Aunque ETA como organización criminal que arrastra en su historia execrables asesinatos y gran demostración de cobardía haya desaparecido desde hace más de una década, las formaciones políticas de la derecha más rancia y heredera de los crímenes del franquismo la han rescatado del pudridero para darse aire de inmundicias.
Ahora esos mismos patrioteres españoles, como nada tiene que ofrecer a la
ciudadanía en las próximas elecciones, sacan a pasear la historia de indecencia
de aquella banda criminal para intentar intoxicar a la gente, y hasta puede que
les salga bien, al menos entre sus fanáticos de emocionalidades depresivas.
La técnica es la misma que todas
las utilizadas por el nacionalismo patriotero; igual que la utilizada por los
independentistas catalanes y los independentistas ayuseros de
Madrid: ser víctimas; puesto que el victimismo enternece y se compra bien.
Es evidente; es una obviedad que BILDU está nutrida del cadáver de ETA,
sus dirigente y candidatos vienen de ETA o de su círculo de aficionados; pero
¡coño!, no matan, se presentan a las elecciones y son la segunda fuerza
política del País Vasco.
Me gustaría que esa derecha desnortada explicase qué quiren conseguir con
la ilegalización de BILDU; qué alternativa más allá de quemar autobuses,
amenazar y matar a los vecinos, e incendiar las calles, les darían ellos a los
que hoy se conforman con votar a BILDU. ¿Qué? Pero al parecer nadie les hace
esa pregunta.
No quedamos que en democracia por la vía constitucional y con el
complimiento de las leyes se puede defender cualquier postura política que convalide
el voto popular. ¿No quedamos en eso? ¿Acaso estos señores no han cumplimentado
todos los requisitos que prevé la Junta Electoral Central en sus candidaturas?
Ninguno de ellos está aún inhabilitado por sus anteriores crímenes por haber
cumplido sus penas. Como tampoco lo están los candidatos de VOX y los del PP.
Y también hay qué decir, que este argumentario para segregar a BILDU o a
los independentistas catalanes de las contiendas electorales, es igual de mala
que la propiciada por la izquierda contra VOX con aquello del llamado “cordón
sanitario”.
Para derrotar a estos o a los
otros con reglas democráticas, se ha de superar esa desesperante menesterosidad
argumental de los políticos actuales; se habrá de hacer el esfuerzo necesario y
posible para desmontar sus postulados, atacando a sus postulados con ideas, y
no con pedradas y escupitajos a los portadores de tales ideologías.
Por atacar a las personas por ser
comunistas, separatistas, machistas, fascistas, franquistas, ateos, agnósticos
o religiosos, por tales medios no dejaran de serlo; salvo que les convenzamos
de que no lo sean. De lo contrario seguirán ahí, o serán más, más extremistas, más
idiotas y peligrosos. Y qué ¿le haremos un cordón sanitario a todos?, O serán
ellos los que nos acordonen cuando seamos minoría.
Barcelona a 18 de mayo del 2023. RRCh.
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