martes, 13 de diciembre de 2016

Carta de una profesora de un instituto público.


 

Yo no soy víctima de la Ley Nacional de Educación. Tengo 60 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política.   En jardín (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña".   Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba "Semillitas", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Semillitas, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos. En Primaria estudiábamos Lengua , Matemáticas, Ciencias, no teníamos Educación Física. En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada la nota.   En Bachillerato, estudié Historia de España, Latín, Literatura y Filosofía.   Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega y a Espronceda...  Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección.   Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.

Y.. vamos con la Gramática.  En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales.  El participio activo del verbo atacar es "atacante";el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir,"existente". ¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene identidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "ente".   Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta",independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.   De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice"estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no "dirigenta"; "residente", no "residenta”.   Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española? Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).  Les propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).

   Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Nacionalismo vs. Anti-nacionalismo


Los fundamentos del nacionalismo y los del anti-nacionalismo son los mismos contrapuestos. Unos en positivo exagerando y  excluyendo lo negativo de la patria sublimada,  y los otros lo negativo  exagerando y excluyendo lo positivo de la patria despreciada. Unos y otros se retroalimentan. El cineasta Fernando Trueba cuando dijo que en su vida no se ha sentido español ni durante cinco minutos, que en los campeonatos de las selecciones de fútbol apoyaba a equipos extranjeros y que le hubiera gustado que la guerra de la independencia española la hubiera ganado Napoleón; alimentó el nacionalismo español para el despliegue de su estupidez en igual medida que al anti-nacionalismo para el despliegue de la propia. Y ambos bandos tienen razones objetivas cuando las seleccionan concienzudamente para la autocomplacencia. Lo más seguro, es que España no sea la madre perfecta ni tampoco la madrastra depravada, todo depende de con qué se compare, y qué atributos y defectos se signifiquen.  Y especialmente las ganas que unos y otros tengan en joderse mutuamente; ganas que no siempre tienen motivaciones patrióticas, o casi nunca. Pero entretiene.

Barcelona a 7 de diciembre del 2016. RRCH

viernes, 2 de diciembre de 2016

EL ATRACTIVO DE ESTAR EN CONTRA


Parece evidente que la emocionalidad es lo que nos mueve a las personas y consecuentemente al mundo que nos rodea. Cosa distinta es que ello sea cosa buena. Pero sí, los conceptos difusos y ambivalentes concitan sentimientos integristas y totalitarios de cómoda asimilación social.  Estar en contra de algo o de todo se hace popular seguramente por ser más sencillo encontrar razones para ello  que ponerse de acuerdo en construir una alternativa con cara y ojos. Y ello está conformando todas las opciones, ya sean de izquierda o de derecha. El propio Fidel Castro que según él era de izquierdas, mantuvo medio siglo a parte de los cubanos y parte del mundo a su favor en contra del imperialismo yanqui, su máxima era patria o muerte, de la libertad no supo. La patria es un concepto difuso y ambivalente; como dice el Roto: una buena bandera lo tapa todo. Luego tenemos a los anticapitalistas europeos que naturalmente no proponen ninguna alternativa para cuando acaben con el capitalismo, de la misma manera que los anti-castas o anti-élites nada proponen para después de acabar con las castas o las élites, salvo que se trate de sustituir por ellos a  las personas de las castas o de las élites. La emocionalidad social de estar en contra desprecia tanto la racionalidad que se vuelven absolutamente vulnerables ante las mentiras a las que absorben como creencias con atribuciones mágicas. Alimentar la emocionalidad vende; vende patriotismo para lo que resulta imprescindible estar en contra de otros a los que no se les reconoce patria que defender; vende obrerismo en contra de los empresarios que son todos explotadores por definición y han de desaparecer sin alternativa; vende religión en contra de los otros a los que su religión se le equipara con el terrorismo; vende anti-religión católica subsumiendo a los feligreses como retrógrados, machistas y abusadores de niños; vende anti-machismo frente a todos los varones por brutos; vende anti-feminismo frente a todas las mujeres por frustradas; vende anti-política porque todos los políticos son ladrones; vende anti-europeísmo, anti-arrugas, anti-flacidez, anti-envejecimiento. La emocionalidad alimentada compra; compra a Trump; compra a Le Pen; compra pantalones  rotos, camisetas con leyendas incompresible en idiomas extranjeros, dietas de adelgazamiento y todo lo que aparezca barato en internet aunque sea inútil. Y eso sí, acumulando cosas para estar ensimismadamente en contra. La satisfacción de los sentimientos y los deseos es prioritario, la racionalidad y la razonabilidad se ha convertido en un bien escaso carente de atractivo.  

Barcelona a 2 de diciembre del 2016.- RRCH