El embajador de Palestina en
España
MADRID
09/10/2023
21:26 ACTUALIZADO: 10/10/2023
10:19
ESTHER REBOLLO
En la madrugada del pasado
sábado, Hamás lanzó una operación militar sorprendente e
inédita contra Israel. Lanzaron miles de cohetes, mientras hombres armados, muy
bien organizados, se adentraban en territorio israelí, por tierra, mar y aire.
Las milicias de Hamás tomaron, de forma simultánea, hasta siete ciudades e
irrumpieron en un festival de música electrónica donde bailaban cientos de
jóvenes. Al Ejército y a la Inteligencia israelí les pilló totalmente
desprevenidos. En consecuencia, el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha
declarado la guerra total, ha dejado sin agua y luz a Gaza y no cesan los
bombardeos. Ya se cuentan por miles los muertos y los heridos, mientras un centenar
de personas son rehenes de Hamás, buena parte de ellos jóvenes que disfrutaban
de la 'rave'.
El jefe de la misión diplomática de Palestina en
España, Husni Abdel Wahed, ofrece una entrevista a Público para explicar las consecuencias de la
ocupación israelí que comenzó hace 75 años, la situación tras el inesperado
ataque de Hamás y el nuevo orden en Oriente Medio. El embajador critica la
"doble vara de medir" y la "hipocresía" de Estados Unidos y
Europa a la hora de denunciar crímenes de uno y otro lado.
Usted nació en un campo de
refugiados en 1960. Su familia había tenido que abandonar sus tierras, tierras
que hasta hoy están ocupadas por Israel.
No hay palestino que no sepa lo qué
significa la ocupación israelí. Ya van tres o cuatro generaciones nacidas
bajo ocupación israelí, en Palestina o fuera de Palestina. Son
generaciones marcadas por la ocupación y sus consecuencias. Uno no elige dónde
nace, ni la nacionalidad, ni la etnia a la que pertenece, tampoco a la familia.
Pero una vez nacidos, todos nos identificamos con lo nuestro. Mi familia, al
igual que las de tres cuartas partes del pueblo palestino, fue expulsada de su
hogar en 1948 por el recién creado Estado de Israel. Por eso hemos nacido en
campos de refugiados. En un campo de refugiados, las condiciones de vida son
infrahumanas, escasea absolutamente todo y lo único que abunda es la pobreza.
Somos producto de esta realidad, mientras el mundo mide con diferentes varas y
aplica distintos criterios en situaciones similares. Y esto es parte de la incongruencia y de la hipocresía de la comunidad
internacional y de nuestros amigos en Occidente.
¿Cuál es la
situación de Gaza en este momento?
A muchos medios y a muchos políticos
les tomó por sorpresa [el ataque de Hamás] porque si Israel agrede o bombardea
es normal, no es noticia. La muerte de palestinos dejó de
ser noticia hace tiempo. Ahora sí es noticia porque afecta a Israel y,
una vez más, caemos en la incongruencia de nuestros amigos occidentales.
Palestina está bajo ocupación israelí desde hace 75 años y el mundo lo tolera y
lo acepta. Buena parte de
los líderes mundiales condenan la agresión de Hamás y absolutamente nadie hace
mención a la ocupación. Como si un día los palestinos despertaran y decidieran
invadir Israel. La historia de la ocupación no cuenta y esto es lo que se
entiende de la postura de nuestros amigos.
Cuando
era estudiante, la Física no era mi materia preferida pero aprendí algunas
leyes de la naturaleza, una de ellas es que a mayor presión, el resultado es
explosión; y otra es que cada acción tiene una reacción igual a la potencia y
en dirección contraria. A lo largo de tantos años, el pueblo palestino ha sido
sometido a una política sistemática de asesinato, represión, confiscación de
tierras, encarcelamiento, judeización del territorio palestino... Para
Occidente esto es nada, pero para los que viven esta realidad lleva a una
reacción y a la explosión. Y esto es lo que estamos viviendo.
