El
éxito sorpresivo que recibió la formación política PODEMOS, llenó todas las
tertulias y los espacios informativos hasta que el Rey anunció su abdicación.
La continuidad, progresión y consolidación de la alternativa Podemos, depende
de la capacidad que sus dirigentes tengan de gestionar el éxito, que no
esperaban en la amplitud que se produjo. Una buena gestión de los resultados
implica que otros no les impongan el orden del día y que los gestores manejen
los tiempos. Pero ya no ha sido así. La alternativa Podemos ha sido sustituida
en un santiamén por la cuestión república o monarquía. Y en ese orden del día
ha entrado Podemos como unos angelitos, ahora parece ser que la casta se va a
diluir o desaparecer si España se convierte en una república y deja de ser una
monarquía. Como si resultara que todos los republicanos son de izquierda y
todos los monárquicos de derechas. Claro, así las cosas, si resultara que se
votara democráticamente a un presidente de la III República Española,
seguramente saldría elegido muy democráticamente el quieto Sr. Rajoy.
Naturalmente para eso, se ha de modificar mucho la Constitución, aunque solo sea para eso; y
solo sería para eso. Y nos discutiríamos todos sobre cómo sería la bandera,
para unos ya estaría bien la actual quitándole la coronita, puesto que la de la
II República no concita todas las voluntades. Con todo ello tenemos una
estupenda distracción añadida al mundial de fútbol, y la casta se estará
descojonando de la risa. Cosa distinta hubiera sido que los de Podemos dijeran,
eso de la casa real no es cosa nuestra y sí movimientos domésticos de la casta,
lo nuestro es acabar con la casta sea republicana o regia, y construir una
alternativa para la inmensa mayoría de españoles que les importa un pito los
nombres o designaciones que la casta
distribuya entre los suyos. ¿No?.
Barcelona
a 4 de junio del 2014. RRCH