Los postulados indigenistas que al parecer se están propagando en
hispano-américa con cierta potencialidad emocional, aunque sus promotores crean
querer saldar una injusticia histórica no hacen otra cosa que distraer el
auténtico problema, que no es otro que la aporofobia (odio, miedo o rechazo a
las personas pobres).
Esa animadversión a las
personas pobres, no se produce por el solo hecho de que ellas carezcan de
bienes materiales, que es solo una de las consecuencias de la pobreza y
seguramente la menos importante.
La pobreza en el ser humano
cuando se hereda de generación en generación sitúa a las personas que lo
padecen fuera de la sociedad o fuera de la cultura de esa sociedad que les circunda.
Entendiendo cultura no como un acervo espiritual o intelectual sino como la
forma y manera que esa sociedad circundante se maneja, se comunica, produce,
acumula bienes materiales e inmateriales, y los trasmite y conserva. Esa
carencia de medios no solo impide la integración de las personas pobres, sino
que genera en los integrados sentimientos de inseguridad y desconfianza contra
tales personas como si la segregación fuera un antídoto frente a la pobreza. Y
así, la culpa es de los pobres, no de la pobreza y sus causas.
Dentro de los socialmente
integrados siempre aparecen salvadores para intentar aliviar su conciencia o
desviar la atención que agrupan a los pobres en círculos cerrados, proporcionándoles
un relato emocionalmente efectivo sobre de dónde proviene su infortunio, que
naturalmente lo datan en tiempos antiguos, muy alejados de ellos mismo, y allí
encuentra a los culpables. Tales argumentos no les solventan la pobreza, pero
les entretiene y les une, generalmente para su utilización en objetivos que
nada tienen que ver con el combate contra la miseria y sí para enfrentar a los
pobres entre ellos.
Hay un historiador cuyo
nombre no recuerdo, que afirma que la conquista de América la hicieron los
indios, y las revoluciones republicanas que formaron los diversos Estados que
componen Hispanoamérica la hicieron los españoles. En síntesis, parece afirmar
que los españoles que llegaron eran tan pocos que si no fuera porque había
muchos más indios sometidos por otros menos, y que los muchos se valieron de lo
llevado por los españoles (caballos por ejemplo) y de sus conocimientos para la
guerra, que estos mucho indios sometidos vencieron a los indios dominadores, y
los españoles solo aportaron las infraestructuras.
Pasado algún siglo, y ya
existiendo la mezcla étnica entre los españoles y los indígenas que se
convirtieron al cristianismo; los criollos latifundistas que eran todos
españoles hijos o nietos de nacidos en España, aprovechando que España estaba
invadida por los franceses, y con el inestimable apoyo de Francia e Inglaterra,
lograron la independencia y crearon las Repúblicas actuales.
Aquellos padres de la patria
ni tenían ni tuvieron después ningún interés en mejorar la vida de los
pobladores más desfavorecidos, sino en ensanchar sus propios campos, sus
riquezas y el poder para conservarlo. Los pobres desde entonces y hasta la
actualidad solo han servido como carne de cañón dando primero la sangre y luego
el sudor al mísero precio de la necesidad.
Valga como ejemplo el Art. 9 relación con
el Art. 11 de la primera Constitución de Uruguay, de 1830; (literalmente):
Artículo
9º. Todo
ciudadano es miembro de la soberanía de la Nación; y como tal, tiene voto
activo y pasivo en los casos y formas que más adelante se designarán.
Artículo
11. La
ciudadanía se suspende:
1º |
Por
ineptitud física o moral, que impida obrar libre y reflexivamente; |
2º |
Por la condición de sirviente a sueldo, peón
jornalero, simple soldado de línea, notoriamente vago o legalmente procesado
en causa criminal de que pueda resultar pena corporal o infamante; |
3º |
Por el
hábito de ebriedad; |
4º |
Por no
haber cumplido veinte años de edad, menos siendo casado desde los diez y
ocho. |
5º |
Por no
saber leer ni escribir, los que entren al ejercicio de la ciudadanía desde el
año de mil ochocientos cuarenta en adelante. |
6º |
Por el
estado de deudor fallido, declarado tal por juez competente. |
7º |
Por
deudor al Fisco, declarado moroso”. |
Ya la patria uruguaya nació
suspendiendo la ciudadanía a los sirvientes, los jornaleros, los vagos, los
borrachos, los simples soldados, los deudores, y los que no aprendan a leer y
escribir en los próximos diez años. Es decir, los pobres quedaban fuera de las
bondades patrias, A los indígenas no se les nombra, seguramente para no
discriminar el pobrerío, o porque ya le tenían sentenciado un peor destino.
Uruguay, es uno de los
países hispanoamericano más significado en la ausencia de indígenas. Al parecer
en el primer tercio del siglo XX con ocasión de un evento futbolístico, se
generó la frase de “la garra charrúa”; ni entonces ni hoy existen charrúas en
Uruguay, pero si charruísmo. Los padres de la patria los eliminaron
físicamente en el primer tercio del siglo XIX al crear la patria, e incluso es
posible que el nombre “charrúa” fuera puesto por los españoles por las
similitudes que le hallaron con alguna festividad ancestral gallega, o se lo
pusieron otras tribus, posiblemente guaraníes. Será difícil conseguir una
muestra auténtica de ADN de aquellos, para contrastar con el de población
actual, pero eso no impide que existan indigenistas o charruístas de apellidos
europeos que agrupen a una parte de pobres para separarlos de los otros,
proporcionarles un relato melancólico y señalando a culpables que ya están muertos
desde hace siglos. No cura, pero entretiene.
Barcelona a 5 de octubre 2012. RRCh.
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