Y LA INDEPENDENCIA JUDICIAL.-
La semana pasada la Asociación de Magistrados Europeos para la Democracia y las Libertades (MEDEL) junto con la Unión Progresista de Fiscales, al parecer han presentado una petición de indulto a favor de Don Baltasar Garzón. Según dicen, el indulto lo piden en nombre de Garzón con autorización de éste, pero no le representan. La formula de actuar en nombre de uno sin representar a ese uno en lo que piden, parece un contrasentido; pero bueno. La figura del indulto siempre ha constituido la última esperanza del reo: pedir que el Estado le perdone. Toda petición de perdón se apoya -o se apoyaba- en dos elementos esenciales, en primer lugar no discutir ni la legitimidad del tribunal sentenciador ni la legalidad de la sentencia; y en segundo lugar, acreditar que el reo no solo asume su responsabilidad y acata la sentencia, sino que está dispuesto a hacer lo preciso para no reincidir en el delito.
Pero por aquí no parece que vayan los razonamientos de MEDEL y de los solidarios con Garzón. La citada Asociación de Magistrados Europeos, en boca de su representante portugués, muestra su preocupación por la condena a Garzón en la medida que la misma pudiera incidir en la independencia judicial de los Magistrados Europeos, con lo cual lo que están combatiendo es la sentencia condenatoria, en su legalidad y en la proporcionalidad de la pena impuesta, y no solo las virtudes del reo para ser perdonado. Insisten en que la norma que aplicó Garzón para escuchar las conversaciones de los imputados con sus propios abogados en el Caso Gurtel-Correa es interpretable, y que por tanto le cabe la interpretación que de ella hizo Garzón, lo que implicaría una condena injusta. La norma en cuestión claramente permitía tales escuchas solo en los casos de terrorismo. La independencia judicial parecería que debería interpretarse en el sentido que el juez tenga la capacidad y posibilidad de abstraerse de las presiones que le llegan de los solidarios con el investigado o imputado, pero no parece razonable entender que tal independencia le posibilita también independizarse de la ley que ha de aplicar, de tal manera que tenga potestades para cambiarla y adecuarla a los intereses de la investigación que tiene entre manos. De ser así de independiente el juez, sobraría el poder legislativo y también el poder judicial y la doctrina del Tribunal Supremo, y cada juzgador interpretaría la ley según su espíritu; según el espíritu del juez, no de la ley. Si fuera así, que cada maestrillo tenga su librillo, mejor: que cada juez tenga la su código, la cosa no parecería mejor. Pero en todo caso el indulto pretendido no parece que se apoye en pedir que se perdone a Garzón en el cumplimiento de la pena, sino que se elimine o se olvide la sentencia que le condenó. Es cierto que el concepto terrorismo, en el lenguaje vulgar o periodístico puede adecuarse a cualquier otra acción que lleve aparejada la organización criminal encaminada a producir un daño generalizado que violente los derechos de los más desprotegidos, es verdad. Se puede decir que existe un terrorismo económico cuando un grupo de indeseables se agavillan con mandatarios públicos para enriquecerse a costa de la miseria de la mayoría, y así entender por ejemplo que los banqueros que se ponen unas pensiones de miedo y unos sueldos indecentes y luego se mandan a mudar con la bolsa llena, mientras a las víctimas le aplican las ejecuciones hipotecarias: son organizaciones terroristas. Se puede, pero no lo dice la ley; y las interpretaciones legales caprichosas desde la individualidad de un juzgador, no parece que sean benéficas para la Democracia y las Libertades. No, al menos, para las libertades de los justiciables.
Por otro lado comparar, como comparan, el pretendido indulto de Garzón, con el indulto que el gobierno de José María Aznar le otorgó en el 2000 al ex juez Don Javier Gómez de Liaño –hoy abogado-, por aquel procesamiento en el que le declararon prevaricador frente y contra a Don Jesús Polanco, Don Juan Luis Cebrián y SOGECABLE, tan defendido por los Solidarios con Gómez de Liaño, especialmente desde el Diario El Mundo; no parece que le vaya a favorecer a Don Baltasar Garzón. Aquel indulto al ahora abogado, estuvo condicionado a que por veinticinco años no volviera a la Audiencia Nacional; y si esto se le aplicara a Garzón, lejos de subirle la autoestima se la dejarían a cero. Y así sus defensores, en lugar de conseguir que se olvide la sentencia que le condenó, conseguirían que se olvide a su defendido.
En Barcelona a 20 de mayo del 2012. RRCH.
Son muchas las injusticias. en todos los niveles.
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