independencia ya se han ido más de ochocientas empresas y bancos a domiciliarse fuera de Cataluña, y de las grandes. De esas que el Sr. Más decía que se iban a pelear para estar aquí. Entonces han tenido que hacer borrón y cuenta nueva, no vaya a ser que haciendo las cuentas de antes salga un saldo negativo, que sin duda saldría, con el consecuente empobrecimiento de los catalanes afanados en ser más ricos; y para que siga lloviendo hay que construir un nuevo relato sobre las chapuzas del PP y de la Fiscalía. Dado que es verdad que si la Fiscalía no hubiera instado la prisión los Jordis estaría dando gritos en la calle aplaudidos por los suyos, puesto que la juez no hubiera podido acordarlo; aunque pidiéndolo el fiscal, la juez pudo no acordarlo. Todas las razones que el independentismo esgrimía antes del 1 de octubre pasado han quedado en aguas de borrajas, las nuevas razones se hallan desde el 1 de octubre para aquí. Falta que los independentistas se pregunten en cuanto tengan un rato para hacerlo: ¿Qué queda como fundamentación del procés desde su inicio hasta el sábado 30 de septiembre del 2017? ¿eh?

Y la cuestión de la desafección a España que supuestamente ya no se recuperará por mucho tiempo entre los catalanes, ¿a qué se refiere?, ¿a más o menos la mitad de los catalanes que han abrazado la independencia o a la mitad de catalanes que no la quieren? ¿No es posible que esta mitad refuerce la afección y aquella se lo piense? En ocasiones se comienza a apreciar lo que se tiene momento antes de que se concrete el riesgo de perderlo.

Barcelona a 19 de octubre del 2017. RRCH

viernes, 13 de octubre de 2017

Reforma CONSTITUCIONAL


Está bien que con ocasión de lo que acontece actualmente con el separatismo catalán, se hable de reformar la Constitución. Ahora bien, dicha reforma no se ha de centrar ni en satisfacer a los separatistas ni en perjudicarles, sino en encauzar lo más democráticamente posible las discrepancias entre comunidades autónomas o territorios históricos. El nacionalismo separatista de España como el nacionalismo centralizador español no va a desaparecer nunca, ni falta que hace. En las dos opciones nacionalistas existe más o menos un 5 o 10 por ciento de la población, el resto que se suma a un bando o a otro es nacionalismo de bolsillo o de ocasión. El nacionalismo de bolsillo nace de la exitosa manipulación que los nacionalistas de verdad hacen cuando consiguen inocular en ese otro porcentaje más grueso con medias verdades y auténticas mentiras, la creencia que, estarán mejor económicamente aprovechando la ocasión. Los auténticos separatistas son aquellos que asumen que con la separación estarán muchísimo peor los primero veinte años, luego ya veremos, y que ese es el coste para hacer patria, pero como saben que diciendo toda la verdad no tendrá apoyo lo intentan a costa de los que sea, y los otros también. Ninguno de los dos bandos expone qué será “lo que sea”.  Los separatistas catalanes tipo Rufián y Tardá no les va a interesar nunca una reforma de la Constitución, ya lo dicen, ellos quieren aprovechar la farsa del referéndum del 1 de octubre para “negociar” de igual a igual con el Estado porque para ellos ya tiene otro Estado a la misma altura que el español y lo que quieren es que se le pongan las cosas fáciles cediéndosele una parte del territorio de España con sus infraestructura para luego ellos pelearse entre sí y conseguir dividir a la mitad de los catalanes que hoy gritan por la independencia. La CUP y parte de los de Esquerra Republicana son incompatibles con los de la antigua Convergencia del tres por ciento y la parte pequeño-burguesa de los de Esquerra. Su unión para la independencia es instrumental, como todo lo que hacen. Si ahora no sabemos si declararon la independencia o no, es fruto de una ambigüedad calculada. Es el resultado de ver que lo esperable para después se les adelantó a la declaración de independencia, y ello lo patentizó el cambio de domicilio social de la mitad de las empresas sobre cuya productividad (PIB catalán) construyeron el “España nos roba”. Así como Pascual Maragall descubrió después que el Estatuto fuera declarado inconstitucional, que antes se debió modificar la Constitución, el Sr. Mas descubrió una horas antes de la prevista declaración de independencia, que Catalunya no estaba preparada para una independencia real, para una de verdad. La nueva versión del Sr. Más es de risa si no fuera por la cantidad de frustración generada, un señor que se llenó la boca diciendo que estaba todo preparado, que los bancos se pelearían por estar en Catalunya y que todos seríamos más ricos, es menesteroso que unas horas antes se dé cuenta que para ser independiente se ha de poder controlar el territorio y que luego lo reconozcan los demás.   A ningún nacionalista separatista (vascos o catalanes) les interesa que exista en España una Constitución que permita que ellos hagan un referéndum legal con arreglo a la legalidad y en igualdad de armas, están segurísimos qué lo perderían. De interesarles ya lo habían propuesto, en tanto que el Art. 87.2 en relación con el Art.166 de la carta magna ya les permite que lo propongan. Hasta hoy, tampoco ningún partido político lo ha propuesto. Y desde los partidos PP-PSOE no lo han hecho porque solo están pensando en vascos y catalanes, y no quieren tener problemas con los andaluces, canarios, gallegos, valencianos y castellanos. El sí pero no y el no pero sí, no es patrimonio exclusivo de los separatistas, es algo compartido por todos, especialmente por el PSOE y el PP. Nadie ha propuesto una reforma con cara y ojos, es decir: nadie ha puesto sobre la mesa un texto articulado sobre el qué trabajar, todos esperan que lo haga otro para ponerse en contra y alimentar discusiones peregrinas con destino a ninguna parte, o decir algo que parezca distinto para que todo siga como ésta. Podemos y Colau se han parapetado en la indefinición, una ambigüedad pendular: somos, pero no somos, ya veremos qué seremos. Ciudadanos hace gestos de echarse al monte para ver si caza votos solo con la bandera española.

