miércoles, 1 de diciembre de 2021

Sobre el fascismo de los unos y de los otros

 

    El término fascismo o fascista corresponde a una doctrina política de carácter totalitario y nacionalista, que con naturalidad se aleja de las premisas básicas de la democracia. Y, salvo que al concepto se le adjudique algún otro tipo de consideraciones, se le debería atribuir a todas las doctrinas políticas que en esencia cultivan tales creencias o conceptualizaciones.

        Así las cosas, el carácter totalitario se identificaría con que el Estado existente o el que se pretenda, centralice o centralizaría todos sus poderes en un partido único o en coalición con otros del mismo espectro, controlando coercitivamente las relaciones sociales bajo una sola ideología oficial. Y nacionalista sería la ideología sustentada en la afirmación de una identidad cultural ligada a un territorio, una lengua y/o una tradición histórica real inventada,  que exacerba la superioridad de un pueblo o nación sobre otros. Con ello parecería claro que el fascismo niega la existencia misma del opositor que les combate intelectualmente aquellas ideas, y para ello un fascista no escatima medios para eliminarlos, haciendo uso de las balas, la tortura y el asesinato “patriótico”; porque ellos son totalitarios y excluyentemente patriotas

       Si el fascismo es eso, y si fuera otra cosa y me lo aprendo cambiaré de idea, es fascismo y son fascistas los independentistas catalanes y vasco, y naturalmente en su máximo esplendor los etarras cuando asesinaban y el franquismo cuando hacían lo mismo con más amplitud temporal y cuantitativa.

       Suponiendo que esto fuera así, todas las normas que se crearan en un estado democrático sobre la memoria histórica tendrían que, en caso de España, centrar la memoria para intentar que lo recordado no se repita, tanto en los crímenes del franquismo como en los crímenes de ETA, puesto que se trataría de hacer memoria sobre el fascismo pasado, para que los presentes se nutran de lo que no debe ser.

       Claro, si partimos de ello, habríamos de asumir que si tales hechos se dejaron de producir hace más de 40 años unos y más de 10 años otros, hoy aún viven fascistas de los unos y de los otros tanto como aficionados o parientes, pero no ejercen como tales puesto que al menos ni los unos ni los otros matan, ni promueven asesinatos, secuestros ni torturas; claro que eso puede ser hasta que consigan las circunstancias adecuadas para volver a lo suyo; o no. Ahora bien, tenemos los ciudadanos que tenemos, y vienen de dónde vienen con las adherencias ideológicas de sus tiempos.

        Haciendo un grupo de los unos y otro grupo de los otros, para combatirse (o combatirnos) significando como característica esencial irredente la herencia fascista de unos y otros, solo reviviremos el pasado con la parcialidad de cada cual, mientras nos distraemos en la melancolía dejándonos arrollar por el futuro al no haber construido nada para después.

       Desde tales perspectivas es más que probable que VOX tenga ciertas pretensiones fascistas, como también las ha de tener BILDU; no obstante, cuando ETA mataba con tiros en la nuca por la “patria vasca” mediante descerebrados fanáticos que asesinaban a personas que ni conocían, desde concepciones democráticas se le llamaba a la participación política pacífica; bueno, ahora no matan y participan pacíficamente en las instituciones con representación democrática otorgada en elecciones libres.  En similares circunstancias se halla VOX, cuando a finales de los años 70 se promulgó la ley de partidos políticos y luego la Constitución actual, se hizo una ley de amnistía incorporando a aquellos que mataron por la “patria” a muchos republicanos y a la república misma; y ello fue así porque no se halló otro mejor remedio. Y salió ALIANZA POPULAR hoy PP con las adherencias ideológicas del tardofranquismo, del que se escindió lo que hoy es VOX, que participa pacíficamente en las instituciones con representación democrática otorgada en elecciones libres.

       Bien, si esto fuera así, es imposible entender porqué la izquierda quiere hacer un “cordón sanitario” contra VOX que conceptúan como fascistas y la derecha quiere hacer un “cordón sanitario” contra BILDU y contra Podemos por considerarles filo etarras o comunistas -parecería que a ellos lo de fascista les confunde-; y sean ambos fascistas o similares, ambos están dónde están por el apoyo popular en elecciones libres. Si resulta que el parlamento nacional y los autonómicas tienen un número concreto de diputados y las leyes se han de aprobar por mayoría, y ninguna formación política la cubre con los propios, ¿cómo se pretende que el Estado y las Autonomías funcionen con tantos cordones sanitarios que implica negar la legitimación de los ciudadanos que votaron democráticamente a los que se pretende segregar o acordonar? Acordonando no se consiguen mayorías, y la democracia va de eso.

       Posiblemente sería más idóneo combatir con razones concretas las propuestas concretas de unos y otros; cada partida de los Presupuesto, por ejemplo. Si seguimos en el baile de los fascistas nos fascistaremos todos, y es curioso porque el término fascista viene del verbo hacer, que a su vez proviene del latín, claro ellos lo hacían a balas y nosotros gastando saliva. Me recuerda aquel cuento de GILA cuando en la guerra sustituían los tanques que no tenían, con un Seat 600 lleno de soldados que insultaban al enemigo a grito pelao, no mataban, pero desanimaban al enemigo.

 Y ahora, igual ni eso.

Barcelona a 1 de diciembre 2021. RRCh