Nunca
he manifestado ni manifiesto ninguna simpatía ante la Sra. Sánchez Camacho. Por
el contrario soy de los que piensan y defienden que en el caso del llamado
espionaje político en Catalunya, ella fue la artífice principal de la grabación
de su comida con la ex de Don Jordi Pujol Ferrusola, y su posterior utilización
en un informe policial del que ningún policía admitió haber sido autor, pero
que la Sra. Sánchez junto con la Sra. de Cospedal utilizaron de forma
partidista en Catalunya. Soy de los que piensan que esa maniobra torpe ayudó a
los salva-patrias catalanes en sus
ansias de aparecer como víctimas, o al menos desaparece como victimarios. Y además les dejó fuera de juego cuando surgió el caso Bárcena al que han querido tapar de todas las maneras posibles, incluso dejando al margen del debate el caso del Palau de la Música, las bolsas de basura huidas al extranjero llenas de euros y la presunta financiación ilegal de Convergencia y de Unión Democrática de Catalunya.
Dicho
lo anterior no tengo empacho en ver positiva la propuesta que, obligada por las
circunstancia, llevó Doña Alicia Sánchez Camacho a Madrid, en el sentido que,
haciendo las modificaciones legales y constitucionales que sean precisas,
conseguir que las comunidades autónomas, como Catalunya, que tienen una
capacidad de generación de riqueza superior a otras, una vez repartidas las
solidaridades se queden al menos al mismo nivel que las otras y no por debajo;
y que los repartos solidarios que se hacen desde el Estado de lo producido en
las Comunidades Autónomas tengan un destino finalista y controlado que motiven
a las más desfavorecida a superar la situación de tener que recibir las ayudas
que reciben.
La propuesta era inteligente en la medida que se dirigía a separar
la paja del trigo; es decir, poner a un lado los nacionalistas de bolsillo que son los más y de
otro a los nacionalistas emocionales o auténticos que son los menos; aunque mezclados todos pesan igual. Con
una propuesta de refinanciación autonómica se estaba aproximando, aunque lo
niegue, a la tercera vía que está proponiendo el PSC con escasas concreciones; a la que al parecer se acerca Unió, y que en
definitiva coincide al menos en la discusión con la bandera con la que se presentó Don Artur Más
a las anteriores elecciones. Es muy probable que si se publicaran las balanzas
fiscales y se explicaran, se desmontarían muchos argumentos independentistas,
pero como no se publican no se puede hablar de mentiras o verdades, sino de
especulaciones interesadas.
Bueno,
pero a la Sra. Sánchez los suyos le dijeron que no, que todos iguales. Con ello
el tancredismo del PP español, le ha
dado otro triunfo a los independentistas auténticos para que consigan más
independentistas de bolsillo, y de paso se mofen de la Sra. Sánchez. Estos, son
capaces de hacer independentistas hasta a los del PP en Catalunya o conseguir que
ni se presenten a las elecciones. Con las ansias de satisfacer las presuntas
inclinaciones del resto de España,
convenientemente estimuladas por el mismo PP cuando no estaban en el gobierno, al
final conseguirá perder parte del territorio. Todo sea por la Patria; o por las
encuestas; o por los votos; o por su menesterosidad ética.
Barcelona
a 7 de octubre del 2013. RRCH
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