 A los separatistas se les ha de dar una posible salida, que naturalmente rechazarán, ahora bien, con ello se quedarán solos los auténticos, que perderán a todos los de bolsillo, que son la inmensa mayoría.  Es muy democrático añadir al Art. 2 una cláusula excepcional que permita un referéndum siempre que así lo acuerde el parlamento autonómico en cuestión, con el voto de dos tercios, y que ese referéndum permita la salida de España si así lo quiere la mitad del censo electoral del territorio que se quiera ir, más un ciudadano; sabiendo a qué se enfrentan. Esa reforma constitucional es necesaria, primero porque no se puede impedir que una mayoría de una población, aunque sea simple, se vea obligada a permanecer en una organización estatal a la que no quiere pertenecer; segundo, porque parece evidente que quien quiera crear una patria nueva cuente al menos con el apoyo activo de la mitad más uno de sus ciudadanos, y tercero, porque al resto no se le puede obligar a que viva permanentemente con una parte del territorio en continuo conflicto. Ahora bien, ese referéndum no puede hacerse cada dos por tres, de ahí que cada 20 años parece razonable. Puesto a reformar, también se debería establecer claramente qué competencia tiene el Estado y cuáles las Comunidades Autónomas, y ello sin perjuicio que a las actuales Comunidades Autónomas se les cambie de nombre por el de Estados Federados u otro. El Estado (central) debería tener al menos, como competencias exclusivas: las relaciones exteriores, el ejército, las redes ferroviarias nacionales, autopistas, autovías, puertos, aeropuertos, espacio aéreo, aguas territoriales, seguridad social, pensiones, sanidad, el Código Penal y su aplicación, y, muy especialmente los planes y temarios educativos desde primaria hasta la universidad. Puesto a reformar se debería reformar la forma de reformar a la Constitución, es decir modificar el Art. 168 que tal como está, implica hacer referéndum dos veces y con uno parecería suficiente. Está bien que para reformar la esencia de la Constitución que constituye el núcleo del Estado social y democrático de derecho, se exija una mayoría de dos tercios de la Cámara de diputados y dos tercios del Senado, pero ya no está tan claro que aprobado el proyecto de reforma con esas mayorías se tenga que convocar elecciones y las nuevas cámaras ratificar el proyecto de reforma y convocar referéndum para su definitiva aprobación. Esas elecciones post proyecto de revisión constitucional para una posterior ratificación de la nueva configuración de las Cortes, en sí mismo es un referéndum antes del referéndum último, puesto que en esas elecciones solo se discutirá precisamente sobre el proyecto de reforma constitucional, que a su vez será discutido otra vez en el referéndum de aprobación de la reforma. Parece razonable por suficiente que, si las dos Cámaras aprueban la reforma por dos tercios cada una, ya se puede someter a referéndum y ahorrar unas elecciones generales para ventilar una misma cosa. Dicho de otra manera, la reforma de la Constitución no ha de ser una excusa táctica para parar el golpe, sino una solución verdadera para evitar golpes, o para encauzar golpes futuros.

 Incentivar nacionalismos contra nacionalismos, banderas contra banderas, emociones contra emociones, solo puede servir para determinar bandos contando sus miembros de cara a que un bando venza al otro, pero el vencido no quedará convencido y el vencedor quedará temblando.

