jueves, 30 de julio de 2020

REINSERCIÓN SOCIAL DE LOS POLÍTICOS CONDENADOS


Los políticos catalanes condenados por sedición y malversación de caudales públicos ahora han visto suprimidos los beneficios penitenciarios que llevaban unos días disfrutando. Sus protestas ante tal decisión judicial se centran en afirmar que el Estado les teme, que el Estado quiere propagar el espíritu nacional mediante la coerción penal; que el Estado pretende hacerles renunciar de sus respectivas ideologías para considerarles reinsertados. Y en esto tienen toda la razón. Cosa distinta es considerar que debiera ser de otra manera. 

El Art. 25.2 de la Constitución prevé que las penas privativas de libertad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social de los presos; y las penas privativas de libertad no reprimen el pensamiento o ideas de la persona que comete el hecho delictivo, sino el hecho de materializar tales ideas ejecutándolas a sabiendas que están prohibidas por el Código Penal. Tener la idea y defenderla es totalmente legítimo incluso sobre la bondad de suprimir el propio Código Penal, eliminar el ejército, la enseñanza obligatoria o el límite de velocidad en carreteras, pero no lo es actuar como si tales legislaciones no existieran por más justas que sean las motivaciones en contra, sin previamente haber logrado la derogación o modificación de tales normas. No se persigue a nadie porque reivindique lo que libremente considere reivindicable.

Los políticos catalanes condenados tienen toda la legitimidad y el derecho en pretender la independencia de Cataluña y utilizar todos los medios legales para lograr tal finalidad, que necesariamente pasa por reformar la Constitución Española. La excusa de que la reforma de la Constitución no la pueden lograr porque no tendrían ahora ni a medio o largo plazo los votos parlamentarios necesarios para hacerlo no son razones legítimas para pretender impunidad después de intentaron violar esa Constitución e invertir dinero público en tal empresa. Y además, incardinan una contradicción insalvable, dado que ellos mismo pretenden sustituir la Constitución española por la Constitución catalana a la cual no le atribuirían la condición de mera recomendaciones para el cumplimiento voluntario, sino que sus preceptos serían de obligado cumplimiento tanto para los que les guste como para lo que no.

Los fines perseguidos por las penas privativas de libertad son esencialmente dos, el primero es retributivo, que el condenado pague, escarmiente y no se le ocurra volver a hacerlo; y el segundo, es la prevención general dirigido al resto de la ciudadanía para que visualicen el caro coste por infringir la ley penal. Y los beneficios penitenciarios que lógicamente también persiguen la reeducación y la reinserción del preso, no se consiguen solo con el reconocimiento de los hechos y la aceptación de sus consecuencias, es preciso que además se reconozca que se cometió un hecho delictivo y consecuentemente reprobable socialmente, y que se muestre el convencimiento de no repetirlos. Y en el caso de los políticos presos catalanes eso no se ha producido y además reiteran públicamente la intención de repetirlos, por considerar que lo cometido y por lo cual fueron condenados no son hechos reprobables penalmente. Por tanto, la concesión de los beneficios penitenciarios, en este caso y para tales presos, lejos de incidir en las finalidades reeducadoras o de reinserción, generaría la sensación de impunidad para ellos y para la sociedad ante las lesiones causadas a las instituciones del Estado, al intentar ellos quebrar la unidad territorial mediante la imposición de sus voluntades, y debilita la confianza que la sociedad ha de tener en el manejo honesto de los fondos públicos.
Barcelona a 30 de julio del 2020. RRCh

viernes, 3 de julio de 2020

BUSQUE UD. LA DIFERENCIA


Este texto, literalmente lo publica el periódico digital La Ultima Hora, el día 3 de Julio del 2020, con fecha del día anterior:

La no condena de Vox al franquismo que se ha hecho viral hoy. "Por una vez dicen la verdad"

