viernes, 29 de noviembre de 2019

La realidad: ¿que se joda?


Puede que algunos viendo el emotivo abrazo que se dieron hace unos días el Sr. Pedro Sánchez con el Sr. Pablo Iglesias, pensaron que íbamos a tener en breve un gobierno de esos que se llaman progresistas, palabro que se emplea para que los oyentes interpreten que la cosa va a ir viento en popa, con puestos de trabajo suficientes y bien pagados, alquileres al alcance de todos, emancipación efectiva de la mujer, pensiones aseguradas para varias generaciones futuras, y en general una atención prioritaria a las gentes más desfavorecidas; algo así como un abordaje a la realidad para tirar al agua todo lo malo que la desluce. Bueno, igual no sucede. La política hoy aparentemente se fundamenta en la máxima: ¡que se joda la realidad!, puesto que la realidad, es decir la situación actual de las cosas, sobre la que parecería que se debería actuar para en su caso modificarla positivamente, se ha convertido en un impedimento para la concreción de las ilusiones de los políticos que nos representan. Por tanto, la forma de ilusionar a las gentes pasa por negar la realidad: ¡que se joda!

             Sanchez e Iglesias cuando se ennoviaron superando sus desavenencias emocionales dejando atrás esas cosillas para luego solventarlas con cariño, se les escapó, en ese acercamiento personal ilusionante, que necesitaban a otros para hacer número y poder ponerse a gobernar. Ese otro ya hace tiempo que apartó de su mundo a la realidad centrándose exclusivamente en las ilusiones de una República que habita en sus sueños, o en su argumentario para calentar los desvaríos de los que le votan soñando. Y la parejita de Pedro y Pablo han de escuchar y decirle amén a los Rufianes que necesitan volver a conciliar el lindo sueño que tenían cuando la perturbadora realidad les sobresaltó. Y éstos se lo ponen fácil a Pedro y Pablo, solo tienen que simular que el Govern de la autonomía de Cataluña es equiparable al Gobierno de España, y negociar de igual a igual. Y es lógico: ¿por qué la República de Catalunya va a estar subordinada al Gobierno de España?; eso sería así si no se hubiera mandado a la mierda a la realidad. Una vez ambos “Estados soberanos” se sienten a negociar, y el español pilotado por Sánchez le otorgue a los Rufianes lo que piden, estos le votarán para que sea presidente de España uno  y vicepresidente el otro, y luego cuando llegue la necesidad de aprobar los presupuestos generales del Estado,  Sánchez sí o sí tendrá que apoyarles a través del PSC para que los muchachos de Esquerra Republicana se hagan con el gobierno de la República Catalana, bueno no, en verdad de la Comunidad de Cataluña, aunque la verdad a ellos les importa un bledo: y sino a quemar contenedores de basura y cortar autopistas para que salga en la tele. Mientras tanto la derecha seguirá engordando como Dios manda, para luego sentirnos víctimas de nuestras idioteces.

Barcelona a 29 de noviembre del 2019. RRCh

martes, 19 de noviembre de 2019

La salida del bufón.


El fundamentalismo separatista catalán históricamente se ha manejado con razones muy discutibles, en las más de las veces basadas en medias verdades o sencillamente en falsedades completas, pero en definitiva siempre discutibles y arregladitas para la ocasión. Esa dinámica no ha dejado de empeorar de forma continuada, para lo que siempre ordinariamente queda margen. No obstante, cabe la posibilidad que con la ascensión del bufón de palacio en el que consciente y voluntariamente se ha situado el actual President de la Generalitat, es posible que ya esté rascando el fondo de la bolsa de basura en la que ha convertido la institucionalidad del catalanismo. El personaje ya no se puede representar ni a sí mismo, por su bajeza, su ineptitud y sus plenas carencias intelectuales. Si él mantuviera la capacidad de estar a solas consigo mismo se despreciaría. Y es posible que las fantochadas que ayer representó en el juicio donde él era el acusado, tal actitud pueda ser su mejor salida. Seguramente considera más cómodo para su destino que lo expulsen miembros del Poder Judicial de su lastimosa carrera política a que se tenga que ir solo si en un momento lúcido advierte su menesterosidad, o al que le mueve los hilos desde el reino belgas se le enredan los piolines en el manejo, decida poner un títere más vistoso o le pillan en la huida y acabe diciendo que era broma. En cambio, si le inhabilitan mediante sentencia, siempre podrá incrementar el victimismo que aún le sustenta. Ser víctima individual del imperialismo dictatorial español, en su entorno le dará hasta prestigio, y siempre se puede llevar una paguita en euros, que hasta puede a él resultarle más interesante. Es de suponer que un individuo que come mongetes para generar ventosidades pestilentes enfocadas a su defensa jurídica ha de ser incómodo hasta para los animales domésticos que le rodeen.

