Estudio sobre la boludez
Decía uno de por allá de donde me tocó nacer, que solo le tenía miedo a los boludos. Es que son tantos que es imposible enfrentarse a ellos con garantías de vencerles.
El concepto rioplatense de boludo, engloba muchas acepciones, según el tono con el que se use. En este estudio boludo tiene como sinónimos, gil, nabo, y atorrante-pelotudo.
Uno que haga boludeces, no es necesariamente un boludo, o al menos no es un boludo integral; el boludo integral auténtico solo hace boludeces, es incapaz de hacer otra cosa, no le sale.
Boludo traducido al castellano de España es una persona que no tiene criterio, le da lo mismo ocho que ochenta, no se para en causas ni en consecuencias.
Aunque no es exactamente un gilipollas se le aproxima mucho. En idioma catalán sería un poca solta más o menos.
El boludo auténtico es independentista por definición y dependiente por necesidad. Un boludo no quiere saber nada de nadie, pero sabe que desaparece si no se rodea de boludos.
Los boludos por imperiosa necesidad de subsistencia se unen siguiendo al más boludo de todos, y como son tantos son capaces de elegir al presidente del país. De ahí su extrema peligrosidad. Acojonan.
La boludez es un síndrome muy poco estudiado por la ciencia moderna, pero se sabe desde antiguo que se puede ser boludo de nacimiento por factores genéticos o ambientales, o por contaminación y contagio a lo largo de la vida.
El síndrome de la boludez se pega por la palabra, los boludos hablan mucho, son auténticos depredadores de las orejas del prójimo. Una boludez repetida muchas veces sobre la oreja de uno sano se convierte en verdad y trasforma al sano en boludo.
La boludez por contaminación tiene cura si se ataja al primer envión. Requiere tratamiento intensivo aunque el boludo es reacio a cualquier terapia. Un boludo disfruta de su boludez y hasta se siente orgulloso por su integración en un grupo amplio. Aunque son independentistas solos no progresan. Son generalmente simpáticos y dentro del montón disimulan. Con tratamientos pueden llegar a ser médicos forenses, diputados o presidentes.
Los boludos auténticos no tienen cura, pero existen tratamiento paliativos: educación en escuelas privadas nacionales o extrajeras, doctorados, oposiciones a la función pública, ingreso en partidos políticos, herencias, dinero en paraísos fiscales, comisiones, prebendas y subvenciones, entre otras muchas.
Estos tratamientos paliativos no curan pero confunden.
Si el boludo es pobre no se nota ni se trata.
Cuando leí lo que dijo Don Guillermo Fernández Vara, ex-presidente de la Autonomía de Extremadura, me dio un miedo tremendo, aunque descubrí un perfecto ejemplar de boludo auténtico. Cuando una persona dice una boludez tan estrafalaria, aunque luego la quiera arreglar, muestra su autenticidad. Un gran boludo.
Dijo el Sr. Fernández Vara que si Cataluña se independiza tiene que devolver a Extremadura los 150.000 extremeños que se trajo, con sus hijos y nietos. Una boludez es incontestable so pena que se propague Mas.
Por tanto, el PSOE debería devolver a Don Guillermo al PP, como legítimo heredero de Alianza Popular, que fue de donde vino el Sr. Fernández Vara. Y ello por vicios ocultos y error en el consentimiento y reclamarle daños y perjuicios. Y ponerlo en cuarentena para evitar contagios y que nos volvamos todos Mas boludos.
En Barcelona a 27 de septiembre del 2012.
Ruben Romero de Chiarla.
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