La
historia nos señala lo que el presente debe evitar para que el futuro exista.
Qué pasaría si Podemos en Andalucía propusiera entrar en el Gobierno de la
Comunidad asumiendo la Consejería Anticorrupción, ¿qué? Claro, dicha Consejería
se debería crear, teniendo como competencias propias el control mediante
informes publicados y no vinculantes de todas las adjudicaciones de obras públicas,
la concesión de subvenciones a los Partidos Políticos, Sindicatos, ONGs,
empresas públicas, etc, y sobre las circunstancias y costes públicos de servicios
externalizados (privatizados), así como también en relación a todas y cada una de las propuestas de ley. Con
delegaciones en todos los municipios de más de treinta mil habitantes. Ello
naturalmente podría ser rechazado por el PSOE, y en tal caso debería asumir el
coste del rechazo. En un sistema democrático se debe asumir de entrada que si
no se ganan las elecciones con mayoría absoluta se ha de posibilitar el mejor
gobierno, y para ello no estaría mal que se propusieran medidas concretas y
además el proponente asumiera la responsabilidad de ponerlas en práctica.
La posición del “no” sin una alternativa con cara y ojos para el “sí” como
postura táctica no parece diferenciarse mucho de lo que históricamente se
acostumbra a hacer, con los resultados ya conocidos. Tal experimento podría ser
el inicio de un planteamiento para el Gobierno Central. Por ejemplo que, para el partido que en las elecciones fuera el
segundo más votado -incluso si el primero adquiere la mayoría absoluta-, se
reservara el Ministerio Anticorrupción. De forma que así se tendría en el
Consejo de Ministros a un Ministro de la oposición, que aunque no tenga
capacidad de decidir, sí tenga capacidad de denunciar. Algo así como una coalición
obligatoria. ¿Qué pasaría?
Barcelona a 7 de Mayo del 2015. RRCH
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