 

Barcelona a 13 de octubre del 2017. RRCh

miércoles, 11 de octubre de 2017

¿QUE RESPONDERÁ PUIGDEMONT A LA PREGUNTA DE RAJOY?


Fácil: “No he declarado la independencia de Catalunya porque ello es competencia del Parlamento Catalán; y el Parlamento tampoco lo ha declarado porque no se ha celebrado ninguna cesión con dicho cometido”

Barcelona a 11 de octubre del 2011.-

RIDÍCULO S0LEMNE


 

Don Carles Puigdemont, Presidente del Gobierno de la Comunidad autónoma de Cataluña, ayer convirtió al Parlamento Catalán en un plató de televisión en el que escenificó un reality show y declaró la independencia de Cataluyna pero no la declaró; declaró la suspensión de la independencia, pero no declaró la suspensión; luego en la trastienda firmó un papel en la que declaró la independencia que antes no había declarado pero sin declararla la había suspendido. Ahora bien, declarando lo que no declaró y suspendiendo lo que no suspendió, ha conseguido -eso sí-, que las empresas más importantes con sede en Catalunya se independizaran de Catalunya dado que Cataluña es independiente pero no lo es. El Sr. Puigdemont pasará un ratito a la historia como el personaje político con el arco de triunfo más ridículamente abierto. Por su amplio arco de triunfo pasa todo sin pena ni gloria: pasa la Constitución, pasan las sentencias del Tribunal Constitucional, pasa el Estatuto de Catalunya, pasa su Ley de Referéndum, pasa su referéndum del 1 de octubre, pasa su Ley de Transitoriedad, pasan todos los separatistas a los que él incentivó con pueriles promesas, y ahora se sentó a esperar que el Estado español también pase por su arco de triunfo. Mientras tanto Cataluña/Catalunya se descapitaliza; se descapitaliza en capital; se descapitaliza en las ilusiones de progreso; se descapitaliza en todo lo que se puede descapitalizar, capitalizando la melancolía. La puesta en escena para la estafa ha hecho un descanso para en el siguiente acto intentar renovar aplausos con nuevos actores. El doctor Iglesias y la Sra. Colau están haciendo un casting a medias para ver si les aceptan ahora que ellos se han independizado de España, e intentar mantener la atención de los espectadores que aún no han abandonado el teatro. Entre los espectadores está el Sr. Rajoy, presidente del gobierno del Estado, que se está pensando si entra en escena o se queda en el público pateando el suelo por lo mala que es la interpretación del guion y pidiendo a gritos la devolución del precio de su entrada. Como presidente del gobierno podría proponer una solución que desactivara de forma definitiva cualquier continuación de esa obra de teatro, y lo podría hacer proponiendo una reforma de la Constitución para que mediante referéndum cualquier territorio ya sea comunidad de propietarios, municipio, región o comunidad autónoma se pueda independizar, con unas mayorías reforzadas y razonables, y que éstos, de paso, pudieran atender al hecho nuevo ya  acaecido: cuando se independiza alguien además de conservar lo que ya tiene, tiene que poner lo que dice que le falta, y claro, si se van los que ya están las cuentas se han de replantear, para aquello de los ingresos y los gastos. Los separatistas catalanes ahora propugnan la vía eslovena. Eslovenia en 1990 estaba integrada en la antigua Yugoslavia, antigua porque ahora ya no existe, y la independencia eslovena se consiguió con una guerra en 1991. Yugoslavia se comenzó a crear en 1918 (Reino de Yugoslavia) y se consolidó en 1945 como República Federal Socialista de Yugoslavia; a primera vista: nada que ver con España, aunque siempre se pueden sumar esfuerzos para que las situaciones se aproximen.

Barcelona a 11 de Octubre del 2017. RRCH

lunes, 9 de octubre de 2017

Cataluña contra Catalunya y viceversa.