En el fragmento, el diputado Joaquín Robles explicaba que no iban a condenar el “franquismo” porque eran “herederos” y “la Historia es la que es” No, no es actual. El vídeo viral en el que, en cuatro segundos, el diputado de Vox Joaquín Robles explica que “condenar el franquismo” no tiene ningún sentido “puesto que somos herederos, nos guste más o menos” data de septiembre del año pasado. Sin embargo, una publicación de Julián Macías, en la que con ironía ha expresado que “por una vez dicen la verdad”, ha sido suficiente para que vuelva a correr cómo la pólvora. Ya lleva más de 7.200 retuits y se aproxima a los 14.000 likes. “Eso de condenar un periodo de la historia, pensar que supone un paréntesis, es inadmisible desde un punto de vista lógico. Recordad que nuestra democracia no emerge en el vacío ni se conecta con la República del 31, sino que es resultado de un proceso de Transición con el propio régimen. En la medida que en nuestra democracia coronada siguen elementos, cómo el Código Penal y muchos más, que ya estaban en la época franquista, condenar el franquismo no tiene ningún sentido”, explicaba previamente.
Es algo que depende de la opinión de cada cual, pero la Historia es la que es y no se puede cambiar al gusto ideológico del Gobierno de turno. No se pueden coger cuarenta años de la Historia de España y meterlos en el cubo de la basura como si no hubieran existido. Ni mucho menos hacer este tipo de declaraciones retóricas de condena de una época histórica. La Historia está para analizarla, para estudiarla, para discutir, y no para aplaudir ni para condenar”, continuaba en un fragmento recogido por Voz Pópuli. A pesar de que algunos usuarios ven en la cara de Iván Espinosa de los Monteros reproche o condena, lo cierto es que el portavoz de la formación ultraderechista en el Congreso respaldó con sus declaraciones previamente las tesis de Robles. En Vox no hacemos juicios históricos y no queremos que nadie los haga por imposición, cada uno debe ser libre de interpretar la Historia como quiera”, dijo.



Bien, ahora comparen el mismo texto con las modificaciones que se señalan en rojo


La no condena de la izquierda abertzale al terrorismo etarra que se ha hecho viral hoy. "Por una vez dicen la verdad"

En el fragmento, el diputado Joaquín Robles explicaba que no iban a condenar l “al terrorismo etarra” porque eran “herederos” y “la Historia es la que es” No, no es actual. El vídeo viral en el que, en cuatro segundos, el diputado abertzale Joaquín Robles explica que “condenar al terrorismo etarra” no tiene ningún sentido “puesto que somos herederos, nos guste más o menos” data de septiembre del año pasado. Sin embargo, una publicación de Julián Macías, en la que con ironía ha expresado que “por una vez dicen la verdad”, ha sido suficiente para que vuelva a correr cómo la pólvora. Ya lleva más de 7.200 retuits y se aproxima a los 14.000 likes. “Eso de condenar un periodo de la historia, pensar que supone un paréntesis, es inadmisible desde un punto de vista lógico. Recordad que nuestra democracia no emerge en el vacío ni se conecta con la República del 31, sino que es resultado de un proceso de Transición con el propio régimen. En la medida que en nuestra democracia coronada siguen elementos, cómo el Código Penal y muchos más, que ya estaban en la época del terrorismo etarra, condenar el terrorismo etarra no tiene ningún sentido”, explicaba previamente.
Es algo que depende de la opinión de cada cual, pero la Historia es la que es y no se puede cambiar al gusto ideológico del Gobierno de turno. No se pueden coger cuarenta años de la Historia de España y meterlos en el cubo de la basura como si no hubieran existido. Ni mucho menos hacer este tipo de declaraciones retóricas de condena de una época histórica. La Historia está para analizarla, para estudiarla, para discutir, y no para aplaudir ni para condenar”, continuaba en un fragmento recogido por Voz Pópuli. A pesar de que algunos usuarios ven en la cara de Iván Espinosa de los Monteros reproche o condena, lo cierto es que el portavoz de la formación abertzale en el Congreso respaldó con sus declaraciones previamente las tesis de Robles. En la izquierda abertzale no hacemos juicios históricos y no queremos que nadie los haga por imposición, cada uno debe ser libre de interpretar la Historia como quiera”, dijo.”



