lunes, 14 de mayo de 2012

Solidaridad con Garzón

La ejemplaridad nadando entre la inmundicia


         Es un hecho que el Auto de 13 de Febrero del 2012 del Tribunal Supremo, en la causa especial 20339/2009 que archiva por prescripción de los delitos, la acusación contra Garzón por los cursos de Nueva York, realmente constituyó una condena moral al ex-juez. Condena innecesaria, desmesurada y que traducía la evidente voluntad de destrozar la imagen pública del imputado. Los magistrados del Tribunal Supremos desgraciadamente actuaron como justicieros demostrando su incapacidad de sustraerse de la inquina  que tenían y siguien teniendo contra Garzón, ello  alimentó sus ánimos desde el inicio de tales actuaciones judiciales, que curiosamente les llevó a descubrir tardíamente que los hechos estaban prescritos: antes no lo habían visto o no lo habían querido ver.
         Desde siempre, todos los que han queridos saber saben, que los magistrados del Tribunal Supremos; de los Tribunales Superiores de Justicia; de la Audiencia Nacional; de las Audiencia Provinciales y de los Juzgados de Instrucción, Primera Instancia y de los Mercantil, legalmente pueden completar, y completan en su mayoría, sus ingresos con conferencias, cursos y cursillos que imparten en universidades privadas y foros de opinión; ello es así porque la dedicación a la “enseñanza” no es incompatible con sus cargos de juzgadores. Claro; estos cursos, seminarios o conferencias son patrocinados y pagados por los bancos, cajas de ahorro, escuelas de negocios, periódicos de gran tirada y los despachos de abogados de ámbito nacional o internacional de reconocido prestigio. Los magistrados cobran por esto, y a veces con ello duplican o triplican sus ingresos. Es legal. Cuando un magistrado tiene un caso sonado, generalmente es invitado para tales charlas, conferencia y cursillos, y se prestan gustosamente a ello. Por un lado complementan sus ingresos y por otro ganan notoriedad en los medios, al tiempo que aumentan su autoestima recibiendo  baños  de peloteos, de los adulones que se significan para tener buen rollo cuando sea necesario. Don Baltasar Garzón dio un paso más, no esperaba que le invitaran, ya se ofrecía él a organizar los seminarios y cursos, y de paso se encargaba de conseguir la financiación necesaria dirigiendo cartas a los que él consideraba presuntos postulantes al pago, y así, les decía “querido Emilio”, o Juan o Pedro. Y éstos pagaban con ganas o sin ella, y él cobraba por su enseñanza y dedicación; y seguía cobrando por ser juez de instrucción de la Audiencia Nacional mientras no estaba allí.
         Ahora, los que se erigen como Solidarios con Garzón, denuncian a los magistrados del Tribunal Supremo que condenaron al ex juez por prevaricación, achacándoles que han recibido emolumentos por enseñanzas impartidas que al parecer las pagaban los abogados del caso Correa. También ha puesto en aprieto al Presidente del Consejo General del Poder Judicial y Presidente del Tribunal Supremos, que al parecer es o era  amante de la semana caribeña –fiesta de jueves a martes- cobrando por Magistrado cuando no estaba y por otra cosas allí donde estaba, aunque para él son miserias. Y es de agradecer y se agradece tal cosa a los Solidarios con Garzón. Ahora bien, no deberían centrarse solo en los magistrados enemigos de Garzón, sería más estético que lo hicieran con todos. Es evidente; obvio; palmario; y solo no visible para el que no quiere ver; que todos esos cursillos, seminarios, charlas y conferencias, son instrumentos para ganarse la simpatía y benevolencia de los juzgadores. Una inversión dineraria que hacen los bancos, periódicos, y despachos de abogados, para cuando un banquero, un director de periódico, o un abogado, tienen que defender a uno de los suyos o a un cliente,  ante el juzgador conferenciante. Los del caso Correa, no iban a ser menos: contratan a los mejores o los mejores relacionados.  Es lo que en otros órdenes, no éste, se denomina parcialidad objetiva en relación al juez. Ningún despacho de abogados invertiría en hacer cursillos, conferencias o seminarios trayendo a magistrados de prestigio que cobran por ello, si con esto no sacaran un beneficio. Un beneficio en sí, ya es la publicidad -que otorga el prestigio- , y el otro conseguir mayor accesibilidad al juzgador. Luego el juzgador será o no más accesible y más comprensivo, pero en todo caso el cliente creerá que sí, y en mucha ocasiones ha de acertar, para eso acude a esos despachos de reconocido prestigio y paga minutas muy abultadas.
         Y así las cosas, cuando el Partido Socialista en su último consejo de ministros indulta al banquero mano derecha de Don Emilio, la gente le cuesta entenderlo. Y así cuando Don Rodrigo Rato -antes de pasado un año de cuando decía que Bankia era un gran negocio-, ahora se vaya cobrando después de conseguir que el gran negocio valga la mitad,  sin que ningún fiscal o magistrado se moleste en pararle la huída, como tampoco lo han hecho con los otros que se fueron con pensiones vitalicias insultantes; la gente no lo entiende o les cuesta. Como naturalmente les cuesta entender que a Don Baltasar Garzón se lo hayan quitado de en medio de la forma que lo hicieron. Seguramente el Sr. Garzón lo entiende, puesto que él mismo utilizó con soltura y abundancia las artimañas que luego sus compañeros aplicaron contra él -cursillos incluídos-. En cualquier caso es de aplaudir y se aplaude, que los Solidarios con Garzón ahora traten de exigir ejemplaridad, aunque sea  nadando entre las inmundicias. La crisis es una oportunidad para tales pedimentos y la ejemplaridad artículo de primera necesidad.

Barcelona a 13 de Mayo del 2012.- RRCH.

1 comentario:

  1. La crisis es una oportunidad para tales PEDIMENTOS y la EJEMPLARIDAD artículo de 1ª NECESIDAD!!! Me ha gustado!

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