La manifestación de ayer (8 de octubre del 2017) de los catalanes y españoles, (españoles catalanes/ catalanes españoles) demostró lo que ya se sabía, que se está al 52/48 o 48/52 por ciento. Y como bien dice Josep Borrell los separatistas declararán la independencia que aunque no tenga ninguna trascendencia práctica, será suficiente para seguir la comedia. Ya ellos mismo aclaran ahora que declararla y ponerla en práctica no es lo mismo, aunque a los suyos le habían hecho creer que una cosa y la otra era la misma cosa. La cosa acaba en una encrucijada emocional, aunque no comenzó por ahí. Para que mucha gente se acabara creyendo cualquier cosa, antes se les convenció que económicamente, sí, económicamente, Catalunya con la independencia saldría ganando, y mucho. Los señores Mas y Junqueras decían que las grandes empresas y los banco se pelearían para estar en esa Catalunya independiente; y con ello era de suponer que los impuestos de sociedades que pagarían esas empresas a la nueva república la haría florecer. Pero, como antes que se declare (que no implica que la independencia se haga), las grandes empresas ya se ha han ido a domiciliarse fuera de Catalunya, ahora dicen que eso no es nada, puesto que ya pagaban los impuestos de sociedades a España y así sigue, y se pierde poco. Cierto, se pierde poco, siempre que Catalunya sea España, si se independizara no tendría el impuesto de sociedades ni de La Caixa, ni del Banco de Sabadell, ni de Gas Natural, ni de Aguas de Barcelona, ni a los que se están preparando para irse hoy o mañana. Las cuentas de la lechera sobre lo que generaba Catalunya se hicieron contando con La Caixa, Banco de Sabadell, Agba, y Gas Natural, ¿no?, y con las ventas a España, o ¿tampoco? Decían los patriotas separatistas que la Catalunya independiente seguiría dentro de la Unión Europea, ahora está claro que no. Pero bueno la cosa ahora va de emociones, y no es esperable que digan que las emociones las afloraron con un cúmulo de mentiras sobre la economía: ¿España nos roba?

Diálogo y referéndum pactado, grita la otrora izquierda internacionalista reconvertida en regionalista y provinciana. Saben que no hay posibilidad de pactar un referéndum exclusivamente para los catalanes, saben que hay una Constitución, pero saben también que cualquier postura definida y clara les traería controversias con sus propios simpatizantes, y prefieren que esa controversia se produzca fuera de sus filas, al menos para conservar a los suyos y los suyos les conserven a ellos. La lucha ideológica requiere un esfuerzo intelectual para el que no están preparados, menos cuando se ha logrado un buen sueldo que hay que hacerlo aguantar.

Claro que se ha de dialogar para hacer referéndum, y ese diálogo se ha de iniciar con propuestas de reforma de la Constitución para introducir en ella la posibilidad de referéndum de independencia de los territorios que se quieran independizar. Pero para eso hay que hablar de mayorías, debates formales y decisorios, se ha de convencer al otro con razones, y eso es un lío. Es más fácil repartir banderitas y eslóganes para que el personal se desahogue gritando en el anonimato que proporciona la multitud.

Dicen los opinadores profesionales: no hay que humillar a Catalunya. ¿Pero a cuál de las dos mitades de refieren? ¿En qué consistiría para ellos la humillación y la no humillación?

Por qué no empezamos el diálogo con algo, por ejemplo:

 El Artículo 2 de la Constitución, literalmente dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas, ¿cómo se puede reformar  éste precepto?: añadiendo un párrafo que diga; “ De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con parlamento autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar un referéndum de independencia del Estado español, el cual ha de ser sometido a votación en dicho territorio en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis. Y si es refrendado por la mayoría más un ciudadano del total censo electoral de la nacionalidad o región que los haya convocado quedará  aprobada la independencia. En caso, que su resultado no respalde la independencia con la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte años.”

 Ya que todos quieren dialogar, por qué no hacer una propuesta de este tipo, para empezar. Naturalmente para esa reforma se necesitarán las mayorías que prevé el Art. 168 de la misma Constitución.

Barcelona a 9 de octubre del 2017. RRCH

jueves, 5 de octubre de 2017

La aplicación del Art. 155 CE


Tal como se están desarrollando los acontecimientos en la relación España/Cataluña, la posibilidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución por parte del gobierno central no es una opción, sino una obligación. El anuncio de su aplicación generará más barullo que el que ya genera la posibilidad de aplicarlo sin que se haya aplicado. Pero realmente lo que sí puede generar oposición verdadera son las medidas que en su aplicación se adopten. EL precepto referido literalmente dice:

“1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.

 2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas” .

 Y el Reglamento del Senado, al respecto dice:

16-06-2000: Dada nueva redacción por Art. 2 de Rgto. de 14 junio 2000

1. Si el Gobierno, en los casos contemplados en el art. 155.1 de la Constitución, requiriese la aprobación del Senado para adoptar las medidas a que el mismo se refiere, deberá presentar ante el Presidente de la Cámara escrito en el que se manifieste el contenido y alcance de las medidas propuestas, así como la justificación de haberse realizado el correspondiente requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y la de su incumplimiento por parte de ésta.

