miércoles, 25 de octubre de 2023

LOS ARGENTINOS

    

    La República Argentina, posiblemente sea el territorio hispanoamericano más sobresaliente, posee todas las bondades que puede darle la tierra, pero su población -de orígenes diversos- no hallan la concordia de coexistencia mínima.

La primera vuelta de las elecciones que se celebraron el domingo pasado, visto el resultado a una parte sustancial de los argentinos le devolvió el alma al cuerpo y a la otra parte -también sustancial-, les ha sumido en el desánimo. Lo que provisionalmente se decidió la semana pasada no fue más que el momentáneo logro del mal menor que no es poco, puesto que el mal mayor podría ser insoportable.

 Los argentinos con razón o sin ella, debieron de estar muy desesperados para que un treinta por ciento de la ciudadanía apoyaran a un personaje tan siniestro como Javier Milei. Este individuo alimentado por la extrema derecha de los trumpistas norteamericanos y los bolsonaristas brasileños, les ha superado a estos de forma monumental con sus propuestas rayanas en la psicopatía. Ya que lograra superarle en votos un Sr. Massa, que como ministro de la economía concurrió a su electorado con una inflación anual de más de 120%, con un índice de pobreza del más del 40%, y mientras tanto unos de sus allegados políticos significativo, navegaba en el Mediterráneo en yate de lujo con mujer alquilada joven y de buen ver; y que Massa fuera la única alternativa como mal menor, ya es muy triste. 

El Sr. Milei fue aplaudido y festejado por su correligionarios cuando propuso quemar el Banco Central de su país y suprimir los pesos para adoptar el dólar americano; lo que significaba de entrada que su acólitos desprecian la divisa de su país y consecuentemente la enseña mayor de la soberanía argentina,  y al parecer estaban dispuestos a convertir la República Argentina en una suerte de estado subordinado de EEUU, y ello siempre que Argentina antes pudiera conseguir dólares para canjearlos por los pesos de los argentinos.

El Sr. Milei fue aplaudido y festejado por esa gente cuando propuso la libre compraventa de armas y la supresión de las subvenciones a la pobreza, con lo que al parecer partía de que los pobres hambrientos no accederían a las armas y se dejaran morir pacientemente de desesperanza e inanición.

El Sr. Milei fue aplaudido y festejado cuando prometió privatizar la enseñanza, la sanidad, los servicios sociales y la función pública; aunque sarcástica y criminalmente lo “compensaba” con la posibilidad de que vendieran los órganos -ojos, riñones, pulmones, orejas, testículos, ovarios-, y lo que resultara útil al comprador platudo.

Posiblemente, como decía alguien sobre Uruguay, Argentina también es un ente de pies de barro con cabeza de gigante. Posiblemente se ha centrado tanto en el cuidado de la cabeza que se halla en la provincia y ciudad autónoma de Buenos Aires, que ha olvidado la asistencia al resto del cuerpo que la sostiene y se aplasta bajo su peso.

 Ese cuerpo desasistido puede que esté allá por Jujuy, Salta, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, Santa Fe, Corrientes o Misiones, entre otras; y sean los oligarcas de allí, que cuando llegan a Buenos Aires engordados de las osamentas de los muchos nadies y que llegan a la gran capital para adiestrar a sus vástagos en universidades para los negocios políticos; sean esos copetudos de riñón cubierto los que hayan traído y traigan la felonía que ha infectado de corrupción a todos, y parte de este todo quiera que se vaya todos al carajo.

 Pero claro, si todo es una mierda, todos son una mierda, y eso no es verdad, no es razonable, no es racional, no es cierto ni puede serlo.

Posiblemente, el camino para salir de ese estado de melancolía crónica deba transitarse más despacio, más ligeros de equipajes, sin aspiraciones ventajistas, con menos pretensiones exhibicionistas, con más empatía hacia los congéneres que sufren, con mejor sentido del reparto hacia la consecución de una igualdad esperanzadora. Propiciando eso sí, un reparto más eficiente donde el que recibe lo que no tiene aporte lo que sí tiene, que debería ser el empeño, el esfuerzo y la solidaridad; y no el conformarse subsistiendo de la sopa boba al mísero precio de votar en las elecciones siguientes a los que le dan la limosna para que sigan necesitándoles.

 Puede que mediante el ejemplo y la educación se supere esos berretines tan negativos y empobrecedores de la “viveza criolla”, y aquello que algún porteño acuñó como que “el vivo vive del bobo y el bobo de su trabajo”.

   Ello no es fácil, ni rápido, pero, en fin, el psicópata Milei planteo sus promesas contando que estuviera él, al menos 25 años gobernando para que resultaran exitosos sus remedios; tiempo este que, de trascurrir bajo sus ideales, perros, motosierras y escenografías roqueras, seguramente reduciría sustancialmente el número de argentinos en su territorio; y no solo a los pobres.

Barcelona a 25 de octubre 2023. Ruben Romero Chiarla.

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