Me gustaría que algunos, sino todos, de los que están
proponiendo reformar la Constitución para “dar encaje a Cataluña” contestaran a
la siguiente pregunta:
viernes, 30 de octubre de 2015
PREGUNTA ¿¡!?
miércoles, 21 de octubre de 2015
RELIGIÓN
En
España en cada campaña electoral surge la controversia de si se ha de excluir
de la educación obligatoria y pública la asignatura de religión. Como también
si el Estado ha de denunciar o no los tratados con el Vaticano y suprimir las
ayudas económicas que la Iglesia católica recibe. Al final todo queda como
estaba, pero la discusión reaparece siempre como una ilusión partidista,
generalmente desde formaciones de izquierda. La cuestión está en que, si se excluye la religión como
asignatura se elimina como materia susceptible de ser estudiada parte de las
circunstancias que inciden en los estudiantes; y si se mantiene como forma de
reforzar las creencias en la religión católica se adoctrina a los educandos excluyéndoles
del conocimiento y estudio de otras religiones. Si las religiones no tuvieran
incidencia directa en el devenir social sería razonable sacarla de los planes
de estudio y que la trasmisión de las creencias fuera tarea exclusiva de las
familias. Aunque parecer evidente que no solo influye en la formación integral
de los niños y jóvenes sino que a veces
les determina hacia un camino vital u otro.
Día sí y día también salen noticias de detenciones de personas jóvenes que
habiendo abrazado la religión islámica intentan ir a Siria para participar en
la guerra en defensa de lo que se ha dado en llamar Estado Islámico. Al
parecer, sin que nadie se sonroje, las detenciones se hacen por motivos
ideológicos y el presunto delito que se les imputa es la intención de
incorporarse a una guerra en el extranjero, con ello se impone el castigo antes
de producirse el hecho presuntamente delictivo. Posiblemente si existiera una
asignatura de historia de las religiones impartidas por profesores laicos, como
los que imparten matemáticas, igual no haría falta la represión contra los
adeptos a otras religiones distintas a la católica. Naturalmente se habría de
explicar la católica y en especial el auge y desarrollo de la Inquisición desde
el siglo XII hasta hace pocas décadas. Exponer con trasparencia, de forma
objetiva y desapasionada, el porqué, el cómo, el dónde y el para qué de la
Inquisición, y las secuelas que su existencia dejó. Señalando los intereses
que aquello protegía, las manipulaciones para conseguirlo y los costes humanos
que se cobró. En cuanto a la religión musulmana parecería provechoso que
nuestros hijos conocieran las diferencias entre las distintas interpretaciones
del Corán, los motivos de los enfrentamientos entre chiitas y sunitas, la
propia creación y funcionamiento de los Estados árabes, y su inclinación hacia
el islamismo. Resulta difícil entender las relaciones económicas y políticas
entre el mundo cristiano u occidental con el musulmán sin conocer la
influencia que las religiones y sus propulsores
han tenido en dichas relaciones a lo largo de la historia. Las religiones, posiblemente incluso en los no creyentes, determina en una
gran medida la idiosincrasia de las personas, sus vínculos emocionales y
culturales. Las fobias entre unos y otros, cuando no el odio, puede venir de la
ignorancia que los unos tienen frente a los otros y viceversa, sin despreciar
la orfandad en el conocimiento de los propios creyentes en el origen y desarrollo de las
religiones propias. O, de cómo se instrumentaliza desde los poderes fácticos tales
fobias. No parece que la cuestión se centre en si se enseña religión o no, sino
en cómo se enseña y para qué. Romper los acuerdo de España con el Vaticano
puede ser una buena cosa, ahora bien, antes España tendrá que proponer cómo y
de qué manera va a asumir los servicios sociales que aún realiza la Iglesia
como ONG. Si el asunto solo tiene como
objetivo la diferenciación mediante el enfrentamiento, ¡que Dios nos coja
confesados!
En
Barcelona a 21 de octubre del 2015. RRCH.
martes, 13 de octubre de 2015
12 de octubre, día de la Hispanidad.
En los últimos años aparecen
voces de personajes con responsabilidad política así como algunos grupos
sociales, que al considerar que el descubrimiento para Europa con la posterior conquista y colonización de las Américas fue
un genocidio, nada se ha de celebrar el
12 de octubre de ningún año. Es difícil concretar el genocidio el día 12 de
octubre de 1492, seguramente si se produjo fue años y siglos después,
seguramente como consecuencia directa del “descubrimiento”, aunque por otros
actores, en otros escenarios y por otros intereses. Sin duda que analizadas las
consecuencias de aquello con los criterios morales, que ahora “algunos”
tenemos, fue efectivamente un genocidio. No fue peor que las conquistas y
colonizaciones británicas, francesas, holandesa, y germánicas. Hasta se podría
afirmar que fue más humana si se analiza desde los criterios dominantes en el
siglo XVl y posteriores, comparando con otras conquistas. Es verdad que la
España de entonces conquistó y dominó a los habitantes de las Américas de
entonces, a sangre y fuego. Pero no es menos cierto que los españoles de
entonces se mezclaron con los conquistados y ello dio lugar al presente con
millones de mestizos apellidados González, García, Fernández, Romero, Pérez,
Castro, Guzmán, Hernández, Ramírez, etc, y a un montón de países que pueden
comunicarse con el mismo idioma, y que no sufrieron el apharheid en el sentido dado
por sus inventores en aras de conservar la pureza racial. Invento en el que no
participaron ni los españoles ni la España de aquellos tiempos.
