jueves, 28 de mayo de 2015

ESPERANZA AGUIRRE


 

          Es indudable que esta señora es el exponente de mayor relieve en la geografía española, en su condición de política de casta. Es la esencia misma de la casta, posee todos los atributos. Tiene la absoluta capacidad de defender una cosa y su contraria con la agilidad mental necesaria para adecuarlo a sus intereses, y sin inmutarse. Para ella es lo mismo ocho que ochenta, todo vale siempre que sirva a sus conveniencias. La vergüenza, la ética y la empatía son valores que para ella ni existen, ni existirán, ni deben existir. Y por las dudas, está dispuesta a hacer un frente para que no pasen. Su amoralidad es admirable, sublime. La señora Aguirre podría ser un personaje con atractivo turístico, e incluso daría color a la marca España con su exhibición como ejemplar único. Tendría desbordante éxito en un programa televisivo en el que una vez a la semana, o dos,  pudiera defender un tema durante media hora y luego de una pausa publicitaria de unos diez minutos, dejarle otros treinta para que se contestara en oposición. Los insultos y desprecios que se diría en la primera mitad, produciría tantos ingresos a la cadena por los anuncios que rompería la contabilidad de la audiencia. Millones de espectadores se quedarían pegado al aparato esperando la réplica. Podría arruinar a todas las demás televisiones. Incluso luego de su actuación se haría una tertulia con personajes de reconocido prestigio, situando unos contra otros para analizar las ideas, el lenguaje no verbal, y especular sobre lo que debería suceder la próxima semana. Sería extraordinario, y atraería la inversión extranjera, incluso, aprovechando que la señora habla muy bien inglés, hasta se podría hacer un programa destinado al mundo anglosajón. Se harían clubs de fans por todo el mundo, unos apoyando a la Espe de la primera parte y otros apoyando a la Espe de la segunda, siempre con logos de distinción en banderitas, uno con gaviotas volando de una manera y otro con los mismos pájaros haciéndolo de otra, con distintos tonos y colores. Si se le echa imaginación no se hablaría de otra cosa, mentar el paro se convertiría en algo rancio fuera de época, a la corrupción le llamaríamos de forma más positiva como “diversidad gestora” o “pluralismo helvético”. Y la pobreza dejaría de existir, y si no le llamaríamos “diversidad adquisitiva”.

Barcelona a 28 de Mayo del 2015.- RRCH  

jueves, 7 de mayo de 2015

Qué pasaría si Podemos….




 
          La historia nos señala lo que el presente debe evitar para que el futuro exista. Qué pasaría si Podemos en Andalucía propusiera entrar en el Gobierno de la Comunidad asumiendo la Consejería Anticorrupción, ¿qué? Claro, dicha Consejería se debería crear, teniendo como competencias propias el control mediante informes publicados y no vinculantes de todas las adjudicaciones de obras públicas, la concesión de subvenciones a los Partidos Políticos, Sindicatos, ONGs, empresas públicas, etc, y sobre las circunstancias y costes públicos de servicios externalizados (privatizados), así como también en relación a  todas y cada una de las propuestas de ley. Con delegaciones en todos los municipios de más de treinta mil habitantes. Ello naturalmente podría ser rechazado por el PSOE, y en tal caso debería asumir el coste del rechazo. En un sistema democrático se debe asumir de entrada que si no se ganan las elecciones con mayoría absoluta se ha de posibilitar el mejor gobierno, y para ello no estaría mal que se propusieran medidas concretas y además el proponente asumiera la responsabilidad de ponerlas en práctica. La posición del “no” sin una alternativa con cara y ojos para el “sí” como postura táctica no parece diferenciarse mucho de lo que históricamente se acostumbra a hacer, con los resultados ya conocidos. Tal experimento podría ser el inicio de un planteamiento para el Gobierno Central. Por ejemplo que,  para el partido que en las elecciones fuera el segundo más votado -incluso si el primero adquiere la mayoría absoluta-, se reservara el Ministerio Anticorrupción. De forma que así se tendría en el Consejo de Ministros a un Ministro de la oposición, que aunque no tenga capacidad de decidir, sí tenga capacidad de denunciar. Algo así como una coalición obligatoria. ¿Qué pasaría?
 
Barcelona a 7 de Mayo del 2015. RRCH