jueves, 22 de septiembre de 2011

Pena de Muerte.-


A juicio de éste que escribe, la pena de muerte es una aberración aún en el supuesto que todos y cada uno de los ejecutados sean culpables. Que se mate en su ejecución a un inocente, no es más que una anécdota dentro de ese compendio sangriento y obsceno.  Que la ciudadanía de un país le atribuyan a los funcionarios la facultad de decidir sobre la vida y la muerte de sus conciudadanos, es miserable además de ineficaz. Que la mayoría de las personas que conforman los EEUU mantengan la vigencia de tan vomitiva medida, desacredita el grado de civilización de éstos. Resulta incomprensible por contradictorio,  si se atiende  a las creencias religiosas que en su mayoría al parecer profesan; ¿o no es una contradicción y  precisamente por ello se debe entender? Es repulsivo delegar al Estado esa fría e impía venganza, después que ese Estado torturara psicológicamente veinte años a un ser humano teniéndolo en el corredor de la muerte. Más aún, si se considera que, al que se asesina legalmente ya era una persona distinta al que causó el mal que le aparejó la condena. Que mataran a un señor apellidado Davis, es una infeliz anécdota, lo realmente desgraciado es la pena de muerte.

Barcelona a 22 de septiembre del 2011 RRCH

1 comentario:

  1. Hemos estado de acuerdo en varias charlas sobre eso. Y ahora también.

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