La franja de Gaza lleva 17 años bajo un
bloqueo acérrimo por mar, aire y tierra, donde no se permite el ingreso absolutamente de
nada y de nadie sin el consentimiento de Israel. Parece que nuestros amigos
europeos y norteamericanos esperan que el pueblo palestino no reaccione y
cuando reacciona, entonces, condena la reacción al punto de que el presidente
[Joe] Biden dio instrucciones y el Pentágono dio órdenes para que el
portaaviones USS Gerald R. Ford se movilice
hacia nuestra región temerosos por Israel. Nos convencieron de que Israel es
una gran potencia militar con un ejército invencible, una potencia tecnológica,
de espionaje, de inteligencia, de contrainteligencia y de no sé cuántas cosas
más, pero movilizan portaaviones norteamericanos porque consideran que se
amenaza a Israel. ¡Es inconcebible!.
Quiero preguntarle por la matanza de Hamás en el
festival de música: han encontrado 260 cadáveres de personas jóvenes.
No puedo aceptar la pérdida de vidas
humanas de quien sea o del lado que sea. Pero me gustaría que esta reacción de
parte de la comunidad internacional se aplique en todos los casos cuando se
cometan masacres y matanzas porque, aunque muchos tengan complejo de
superioridad, yo no tengo que aceptar esta supremacía. Nuestro pueblo, un
pueblo milenario, no tiene complejo de inferioridad. Nuestra vida vale como la
de los otros y las masacres contra el pueblo palestino también merecen la
atención que se da cuando se trata de otros.
El señor George Bush, el señor Tony
Blair, y otros, invadieron Irak con un pretexto falso y masacraron a dos
millones de iraquíes, y no pasa nada. Francia colonizó buena parte de África;
sólo en Argelia, asesinó a más de un millón y medio, y no reconocen su
responsabilidad. Israel viene masacrando al pueblo palestino
desde hace 75 años y parece mucho reclamar un derecho básico a la
vida. Hay que ser ecuánime y aplicar el mismo criterio en situaciones
similares.
Volvamos al ataque de Hamás. Fue histórico, nunca
antes se había producido una operación de tal calibre contra Israel. ¿Cómo fue
posible burlar la seguridad del Ejército y la Inteligencia israelíes?
No soy experto militar y, por lo tanto,
no puedo analizarlo desde esa perspectiva, pero puedo referirme al mito que han
creado y la imagen que han estampado en la conciencia individual y colectiva de
la supremacía de Israel, presentándola como invencible. Esto nos deja una
lección: no hay que desmerecer ni desestimar a nadie. La necesidad
es la madre de los inventos. Cuando un pueblo está sometido o tratan de
someterlo, está reprimido y privado de sus derechos más elementales, puede
pensar en reaccionar.
Hamás domina la franja de Gaza, que
está sitiada por mar, aire y tierra, es una cárcel a cielo abierto, donde hay
más de 2,5 millones de palestinos tomados como rehenes, donde cunde la pobreza
y la escasez. Las Naciones Unidas advirtieron en 2015 que
Gaza no iba a ser apta para la vida humana en 2022. Este pueblo, en
estas condiciones, ha encontrado la forma de decirle al mundo que esto no puede
seguir.
Desde Gaza,
precisamente, el portavoz de Hamás, Ghazi Hamad, ha reconocido que tuvieron
"apoyo directo" de Irán en el ataque masivo del sábado. ¿Cuál cree
que ha sido el papel de Irán?
Nosotros
[Autoridad Nacional Palestina (ANP), dominada por Al Fatah] no compartimos con
Hamás ideología, son nuestros adversarios políticos. Nosotros hemos pretendido
siempre ser amigos de Europa y de Estados Unidos, ellos saben lo que digo.
Siempre hemos intentado abrir canales y relaciones de amistad, pero
lamentablemente Occidente no quiere ser nuestro amigo, no quiere reconocer los
derechos del pueblo palestino a la independencia, a la libertad y a los
derechos más básicos. Dicen que están a favor de la solución de 'dos estados',
pero esa solución no va a caer del cielo, no se va a concretar con la voluntad
divina. Esa solución requiere voluntad humana y no hacen nada nuestros amigos
europeos y norteamericanos. La solución de 'dos estados' ha sido una consigna
sin contenido y cuando se buscan alianzas con otros, los culpan.
Yo no comparto las políticas de Hamás,
ni sus alianzas, pero
¿por qué siempre Europa y Estados Unidos tienen razón y los demás no? Y si
tienen razón, deberían ser más sabios e imparciales si pretenden mediar. Una
parte tan parcial no puede ser intermediaria.