Barcelona a 19 de noviembre del 2019. RRCh

lunes, 18 de noviembre de 2019

El abrazo


Pedro Sánchez con buen criterio cuando se postulaba como futuro presidente de España, dijo de Pablo Iglesia, que no podía hacer gobierno con él porque serían dos gobiernos contrapuestos en uno; que Iglesia decía que en España había presos políticos y que lo de Cataluña solo se resolvería con un referendo, y que si le daba a Iglesias o a los suyos ministerios de Estado no podría dormir. Paralelamente y en los mismo momentos Iglesias decía que Sánchez quería pactar con la derecha, porque así se lo mandaba el Ibex 35, y que por eso en el período que gobernó Sánchez no derogó la reforma laboral de Rajoy. Dos días después los dos se fundieron en un abrazo en el qué Iglesias se subió en putas de pies a los hombros de Sanchez y cerrando los ojitos apretó su cara contra la oreja de Pedro, y luego sonreía como niño con juguete nuevo. El episodio fue obsceno e impúdico por indigno e innecesario. Si ambos hubieran sido un poco más decentes debieron haber expuesto cada uno de los puntos de sus respectivos programas electorales a los cuales iban a renunciar, los motivos por los cuales era menos malo renunciar a tales promesas, y explicar qué promesas compartían e iban a desarrollar en el supuesto que dicha coalición tuviera votos suficientes en el Congreso para salir adelante. Pero no, nada de eso, lo que si van explicando es cómo se van a repartir el Consejo de Ministros y que al que antes no dejaría dormir a Sánchez ahora le ilusiona tanto que lo hará vicepresidente. La ilusión generada en ellos por la perspectiva de un gobierno habitado por los dos, no parece que tenga nada que ver con el interés de los españoles, sino que evidencia el goce de la plenitud personal anhelada por ambos. Lo que al parecer está claro es que no van a tocar, como si no estuviera sucediendo, lo de Cataluña: que llevemos casi un mes con la Plaza Universidad tapada de basura y tiendas de campaña que presuntamente están ocupando indigentes, dado que el frio y la lluvia ha motivado a los presuntos estudiantes que iniciaron la acampada a buscar abrigo en sus domicilios, y que mientras tanto esté cortada la Gran Vía y la Calle Pelayo; que corten autopistas y otras calles cuando a los CDR le sale de su arco de triunfo; que le bufón de Torra hable de que comió butifarra con mongetes mientras iba hacia el Palacio de Justicia para ser juzgado, insinuando como burla  que igual en la declaración ante los jueces le saldrían ventosidades por vía distinta a las que habitualmente  salen por su boca; todo esto no se comenta por los coaligados tal como si no existiera.

          Para que esa coalición entre Sánchez e Iglesias consiga los apoyos parlamentarios para logar una investidura, necesitan sí o sí también el apoyo de Esquerra Republicana, la cual exigirá como ya está exigiendo, que Sanchez accedas a admitir lo que no puede admitir si no quiere situarse al margen de la Constitución y con la oposición de las otras 16 Autonomías: que se hable del referendo de independencia. Y lo exigirá Esquerra Republicana no porque le importe más Cataluña que España, no, porque lo único que les importa son los escaños que ganarán o perderán cuando Torra o quien le suceda convoque elecciones en Cataluña; y los más o los menos sillones que conseguirán, ellos creen posiblemente con razón, que dependerá de si se pone de culo ante España o de perfil. Aún suponiendo que hubiera investidura, inmediatamente después vendrá la necesaria aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, aquellos que no se aprobaron hace unos meses porque Esquerra Republicana se opuso y ¡eso que habían sido presentados por Sánchez e Iglesias! Por tanto, si hay gobierno de coalición, las perspectivas de durabilidad serán cortas.

