Cabría la posibilidad de catalogar la
pandemia del coronavirus como una bendición, si atendemos por un lado a la
posibilidad que nos otorga para cribar a nuestros políticos, separando el grueso
de los inútiles y dejar a los pasables, asumiendo que de momento no hallemos a
ninguno de completa utilidad.
Y en segundo lugar y como de mayor
importancia, conseguir cultivar empatía efectiva con el resto de la humanidad
que padecen pandemias desde toda la vida y que no hemos atendido por el
ensimismamiento a que nos abocó el disfrute de una larga comodidad que el
Covid-19 nos has interrumpido.
Esto que sufrimos ahora y que ocupa
la mayoría de nuestro tiempo en conversaciones, telediarios, periódicos,
internet, y especialmente viendo como nuestros representantes políticos exhiben
impúdicamente objetivas vergüenzas que ellos ventilan como virtudes
dialécticas, ha causado cerca de un millón de muertos en el mundo entre los
casi veintiocho millones de contagiados. Las cifras asustan y conmueven
atendiendo a que, a nosotros, los de aquí, no nos había pasado al menos en los
últimos cien años.
Pero para losotros, los de
allá en África, Asia y América Latina, la cosa no les deberá parecer algo extraordinario,
llevan siglos soportando la pandemia del hambre; según ACNUR unos quinientos
catorce millones de seres humanos pasan hambre en Asía, doscientos cincuenta
millones de personas la padecen en África y otros cuarenta y dos millones y
medio de seres como nosotros la soportan en América Latina, la cosa genera el
45% de las muertes de niños menores de 5 años. Según la OMS – en el supuesto
que los cuenten a todos-, en el 2018 ellos soportaron unos doscientos treinta
millones de casos de malaria con cuatrocientos cinco mil muertos, y para este
año 2020 asumen que serán unos setecientos setenta mil muertos, de los cuales
la mitad serán niños y los que se salvan continúan con anemia severa con el
consecuente retraso en la maduración intelectual y crecimiento físico, y eso
que la “vacuna” más efectiva para la malaria son mosquiteras e insecticidas puesto que el bicho es un mosquito que se ve
sin necesidad de lentes de aumento. Ellos
además y por tal causa, aguantan al año unos ocho millones de casos de
tuberculosis de los que mueren la mitad, soportan y mueren por el dengue, el
cólera, la enfermedad del sueño de la mosca tsé-tsé, y el ébola. Los más
fuertes huyen, un porcentaje elevado acaban finados en el Mar Mediterráneo y
los que llegan suelen incomodarnos.
Y ante esto no se paró el mundo porque parecía
que ello sería imposible, pero se paró con el covid-19 de un día para otro, y
los de aquí asumimos reducir en hasta un 20% o más el valor de nuestra
producción (PIB), cuando posiblemente antes con la mitad de eso hubiéramos
acabado con las pandemias de losotros. Podría pasar entonces, que
esa natural redistribución del sufrimiento y del miedo al porvenir, que tampoco
ha sido equitativa, pero redistribuida al fin, nos vuelva más solidarios.
De entrada, ya lo está viendo con
cierta claridad la presidenta de la comunidad madrileña que atribuye la propagación
del virus al estilo de vida de nuestros emigrantes. Puede ser que la mandataria no se explicara
del todo bien, pero se entiende: cuando habla
de nuestros emigrantes no se refería a los españoles que emigraron fuera de España
sino a los extranjero que vinieron y les llama nuestros porque es muy
cariñosa, y al decir emigrantes no se refería a Messi, Simeone o Suárez sino a
los pobres incluyendo al los españoles que aquí también han emigrado fuera del
estado de bienestar, con el dolor de todo emigrante, y que ella por elegancia no quiso nombrar de
forma directa para no ofender puesto que también están dentro de losotros de
aquí; pero sin dudas junto con los que le aplauden asumirán sin demasiada dificultad
que, llegar a pobre o a infectado de
covid-19 no suele ser el fruto de una libre elección meditada sino la consecuencia
de circunstancias adversas heredadas o sobrevenidas que de a poco nos van
emparejando con losotros de allá . Y que seguramente con una
redistribución de la riqueza por los que la poseen, las circunstancias de losotros
de allá y los de aquí se modifiquen favorablemente con dicha vacuna. Aunque no
hay que descartar que se solucione la cosa poniendo puertas al campo para dejar
fuera a losotros. Veremos…
Barcelona a 23 de septiembre del 2020,
RRCh.
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