lunes, 27 de marzo de 2017

P.S.O.E., refundación


Si atendemos a qué Podemos se está centrando en entretener a la ciudadanía que ha quedado descabalgada de ilusiones de futuro, y podrían conformarse con subvenciones y apaños que les mantengan en la marginalidad, aunque con aplausos a las poesías ordinarias de consolación que les brinda el ungido que les lidera. Si atendemos a que el PP se siente fuerte por la ausencia de contrincantes que puedan quitarles del poder, con lo que sin hace nada ya va viento en popa y de paso hace quemar a Ciudadanos. Si atendemos a que los partidos nacionalistas más o menos separatistas se conforman con alimentar de promesas ilusorias a sus fanáticos, de forma y manera que van sosteniendo su victimismo y manteniendo sus posiciones. Si te atiende a todo ello, parecería interesante que el PSOE se refundara, es decir que recomience a ser un partido de izquierda con perspectiva de desahuciar al peperío. Que el PSOE está roto no es novedad, precisamente para trascender ese hecho es necesario comenzar de nuevo. El aparato del PSOE se ha convertido en una suerte de aristocracia que intenta subsistir exaltando tiempos pasados, sin considerar que la España de ahora no se parece ya a la que fue en los años 80-2000, y que los españoles actuales que tienen posibilidades de estructurar otro vehículo para acceder al poder, tienen necesidades, ambiciones y criterios distintos y hasta a veces contrarios a los que triunfaron en los años 80-2000. El aparato del PSOE fue entrando en un aburguesamiento que ha culminado en lo que es: irreconocible si se compara con lo que fue en 1980 hasta el 2000. Sus miembros han perdido totalmente  la autoridad que en su día se ganaron, y ya no son creíbles, y lo malo es que aun así puede que tengan fuerzas suficientes para, -mediante la promesa tácita de sostener a los mantenidos que son muchos medidos desde dentro y muy pocos si se miden desde fuera- poder imponer sus criterios sobre la elección de los líderes, aunque éstos luego no recojan los votos suficientes para desbancar a los que ahora mandan en el país. Si dicha contradicción se impone el PSOE desaparecerá o permanecerá como fuerza testimonial. Ese parece ser su destino si al final se encumbra a Susana Díaz. Felipe González, Rodríguez Zapatero, Guerra, Bono, Chacón, Rubalcaba, Abel Caballero y todos los elefantes blancos que apuntalan a Susana Díaz, si consiguen sus deseos lograrán también que el PSOE desaparezca. Con Patxi López no parece que se pueda contar, dado que su máxima ambición es la de salvar los muebles de una casa calcinada. Puede que Pedro Sánchez no sea el candidato ideal, pero al parecer es el menos malo, y en tal condición podría agrupar a la gente que todavía no ha tirado la toalla o habiéndola tirado -dada la soledad- esté dispuesta a recogerla, y ésta gente podría obligar a que Sánchez se atreva a ejecutar planteamientos que apunta con demasiada timidez. El triunfo de Pedro Sánchez en las primarias al menos implicaría que los elefantes blancos se fueran a sus casas o a los consejos de administración de las empresas que le sustentan, y ello sería bueno, en tanto que el PSOE al menos se quitaría el lastre que le hunde, y aunque le costara reflotar acabaría emergiendo. Y lo será en la medida que tengan valentía para plantear reformas con cara y ojo sobre la configuración territorial de España que vaya más allá que intentar apagar conatos de incendios provocados; que se estructuren leyes procesales que permitan resolver cuestiones antes que prescriban o los acusados por corrupción se hayan muerto después de poner a buen recaudo el producto de sus fechorías; elimina indultos y remisiones de penas privativas de libertad que hacen ilusorios los procesos; introducir el delito de enriquecimiento ilícito; obligar que las religiones se autofinancien asumiendo el Estado las prestaciones que tales religiones brindan a sus feligreses; eliminando los beneficios que favorecen el blanquero de capitales y los paraísos fiscales, y suprimiendo los beneficios que favorecen la discriminación de la mujer.

 
Barcelona a 27 de Marzo del 2017.-

jueves, 16 de marzo de 2017

BARULLO


 

La política del barullo engorda a los trumpistas:

 
El autobús con letreros sobre los penes en los niños y las vulvas en la niñas de Hazte Oír, parió otro autobús con letreros que dice que esas cosas no se eligen y que no las elijan otros por uno, con la foto del Gran Wyoming y su programa de tele. La cosa para los primeros va sobre que en el cole le hacen cambiar a las niñas las vulvas por los penes, y los otros retrucan que hay niñas que nacen con penes y niños con vulva. Y eso para unos es una crítica al adoctrinamiento educacional y para otros la propagación del odio contra los transexuales. Parecería en cambio, cosa que ninguno de éstos dice, que la transexualidad es la discordancia existente en la misma persona entre la conciencia de pertenecer a un género distinto al que tiene el cuerpo con el que nació. Y los unos creen que se ha de adecuar la conciencia de la persona al cuerpo que le tocó, y los otros entienden que lo que se ha de adecuar es el cuerpo de la persona a la conciencia que tiene. Unos creen en una cosa y los otros en otra, y para convencer a los ya convencidos unos hablan de propagación del odio y los otros de adoctrinamiento educacional. La cosa siempre se centra en un cruce de ataques cuanto más feroz más divertido, jamás en cruzar razonamientos sobre la cuestión en sí. Y unos consiguen que los de Hazte Oír sean oídos donde nadie les escuchaba y el Gran Wyoming que miren su programa. Los transexuales siguen ahí…