Estos hechos ocurren cuando Israel está negociando
el establecimiento de relaciones diplomáticas con Arabia Saudí. ¿El ataque se
puede interpretar como un aviso?
Nosotros hemos sido muy claros siempre,
Israel puede firmar acuerdos con los 193 países miembros de Naciones Unidas
pero a quien ocupa es a Palestina, a quien reprime es al pueblo palestino. Si
Israel y la comunidad internacional, los patrocinadores de esta política de normalización,
pretenden realmente llegar a una paz y una estabilidad regional, lo primero es poner fin a la ocupación y que Israel firme un
acuerdo de paz con Palestina, permitir al pueblo palestino vivir
dignamente en un Estado propio, independiente y soberano, donde pueda
desarrollar su identidad nacional y pueda aportar a la civilización, como
hicieron nuestros antepasados. Somos cuna de las tres religiones monoteístas.
Pero más allá de
que Israel tenga derecho a establecer relaciones con las naciones que
considere, ¿ustedes, los palestinos, se han sentido abandonados por esos
pueblos musulmanes o árabes de Oriente Medio o del Magreb, en el caso de
Marruecos [que ha establecido lazos con Israel]?
Yo lo veo desde otra perspectiva, lo
veo como parte de la política de Europa y EEUU de considerarlo un problema
árabe y no un problema que crearon ellos. No fueron los árabes los que crearon
el Estado de Israel, fueron Europa y EEUU, por lo tanto, el abandono y las
responsabilidades son de Europa y EEUU, los que mandan en este orden
internacional. Culpar a árabes y musulmanes del abandono de
los palestinos y presentarlo como si fuera un problema interárabe, no lo puedo
aceptar. Es un problema de seres humanos. Es un problema político y
tiene que inmiscuir a todos, especialmente aquellos que mandan en este mundo y
que se creen los amos y señores del planeta.
¿Palestina tiene el apoyo de las llamadas potencias
emergentes, me refiero a China, India e incluso Rusia?. ¿Estos apoyos pueden
cambiar el orden regional de Oriente Medio?
A lo largo de la historia de la
humanidad ha habido potencias que dominaron una era y fueron sustituidas por
otras en otras eras. Esto es parte de la evolución de la política y de la sociedad.
Lamentablemente, en los últimos siglos a las potencias les faltó sabiduría y se
basaron en una política de injusticia y de dominio colonial, han primado sus
intereses y han tratado de explotar a los demás. Esta es la realidad. Hoy
estamos viviendo un momento de transformaciones y aparentemente estamos siendo
testigos de la emergencia de nuevos actores políticos importantes. Los que
dominan el orden mundial resisten a toda costa este cambio. Si frente a esta situación que se vive en Palestina e Israel,
Estados Unidos moviliza portaaviones, ¿qué haría si se tratara de una
confrontación con China?. No quiero imaginarlo. Estas potencias
emergentes han sido más objetivas y no quiero decir que sean aliados
incondicionales de Palestina porque son amigos de Israel también. Y esto es lo
que nosotros reclamamos a los europeos y norteamericanos, que sean buenos
amigos de Israel, pero que también sean buenos amigos de Palestina. No entiendo
que los hace tan hostiles a Palestina, ¿qué les hemos hecho? ¿En qué les afecta
que los palestinos tengamos nuestra libertad? Nuestro pueblo no puede entender
esta hostilidad de los norteamericanos y sus aliados.
Esta reconfiguración del orden mundial en el que
están tomando peso otras potencias frente a Estados Unidos y Europa, ¿puede dar
un impulso a los anhelos del pueblo palestino?
Esperamos
que sí. Hoy en día Estados Unidos tiene el monopolio de manejar el llamado
orden mundial y este orden ha diseñado la forma en que vivimos. Un nuevo orden
y el ingreso de nuevos actores tiene que cambiar el tratamiento de los
distintos temas. Nosotros confiamos en que el nuevo tratamiento será menos
injusto y más propicio para la vida de nuestra región y para el pueblo
palestino porque una de las regiones que ha sufrido más a lo largo de la
historia ha sido la nuestra.