2. La Mesa del Senado remitirá dicho escrito y documentación aneja a la Comisión General de las Comunidades Autónomas, o bien procederá a constituir una Comisión conjunta en los términos previstos en el art. 58 del presente Reglamento.

3. La Comisión, sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 67, requerirá, por medio del Presidente del Senado, al Presidente de la Comunidad Autónoma para que en el plazo que se fije remita cuantos antecedentes, datos y alegaciones considere pertinentes y para que designe, si lo estima procedente, la persona que asuma la representación a estos efectos.

4. La Comisión formulará propuesta razonada sobre si procede o no la aprobación solicitada por el Gobierno, con los condicionamientos o modificaciones que, en su caso, sean pertinentes en relación con las medidas proyectadas.

5. El Pleno de la Cámara someterá a debate dicha propuesta, con dos turnos a favor y dos en contra, de veinte minutos cada uno, y las intervenciones de los Portavoces de los Grupos parlamentarios que lo soliciten, por el mismo tiempo. Concluido el debate, se procederá a la votación de la propuesta presentada, siendo necesario para la aprobación de la resolución el voto favorable de la mayoría absoluta de Senadores.

Bien, ahora supongamos que el gobierno requiere al gobierno de la Generalitat y el Parlament de Catalunya para que, en el plazo de 24 horas restablezcan el cumplimiento de las leyes y de las resoluciones del Tribunal Constitucional ya habidas, acepte la nulidad de la Ley del referéndum, el propio referéndum, la Ley de Transitoriedad, lo publique en el Boletín Oficial de la Generalitat, y se abstenga de realizar cualquier otra acción propiciatoria de independencia.

Las medidas que se propongan al Senado para el supuesto de incumplimiento por parte de la Generalitat, serían:

1.- Suspender por el plazo de 90 días todas y cada una de las potestades de la Generalitat y del Parlamento catalán, asumiendo todas las funciones el Gobierno Central a través de la Delegación del Gobierno.

2.- Convocar de forma inmediata las Cortes Generales (Parlamento y Senado) con el único orden del día de  constituir una comisión permanente con sesiones continuas de lunes a lunes, para que en plazo de 90 días resuelvan sobre la propuesta de modificación de la Constitución consistente en añadir un segundo párrafo al Art.2 con la siguiente literalidad: “ De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con Parlamento autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar un referéndum de independencia del Estado español. Éste se ha de celebrar y ser votado en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis, y refrendado por la mayoría del censo electoral de dicho territorio más el voto afirmativo de una persona más quedará aprobada la independencia. En caso, que la independencia no sea respaldada por la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte años.”

A ello se ha de añadir, sine qua non, una movilización cívica en toda España, explicando la propuesta de modificación constitucional, que no se dirige solo a Cataluña, que también, sino a todos y cada una de las nacionalidades y regiones que dispongan de parlamentos autonómicos. Aceptándose que, ciertamente otras nacionalidades o regiones puedan independizarse de España  si disponen de la voluntad de 2/3 de los miembros de sus parlamentos en tal sentido, convoquen  referéndum de separación de España, y sus respectivas poblaciones  refrenden la independencia con el apoyo de la mitad de las personas que componen en censo electoral más un individuo. Y naturalmente, se ha de explicar con más razones que sentimientos las consecuencias del separatismo para los que se quieran ir y para los que se quieran quedar.

Y si no hay mejores opciones seguiremos enquistados en una guerra civil sin armas, hasta que las armas aparezcan, y gane la fuerza que no convencerá ni a los que venzan. De los que pierdan y tengan que asumir lo que no quieren, ya ni hablemos.
Barcelona a 5 de octubre del 2017.-  RRCH

miércoles, 4 de octubre de 2017

ESPAÑA: el gobierno reina, pero no gobierna:


