martes, 20 de septiembre de 2011

PAGUEMOS LA ENSEÑANZA PÚBLICA.



Es de suponer que el Ministerio de Educación o las Consejerías del ramo en las Autonomías, sabran cuánto destinan al año al rubro que administran; si además saben cuántos alumnos se benefician de ello, fácilmente pueden calcular al dedillo a cuánto toca por cabeza.  Con lo cual poniendo precio por cabeza instruida o educada ya se cubre el gasto. Y que paguen. Seguramente la cuenta será parecida al coste por  cabeza en la enseñanza privada
Ahora bien, para que esto no sea un disparate, hay que valorar las excepciones, imprescindibles por otra parte. Por decir algo: no tendrían que pagar nada las personas que viven solas con ingresos no superiores a tres salarios mínimos interprofesionales (SMI en adelante); ni las familias de dos integrantes que no ganen más de cuatro SMI; y si tienen niños sumar al mínimo exento la mitad de un SMI por cada criatura. Luego se pueden hacer otros tramos o grupos con aquellos que, por ejemplo,  estando solos ganan más de seis SMI; las familias de dos que ganen más de ocho SMI, con un hijo más nueve SMI, con dos más de diez SMI, y así sumando …, que deberían pagar la mitad del coste de enseñanza. Los que se pasen de estos parámetros que lo paguen todo. Y de paso que el Estado o las CCAA paguen al centro privado que elijan los padres -del grupo exento o medio exento-, lo mismo que le costaría al erario si asistieran a la pública. Así resultaría que los hijos de los pobres y de los remediados, hasta podrían ir al colegio alemán o francés como los ricos, y si los ricos prefieren las universidades públicas para sus vástagos, que la paguen.
Sería una forma de distribución de la riqueza y de los sudores; y sin tanta diatriba.


Barcelona a 20 de septiembre 2011. RRCH

Nota: la cantidad de SMI acumulados es un ejemplo, pueden ser menos o más.

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