          Sanchez tiene otra opción, que es no presentarse a la investidura y decir públicamente que si lo intenta el PP de Casado el PSOE se abstendrá. Si lo hace, con los 120 escaños del PSOE en abstención, Casado necesita 116 apoyos que con Vox los tiene de sobra; y que formen gobierno ellos, resuelvan si son capaces el desgobierno de Cataluña, y Sánchez e Iglesias tendrán sus 155 escaños para hacer oposición. Pero para eso tendrán que dejar de mirarse sus ombligos y centrarse en valorar el futuro de España. Si no lo hacen y la coalición Sánchez e Iglesias fracasa, como es previsible, en las próximas elecciones barrerá la derecha y  por muchos años.

 Y pagaría por equivocarme.


Barcelona a 18 de noviembre del 2019. RRCh.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

ESPAÑA y el referéndum del 10N


El próximo domingo más que unas elecciones parlamentarias será un referéndum sobre nacionalismos. El extremo final de todo nacionalismo es el fascismo, fascismo español, fascismo catalán y los que se apunten. Las formaciones de izquierda que tenemos, si es que queda alguna con esencias escondidas de internacionalismo, han actuado y actúan como si no fuera con ellos. Creen que ocultado la cabeza bajo el ala y asustando con que viene la extrema derecha ya es suficiente, y que puedan seguir compadreando con referéndum. Es visible para quien quiera ver, que el nacionalismo catalán y el español se fundamentan en mentiras en idéntica intensidad, que si no se rebaten como no se están rebatiendo calan en le emocionalidad de la gente. Que diga Vox que las Comunidades Autónomas de la España actual están desangrado la economía de la patria, es igual a aquello de que España nos roba de los separatistas catalanes. Decir que la inmigración está destruyendo nuestra cultura por parte de los patriotas españoles es lo mismo que dicen los separatistas catalanes en relación con los castellanoparlantes de Cataluña, a los que por supuesto no consideran catalanes. Las agresiones que pueden estar sufriendo emigrantes en España por nacionalistas españoles es igual a las agresiones que sufren los castellanoparlantes no separatistas en Cataluña. Las banderas y los pendones fueron inventadas para distinguir en contienda a quienes se han de respetar (los nuestros) y a quienes se han de combatir (los otros). Entre los nuestros y los otros, estamos nosotros, con las mismas miserias, las mismas ilusiones, las misma buenas intenciones y las mismas brutalidades. El nacionalismo es el enemigo principal de la racionalidad, de la solidaridad y de la empatía, convierte a los otros en un objeto a abatir, en enemigo, los deshumaniza, pero a su vez genera una falsa sensación de protección de los nuestros: nosotros sin ellos seremos más libres, más ricos y felices. La izquierda no ha sabido o no ha querido propiciar la unión entre las personas desde que abandonó sin alternativa la lucha de clases, y entraron como auténticos idiotas en la lucha de banderas, y cuánto más se adentran en sus prejuicios de superioridad moral, más credibilidad pierden. Están entendiendo o dando a entender que la democracia es un sistema político en que todo vale al margen de las leyes que democráticamente nos hemos dado, y que todo se solventa con referéndum y no advierten los imbéciles que los referéndums parten lo que no se debe partir, porque con las divisiones siempre gana el fascismo. Si aceptamos como solución hacer un referéndum de independencia en Cataluña para separar en dos bandos enfrentados a sus habitantes y eso es lo democrático; será igual de democrático un referéndum para eliminar las autonomías y/o ilegalizar a los partidos separatistas. Y muy desgraciadamente, el próximo domingo se refrendarán ideas así. No solucionará nada y estaremos bien divididos en dos Españas empatadas y empantanadas.



Barcelona a 6 de noviembre del 2019. RRCh