El gobierno de Rajoy se compone de patos, cada paso una cagada. Ni queriendo y haciendo ejercicios se puede empeorar cada día más, aunque lo consiguen. Rajoy y su corte de adulones junto con los protestones que supuestamente debían hacerle la oposición planteando alternativa con cara y ojos, se han parapetado detrás del Rey, los jueces y la Unión Europea. Unos y otros, a favor y en contra, se declaran mutuamente idiotas e incapaces, pero mantienen sus culos pegados a sus poltronas de dónde sacan sus infames subsistencias. La gente va haciendo procesiones espontáneas reafirmando sus creencias sin vírgenes ni cristos crucificados. Un Estado de Derecho, como todos estos líderes huecos, sin ton ni son, van proclamando en su idiotez, se fundamenta en una Constitución que si algún día se la han leído se les olvidó porque a todos parece molestarles. El artículo 155 de esa ley de leyes -que en su día otras personas valientes sacrificando parte de sus convicciones que antes defendieran con sus propias vidas, consiguieron hacer de esta España un país respetable, y a veces envidiable-, dice: “1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuaren de forma que atenten gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad  Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas”. Cataluña es una Comunidad Autónoma, y el presidente de ella, convertido en reyezuelo salvador, hace un mes que convocó un referéndum ilegal y así de ilegal lo declaró el Tribunal Constitucional, y Rajoy -que debería ser el gobierno- no ha requerido al Sr. Puigdemont -presidente de Comunidad Autónoma de Cataluña-, para que pare. Pero, Rajoy ayer consiguió que el Rey hiciera algo parecido, que no lo fue, porque tampoco lo dijo, ni tiene competencias para hacerlo. Pero de paso consiguió el Lerdo presidente del Gobierno de España que el Rey quedara como defensor de su flojera, y que los demás líderes idiotas, en su empeño de gastar saliva, criticaran al Rey. El artículo 155 de la Constitución habla de medidas, pero no dice cuáles son. Pablo Iglesias se opone a la aplicación del 155 de la Constitución, aunque nadie haya hablado de alguna medida, él se opone a todas y no se le ocurre nada; bueno sí, hacer otra moción de censura para perderla, después que él y los idiotas que le siguen hicieron presidente a Rajoy; ah! , y un referéndum pactado, aunque no dice cómo se le ocurre pasarse por la entrepierna el Art. 2 de la Constitución. Pedro Sánchez no sabe qué decir, pero nos habla de una reforma de la Constitución, sin decir qué quiere reformar y con qué redactado; eso sí, quiere una España Federal, pero no dice en qué se diferenciará de la que hay, y en cómo solucionará lo que ahora nos pasa: de momento nos entretendrá preguntando en el Parlamento a Soraya cómo Trapero le hizo la cama, la otra le dirá que no se enteró. Albert Rivera quiere aplicar el Art. 155, pero solo para convocar elecciones en Catalunya, y parece bobo, no se ha dado cuenta el muchacho que la independencia aquí cada vez tiene más creyentes, y que con elecciones estaríamos en el mismo sitio, aunque peor. Puigdemont y Junqueras se parten de la risa viendo a los idiotas, pero van apretando el esfínter al ver que habiendo echado a la gente a las calles luego tendrán que recogerla sin saber cómo, ya que puede ser que se les vayan de las manos; y ¡cuidado!, La Caixa y el Banco de Sabadell ya comienzan a sentirse incómodos y miran a Madrid como querencia, y a la CUP todo lo importa un comino; nada tiene que perder porque nada tiene que conservar. Pero bueno, no pasa nada, todo se arregla con diálogo, aunque ninguno de estos idiotas, ponen sobre de la mesa un mínimo orden del día sobre el qué dialogar. Cualquier diálogo se debería empezar sobre el acuerdo de reformar la Constitución, y decir qué se pretende reformar, con qué redactado y hacia qué objetivo se dirigen. No parece que la solución se pueda encontrar sin un referéndum en el que voten todos los ciudadanos catalanes, y si éstos, con el apoyo de la mitad del censo electoral más una persona, deciden la independencia, habrá independencia. No parece razonable ni defendible que una gente tenga que permanecer dentro de un Estado si a él no quieren pertenecer. Y los que quieren que los catalanes continúen dentro de España, tendrán que esforzarse en convencerles, fácil no es, pero atarlos a todos no será más sencillo. La humilde propuesta de un español trasplantado es modificar el Art. 2 de la Constitución, conseguir las mayorías necesarias para hacerlo no es tarea sencilla; pero ¿fue sencillo conseguir que se hicieran el arakiri los Procuradores en Cortes del franquismo para posibilitar la Ley de Reforma Política y luego la Constitución actual? ¿Fue sencillo para Adolfo Suarez legalizar el Partido Comunistas? ¿Fue sencillo para Santiago Carrillo y la Pasionaria aceptar la monarquía y renunciar a la República? ¿Fue sencillo domesticar al Ejército? ¿Fue sencillo entrar en la Unión Europea?

El Artículo 2 de la Constitución, literalmente dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas, ¿cómo se puede reformar  éste precepto?: añadiendo un párrafo que diga; “ De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con Parlamento autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar un referéndum de independencia del Estado español. Éste se ha de celebrar y ser votado en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis, y refrendado por la mayoría del censo electoral de dicho territorio más el voto afirmativo de una persona más queda aprobada la independencia. En caso, que la independencia no sea respaldada por la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte años.”