Aquí y allá existen personas
que consideran una cuestión moral despreciar la festividad de la hispanidad. Es
algo tan curioso que merecería un estudio psicológico, puesto que los que
repudian la efeméride transfieren la responsabilidad a los que están muertos
desde hace siglos y con ello parecen desvincularse de sus ancestros negando la
realidad; la de ahora. Corregir el pasado es cosa imposible, incluso hacerlo
idealmente nos situaría en un contexto tan extraño como imprevisible. Es
difícil considerar que si no hubiera sido España ningún otro Estado habría
llegado a allí, y de ser otros, lo hicieran con la declaración de derechos
humanos en la mano.
En Catalunya, lugar en que se
festeja la derrota del 11 de septiembre de 1714, personas que lo hacen,
critican la festividad del 12 de octubre. No obstante ellos ensalzan las gestas
del 11 de septiembre en la que ambos bandos se mataron por los reyes, unos por
el de origen francés y el otro por el germánico; el concepto república no
existía habiéndose perdido con Platón, y los que mandaban en un lado y en el
otro alimentaban con fe en Dios a los que morían siendo pobres que ignoraban el
porqué. De democracia ni hablemos, y de piedad tampoco, bueno Rafael Casanovas
la tuvo puesto que pudo ejercer como abogado en Barcelona un par de décadas
después, bajo el reinado de Felipe V. La revisión de la historia bajo la lupa
del presente, está siendo buena cosa para manipular a la gente. Algunos se
dejan por no molestar, y otros se la creen e intentan que los demás se la crean
para sacar tajada. El Estado español actual y su gobierno son responsable de
muchas cosas para con los españoles, pero no de la colonización de América. Y
es miserable considerar que el 12 de octubre se festeja un genocidio,
sencillamente miserable. ¿Porqué no considerar, por contra, que se festeja la existencia actual de vínculos emocionales y culturares con más de 500 millones de seres humanos?
Barcelona a 13 de octubre del
2015.-
lunes, 5 de octubre de 2015
REFERENDUM EN CATALUNYA POR LA INDEPENDENCIA.-
Haciendo un salto en el vacío como nos tienen
acostumbrados nuestros líderes políticos de todas las tendencias, en el
supuesto que Catalunya alguna vez consiguiera la independencia, supongo que
también se dotará de una constitución. Y en tal caso sería de agradecer que al
menos nos adelantaran si en dicha ley de leyes incorporarán el derecho a que,
por ejemplo Barcelona pueda pretender y conseguir que se celebrara un referendum solo en Barcelona si los
barceloneses quisieran independizarse de Catalunya. Si se hicieran entre
Barcelona y el resto de Catalunya las mismas cuentas que se hacen entre Catalunya
y España: balanzas fiscales, flujo de capitales, producción industrial,
retornos, etc., sin duda que el beneficio de la independencia saldrían a favor de
Barcelona y en contra del resto, y más si resulta que actualmente el voto en el resto del territorio tiene más valor que en
Barcelona. Con todo ello y una campaña bien orquestada la provincia de
Barcelona podría ser independiente.
Volviendo
a la realidad, en contra de a lo que nos tiene habituados, en la Constitución
que tenemos, su Artículo 2, literalmente dice: “La Constitución se fundamenta
en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de
todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.” Dicho artículo se ubica en el Título
Preliminar, y sí se puede reformar, para
hacerlo hay que acudir al Artículo 168, que
literalmente dice: “1.- Cuando se propusiere la revisión
total de la Constitución o una parcial que afecte al Título Preliminar, al
Capítulo Segundo, Sección primera del Título I, al Título II, se procederá a la
aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la
disolución inmediata de las Cortes. 2.- Las Cámaras elegidas deberán ratificar
la decisión y proceder al estudio del texto constitucional, que deberá ser aprobado
por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras. 3.- Aprobada la reforma por las
Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación.”. El
Título II se intitula “De la Corona”.
Por tanto, salvo un golpe de estado que siempre se situará por encima de la
Constitución, se debería ir pensando en el redactado de nuevo artículo 2 u
otras reformas más sustanciales, para cuyo acuerdo seguramente habría alguna
que otra discusión, y una vez puestos de acuerdo y ya conseguidos los dos
tercios de las dos Cámaras, solo habría que convocar elecciones y que los mismos que propusieran la reforma
consiguieran los dos tercios de diputados y senadores, lo ratificaran y
lograran también que en referéndum los españoles aprobaran la nueva Carta Magna.
Hay otra opción, decir: ¡que se joda la realidad!
Barcelona
a 5 de Octubre del 2015.- RRCH
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