En los últimos 50 o 60 años,
en ninguna zona del planeta ha habido tantas guerras como en la nuestra y no es
porque seamos amantes de las guerras: simplemente las potencias occidentales
han dividido y repartido nuestra región y han injertado elementos para que
perdure la discordia y se prolonguen los conflictos. Las grandes potencias
sacan enormes dividendos de esta situación. La población del mundo árabe no
asciende al 5% de la población mundial, sin embargo, los países árabes compran
cerca del 30% de las armas producidas en el mundo. ¿Quién fabrica armas?
¿Los círculos de poder manejados por la industria armamentística permitirán la
paz en nuestra región y privarse, entre comillas, de esta fuente inagotable de
ingresos? Este es el tema.
Usted ha hecho una referencia
general a Occidente, pero le quiero preguntar de forma concreta sobre qué opina
de la reacción que ha tenido el Gobierno de España a lo sucedido.
Yo no puedo juzgar la política del
Estado español. España es un país amigo y tenemos unas relaciones que siempre
aspiramos a que se fortalezcan. Yo espero que no solamente España, sino todos
los países, cuando juzguen lo que ocurre en nuestra región, se acuerden de que
hay una ocupación israelí de Palestina y que cada acción tiene una reacción.
Hay que ser consecuente, si apoyan a los ucranianos que
luchan por su libertad en contra de la invasión, no entiendo por qué nos privan
de este derecho de luchar por nuestra libertad. Es incongruente.
En Israel, gobierna Netanyahu con la extrema
derecha, hay problemas internos, descontento social. En Gaza, el poder lo tiene
Hamás, pero en Cisjordania lo ostenta Al Fatah. Hamás y Al Fatah son
adversarios políticos. La situación es muy compleja. Le pregunto: ¿Cómo
manejaría la situación la Autoridad Nacional Palestina si los palestinos de
Cisjordania se sumaran a la guerra?
La gente común no se suma a la guerra,
los que se suman a la guerra deben tener armas y preparación militar, pero un
pueblo civil nunca se suma a una guerra. En Cisjordania está la
ocupación israelí y la represión constante y cotidiana que no
permite a ningún palestino tener un cuchillo de cocina. Si compro un cuchillo,
voy de una ciudad a otra y me pillan en el trayecto, me matan o me detienen. En
Cisjordania, sentimos lo que les ocurre a nuestros hermanos en la franja de
Gaza. Lógicamente nos solidarizamos y compartimos lo poco que tenemos con
ellos. Seguramente habrá protestas y movilizaciones de apoyo, pero guerra hay
que pensarlo dos veces antes de emitir un juicio al respecto.
En ese escenario,
¿cuál cree que sería la reacción de los palestinos de Cisjordania si el
Ejército isralí tomara por tierra la franja de Gaza?
Espero que Israel sea racional, y sé
que pido mucho porque nunca ha sido racional. Más allá del daño que pueda
causar al pueblo palestino y la muerte que pueda sembrar en la franja de
Gaza, una invasión terrestre por parte del Ejército israelí se tendría
que pensar mucho porque puede significar también muchas bajas en el
lado israelí.
Así
que yo espero que esto no ocurra. Pero en caso de que esto se produzca, tenga
la certeza de que no solamente el pueblo palestino en la Cisjordania se
movilizará popular y masivamente, sino que buena parte de la humanidad se
movilizará contra tal invasión.
¿Va a ser una guerra larga?
Pienso que no va a ser corta porque lo
que está en juego es la supremacía israelí y los mitos que acompañan esta
supremacía, esa imagen que ha creado Israel y que ha blindado Europa y Estados
Unidos. También por la instigación de Estados Unidos y Europa a Israel para
extremar sus políticas. El señor [Antony] Blinken ha instado a Israel a actuar
con dureza, también las declaraciones y comunicados de países europeos de
apoyar incondicionalmente a Israel. Instan a actuar con mayor dureza y esto es
lamentable porque Israel lo entiende como un apoyo incondicional
y carta blanca para hacer lo que se le antoje.
¿Teme por su
pueblo, teme que se puedan producir masacres de palestinos?
Por supuesto que sí, es una masacre
continua la que vive el pueblo palestino. El historiador israelí Ilan Pappé lo
reconoce en su libro Palestina, un genocidio
progresivo. En Palestina se está cometiendo
un genocidio a goteo, nuestro pueblo todos los días paga un costo alto
en vidas humanas como producto de esta ocupación israelí.