Dos tercios del Parlamento catalán son requeridos para reformar el Estatuto de Catalunya; aunque se puede proponer mayorías más ajustadas si lo que se pretende es crear un país solo con la mitad de sus representes políticos. La mayoría del censo y no solo de los que vayan a votar parecer razonable, en la medida que hacer un nuevo país requiere al menos el apoyo activo de la mitad más una de las personas que tienen derecho al voto, aunque se puede proponer otras mayorías o el voto obligatorio. Si tan claro lo tienen los nacionalistas, es de suponer que no plantearán objeción a que se vote así, con una previa campaña electoral en la que se expongan los pros y los contras a las consecuencias de la independencia, y con todas las garantías democráticas que ello implica. El resto de España no parece tampoco que hallen razones de oposición; no parece razonable obligar a la mitad más uno de los habitantes de un territorio a pasar por dónde no quieren, si es que no quieren.

Barcelona a 4 de octubre el 2017. RRCH

lunes, 2 de octubre de 2017

RAJOY, el Hechizado.


Su clamorosa incapacidad ayer se evidenció. Salvo naturalmente que en su fuero interno desee que los catalanes se independicen.  Ni en sueños los separatistas pudieron concebir que la cosa le saliera tan bien. Para Rajoy como la cosa era ilegal la cosa no pasó. ¡¡Que se joda la realidad!! El presidente del gobierno español ha acreditado ser tan lerdo como se le presumía en atención a su historial de distraído. No se enteró, a pesar que se lo dijeron en castellano, catalán, inglés y francés, que el 6 y 7 de septiembre cuando el Parlamento Catalán ya declaró la independencia unilateral, con la ley del referéndum y la de desconexión, y por si no le quedaba claro al presidente, luego le dijeron que ellos se pasaban y se seguirían pasando por la entrepierna las leyes españolas y lo que dijera el Tribunal Constitucional y demás jueces. Y sin que el lerdo presidente se enterara hicieron exactamente lo que habían prometido; si ahora declaran solemnemente la independencia o esperan un ratito, no es nada trascendente, de facto ya lo han hecho. Para mayor gloria de los líderes separatistas, el presidente español, le proporcionó lo que más les hacía falta: las fotografías de la policía pegándole a los que fueron a votar. Con ello taparon que lo del referéndum era y fue una farsa encaminada a soliviantar los ánimos de la gente, y Rajoy le dio una manita que les vino como añillo al dedo. El referéndum siempre fue una excusa, lo importante era lo que ya habían hecho el 6 y 7 de septiembre. No tiene ninguna importancia que no hubiera un censo electoral, que no hubiera junta electoral, ni delegados de mesas, que las urnas opacas ya llegaran cargadas,  ni que el recuento de votos los hicieran los separatistas, y que se pudiera votar las veces que el interesado creyera oportuno. La cosa estaba en echarle la gente encima para que Rajoy picara haciéndose el macho y quedando como un bruto. Durante los años que han gastado los separatistas para manipular a la gente mediante una lluvia fina de mentiras que les caló, Rajoy estaba esperando que se bajara lo que él creía que era un suflé fumándose un puro mientras veía el ciclismo y el fútbol. Pero no se enteró que como estaba cantado, los Mossos d´Esquadras, por más que tuvieran las competencias de policía judicial, no iban a cerrar los colegios electorales, y que cuando éstos ya estuvieran bien tomados por una muchedumbre organizada por Ómnium y la ANC, subvencionadas con el dinero de todos, ellos le pedirían “auxilio” a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, para que se quemaran, como se quemaron.  Y no importa que a un policía le reventaran una silla en la cabeza, y les tiraran piedras, los autores defendían la democracia pacíficamente. Gracias al lerdo de Rajoy los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, quedaron en ridículo dando la apariencia que estaban invadiendo un territorio ajeno a España y se cebaban con los indefensos invadidos. Todo el prestigio que en las últimas décadas había acumulado la Guardia Civil y la Policía Nacional la perdieron en unas horas. Tampoco se enteró Rajoy que los que ayer salieron a la calle, no todos querían separarse de España, muchos solo se querían separar del PP; y no se enteró tampoco que los que no fueron a las votaciones tuvieron que hacer un esfuerzo intelectual y emocional importante para diferenciar lo que es el Estado español de lo que son los inútiles personajes que ahora lo ocupan. Dentro de los supuestos separatistas hay muchos que únicamente desprecian la política del Partido Popular, y como no encuentran a otras formaciones que propongan concretas soluciones al separatismo, se unen a ellos para expresar el asco que les produce la política pepera. Ese asco muchos lo compensaron con el mayor asco que les produce el cúmulo de mentiras de los separatistas. Ahora Rajoy está esperando que los separatistas hagan la declaración solemne de independencia, que la harán o no, dependiendo de lo que les convenga. Controlar el espacio aéreo, controlar el territorio y las aguas territoriales, mantener las autopistas, coordinar la seguridad social y las pensiones, los registros civiles, los de vehículos, los registros mercantiles, crear un cuerpo de jueces, fiscales e inspectores de hacienda, y una policía militar o un ejército para hacerlo cumplir, cuesta mucha pasta sin Fondo de Liquidez Autonómica, al tiempo que vayan tratando de colocar fuera de la UE los productos que no compren los españoles, sin contar con las multinacionales que en 24 horas establecerán su sede social en Madrid para no verse perjudicada económicamente. Bueno, también es verdad que la familia Pujol igual concluyen que “ahora toca” repatriar las bolsas de euros que guardaron en Andorra, Suiza y demás paraísos fiscales, seguramente previendo tal venturoso evento de la patria nueva: si reaparece lo acumulado con el 3% de coima, mordidas y comisiones, los catalanes se apañarán. Si los separatistas lo dejan para después -lo de declarar solemnemente la independencia-, Rajoy esperará, y si los separatistas no esperan, él quedará retratado hasta ante sus propios acólitos. Los separatistas al menos en la propagación de las mentiras y en la organización de los eventos para su ocultamiento han demostrado una eficiencia envidiable, aunque también es cierto que vencer a pusilánimes e inútiles no requiere mucho esfuerzo. Cuando el PP tuvo mayoría absoluta puedo introducir en la Ley de Partidos Políticos (LO 6/2002 de 27/6) en el artículo 9, que en su párrafo 1 dice: 1. Los partidos políticos ejercerán libremente sus actividades. Deberán respetar en las mismas los valores constitucionales, expresados en los principios democráticos y en los derechos humanos. Desarrollarán las funciones que constitucionalmente se les atribuyen de forma democrática y con pleno respeto al pluralismo.2. Un partido político será declarado ilegal cuando su actividad vulnere los principios democráticos, particularmente cuando con la misma persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático, mediante alguna de las siguientes conductas, realizadas de forma reiterada y grave (…):”. Y además de la violencia pensada contra ETA (que es la única conducta susceptible de generar la ilegalización), pudo introducir la ilegalización cuando un partido político propicia la desmembración del territorio español quebrantando la Constitución, pero se les pasó, a ellos y a los demás. Como se le está pasando la aplicación del Art. 155 de la Constitución: 1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas”