 

2.- Los muchachos de Podemos se afanan en eliminar las misas de la tele porque discriminan a los homosexuales y a las mujeres, y los que dan las misas y las ven, se defienden diciendo que no discriminan a nadie y que aquellos muchachos no respetan la libertad de expresión de las confesiones religiosas. Los de Podemos gastan el tiempo al tiempo que se aumenta el visionados de misas por la tele. Los miseros solidifican una cantinela incompatible con la actualidad social y los de  Podemos ignoran que en la Iglesia existen valores y acciones que igual se han de conservar. Los que les votaron siguen ahí (o no)…   

 

3.- A los de Convergencia –que se cambiaron el nombre- se les amontonan los pleitos por las comisiones que hacían pagar a los catalanes para que las empresas tuvieran encargos de obras públicas con sobrecoste, dinero con el cual ganaban elecciones dopados mientras “construían país” llenando bolsas de euros para la exportación a cuentas particulares numeradas. Y a Mas le condenan por desobedecer al Tribunal Constitucional, pero él dice que en cuantito Catalunya sea independiente él será absuelto, y que el Estado le ataca por sus ideas. Ideas -se supone-, que fueron de desobedecer al mismo Estado que en Catalunya él representó cuando desobedeció. Pero no, fue por ser más democrático que nadie trascendiendo la Constitución. Lo de las comisiones del 3 o 4% son  mentiras de los que él puso, éstos cuando confiesan mienten porque son delincuentes, y los que callan dicen la verdad, pero él nunca supo nada, aunque sí sabe que lo que no sabe nunca sucedió. Los peperos dicen lo mismo cuando les toca a ellos lo del mangoneo, y lo de la independencia se lo dan a los jueces para que lo apañen puesto que a ellos como son políticos no se les ocurre nada. Y muchos catalanes acariciando banderitas siguen ahí…, y a veces insultan a Fiscales porque salen por la puerta principal de la Audiencia y para ellos eso es una provocación que han de repeler, y otros queman la bandera de España porque también les provoca.

 

Los autobuses con carteles, las misas televisadas, las comisiones que no existen por estar pagadas y la patria de los unos contra la patria de los otros son el barullo tóxico que va generando trumpistas, esa cosa babosa que por la gracia de todos va pringando lo que queda.

 

Barcelona a 16 de Marzo del 2017. RRCH

jueves, 2 de marzo de 2017

INTOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN


Cuando una cosa resulta ser  lo que uno no quiere que sea, o no es lo que uno quiere que sea, se produce una frustración en las expectativas. Uno espera lo que no llega o le llega lo que no quiere recibir. Esa frustración se puede gestionar mediante la tolerancia, resignándose a asumir la contrariedad y adoptar la actitud idónea para que la misma cosa no le frustre de nuevo, ya sea haciendo cosas distintas para tener en lo sucesivo el resultado perseguido, o mediante la intolerancia empeñándose en prohibir que la realidad se exprese porque no le gusta. En todas las formas de las comunicaciones humanas intervienen tres elementos básicos: lo que uno dice; lo que uno quiere decir, y lo que el otro entiende que uno quiso decir. Hoy por hoy se está pretendiendo que uno no pueda decir, lo que el otro entiende que no puede decir. Y esto sucede desde las posiciones más enfrentadas. Si uno hace chistes o expresa opiniones no homologadas en relación a los  homosexuales, transexuales, mujeres, judíos o emigrantes, inmediatamente salen protectores de los aludidos, que como entienden que lo que quiso el opinador o el cómico, era ofender, generar odio y  humillación, exigen que se  PROHIBAN tales manifestaciones, y los destinatarios de las prohibiciones alegan la libertad de expresión. Si otro hace chistes o expresa opiniones no homologadas en relación a religiones, curas, monjas, infantas, reyes o victimas del terrorismo, salen protectores de los aludidos, que como entienden que lo que quiso el opinador o el cómico, era ofender, generar odio y  humillación, exigen que se  PROHIBAN tales manifestaciones, y los destinatarios de las prohibiciones alegan la libertad de expresión. Los prohibicionistas de todo los bandos, cuando instan las prohibiciones, parecería que quieren evita la difusión de lo que pretenden prohibir, aunque consigue, exactamente el efecto contrario salvo que persigan fiestas de entretenimiento;  y así un autobús que si nadie hubiera pretendido prohibir pocos se hubieran enterado que andaba por ahí, ahora lo ha visto todo el mundo; unos titiriteros que eran conocidos en sus casas ahora los conoce todo el mundo, lo mismo sucede con la vagina en procesión como virgen, la disfrazada de virgen María, el concejal chistoso, o la concejala visitadora de capillas en paños menores. Todo dijeron haber querido decir cosas distintas a las que sus opositores entendieron que quería decir, y todos son personajes que entretienen. Quizás sería oportuno editar un catálogo de lo que no se puede decir o pensar, por aquello de la seguridad jurídica, o instaurar la censura previa; lo que está claro es que la censura posterior no da buen resultado. Lo difícil será ponerse de acuerdo en el plantel que integre a los legitimados para prohibir.

Barcelona a 2 de Marzo del 2017. RCH