Ahora, después de perder se busca al personaje que encarne el liderazgo. La disputa se centra en si es macho o hembra; en si critica a Zapatero o le aplaude. Lo malo, que ambos estuvieron allí, de ministros, y en ningún momento protestaron y dimitieron para salvar las ideas que ahora parece conmoverles. Ninguno de los de aquí, ni tampoco de los de allí más a la izquierda, proponen ideas para luego afanarse en encontrar la persona idónea para defender con credibilidad, esas IDEAS. Ninguna idea para convencer a los españoles.
Nadie ha planteado la necesidad de establecer un salario máximo para todos los que reciben sus emolumentos de los presupuestos generales del Estado, de las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y empresas públicas.
Nadie ha dicho que estaría muy bien que nadie pudiera cobrar de los fondos públicos cantidades mensuales que por cualquier concepto sobrepasen los, -por ejemplo- siete salarios mínimos interprofesionales, algo así como no más de 4.487€ al mes, que no está mal.
Nadie ha propuesto endurecer las penas para los delitos de corrupción y suprimir el perdón (remisión condicional) de la pena, mientras no devuelvan lo sustraído hasta el último duro con sus intereses y costas, e inhabilitarles de por vida para cualquier cargo público.
Nadie ha propuesto que en las nóminas de las empresas que sobrepasen, -por ejemplo- los siete salarios mínimos interprofesionales, 4.487€ al mes, que ya está bien, paguen el 95% de impuestos por el exceso.
Nadie ha propuesto penas de cárcel sin remisión para los que reciben subvenciones públicas fraudulentas, envían su dinero a los paraísos fiscales o hacen facturas falsa para simular gastos.
Nadie ha propuesto que por ley ningún político imputado en delitos de corrupción o adyacentes, puedan presentarse a las elecciones, y sean cesados si están en ejercicio; y que cuando sean absueltos de toda culpa el juez que los imputó pierda su puesto.
Nadie ha propuesto que los altos cargos incluidos ex-presidentes de gobiernos o autonomías, y diputados y senadores, y subsecretarios, secretarios, consejeros y otras yerbas, cuando cesan porque no les votan solo cobren lo que les corresponda de subsidio de paro a cualquier trabajador, con arreglo al tiempo trabajado y el salario percibido.
Nadie ha propuesto ninguna medida para dignificar la política y que los que ejercen tales puestos entiendan que el honor también es un pago.
El Partido Socialista Obrero Español tampoco, ni cuando estuvo gobernando ni ahora.
Barcelona a 29 de diciembre del 2011. RRCH.