 El Artículo 2 de la Constitución, literalmente dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas, ¿cómo se puede reformar  éste precepto?: añadiendo un párrafo que diga; “ De forma extraordinaria, cualquier nacionalidad o región con parlamento autonómico y con el voto favorable de dos tercios de sus miembros, podrá convocar un referéndum de independencia del Estado español. Éste ha de ser celebrado en un plazo no inferior a dos meses ni superior a seis y si es refrendado por la mayoría del censo electoral de la nacionalidad o región, más un ciudadano, quedará aprobada la independencia. En caso, que su resultado no respalde la independencia con la indicada mayoría, dicha nacionalidad o región no podrá hacer otra convocatoria por la independencia hasta pasados los próximos veinte años.” Naturalmente, para dicha reforma se requerirán las mayorías que prevé el Art. 168 de la misma Constitución.

El miedo de los unos y de los otros a perder ese referendum les ha impedido hacer una propuesta de este calado, para la cual, naturalmente se ha de reformar la Constitución y consecuentemente convencer a las mayorías que la propia Constitución requiere para ello. No lo ha propuesto ni el PP; ni el PSOE, ni CIUDADANOS; ni ERC, ni el PdCat, ni la CUP, ni PODEMOS; no han propuesto ni esta reforma ni ninguna otra, solo dicen generalidades lo suficientemente ambiguas para no molestar a nadie y siempre poder desdecirse. Es una obviedad que no se puede mantener a una población como la catalana en una organización estatal a la que no quiere pertenecer, si es que no quiere pertenecer  la mayoría de sus ciudadanos con derecho a voto más uno más de ellos. Tal propuesta, sin dudas sería inmediatamente rechazada precisamente por los nacionalistas, porque no lo ganarían ni los catalanes, ni los vascos, ni los andaluces, ni lo gallegos, ni los canarios, ni ningún otro. Los nacionalistas no pueden resistir un referéndum verdadero en el que se haga campaña política por los del Sí, y por los del No deshaciendo sus engaños; y si lo resisten y vencen, allá ellos. Nadie podría decir con razón que no es democrático.

Barcelona a 2 de Octubre de 2017. RRCH