Y, ¿qué tal ha ido?  Se puede leer de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, ¿no?

Barcelona a 3 de Julio del 2020. RRCh.

miércoles, 1 de julio de 2020

A GARROTAZOS


Supongo que ha de ser por ese infantilismo que ha inundado la mente de nuestros representantes políticos a nivel globa, -que no hallan otro medio de hacer equilibrio en el alambre de mantener sus puestos-, lo que les impulsa a utilizar frente a su adversario garrotazos verbales. Tales golpes, supuestamente morales que se diferencian de si fueran físicos en que endurecen al otro de forma y manera que se van embruteciendo y haciéndose más fuertes; mutuamente.

Las palabras escupidas como garrotazos no solo producen una degradación moral e intelectual entre unos y otros, sino que, además, y esto no es menor, distorsiona y confunde, cuando no produce un vaciamiento del propio concepto que la palabra intenta definir. Posiblemente en el mundo de hoy exista una inmensa mayoría de personas de todos los colores y de todos los pensamientos que se sienten violentados en su intimidad al conocer las cosas (que no ideas), que propaga el Sr. Trump, presidente de los Estados Unidos de América (del Norte) mediante las redes sociales, pero desgraciadamente esta persona tiene éxito; primero, porque su conciudadanos le votan (los pocos que votan en su país), y segundo, porque su menesterosidad intelectual va siendo asumida por simpatía, progresivamente y de forma constante por el resto de representantes políticos del mundo. Y en España no van a ser menos. Para los autodenominados de izquierda y cuánto más se autodenominan peor, cualquiera que les critique se convierte en fascista, y para los de la derecha, derecha, cualquiera que les critique son comunistas. Simple, sencillo, sin matices, sin explicación: fascista o comunistas, comunistas o fascistas.  Y ya encapsulado el emisor de la opinión en una facción u otra, para el de la contraria, cualquier cosa que aquel diga, no tendrá ningún valor ni merecerá la más mínima atención, aunque sí el inmediato rechazo, dada la inhabilitación totalizadora e integra que el apelativo atribuido le impone, anulándole como persona legitimada para pensar y hacer público lo pensado.

Es más que posible, con perdón, que al menos en la Europa occidental hoy no haya fascistas ni comunistas.  De entrada, el término fascistas lo crearon las personas que comulgaban con las ideas que sostenían su formación, y el término comunista también. Se autodenominaban así: fascistas/ comunistas; no era un insulto a disposición de sus oponentes, era por el orgullo propio. Hoy, al menos en España, no aparece nadie que orgullosamente se denomine fascista o comunista, sino que por el contrario se defienden de tal etiqueta cuando su oponente se la atribuye. El hecho que alguna formación política defienda ideas que en su momento fueron defendidas por el fascismo. ni de cerca le convierten en tal, y lo mismo pasa con el comunismo. Incluso comunistas y fascistas han compartido actitudes y hechos en gran parte en sus respectivas historias y en los Estados que han gobernado: ignorar los derechos humanos de los disidentes, restringir la libertad de prensa y opinión, el machismo, la homofobia, y entre otros, la lucha contra el Estado capitalista hoy aceptado por los unos y los otros como democrático.

Posiblemente si se prepararan para oponer resistencia razonada y razonable a sus oponentes políticos en leal batalla dialéctica podrían acrecentar su propia autoestima y la aceptación de la ciudadanía, que, aunque ellos hayan concluido que son idiotas igual no lo son tanto o dejen de serlo cuando ellos se empeñen en representarles dignamente. Se habría de entender que siempre se puede estar peor y que el embrutecimiento intelectual de su oponente le convierte en enemigo, y más fuertes por ser brutos. El chismerío y la bazofia entretienen pero no solventan problemas.

Barcelona, a 1 de julio del 2020. RRCh.