En memoria de La Tortuga, La Capincha y El Escuerzo (24/4/2013)
Don Ramón se encuentra allí
donde se desvanece la memoria de los parientes
donde el recuerdo funde la identidad con los orígenes
donde se deshilachan las fibras familiares
y los rasgos de los genes se diluyen en el todo
De Don Ramón me viene la forma de mi papada y mi nariz
mi escasa barba y mi cinismo
Cinismo alentador de doctrinas vituperables
instrumento provocador de reacciones ajenas delatadoras
Tenía la sabiduría del zorro viejo
cavilador en paciencia atando cabos
Los necios hostiles a cualquier decoro intelectual
le llamaron doctor insinuando lo contrario
Se puso gafas de sol
para aliviar el fastidio
de los reflejos tediosos de las cosas conocidas
desdeñando la opción de ver con nitidez
Se fugaba en silencios y a oscuras
en reflexiones que importaban a pocos
sin fijarse en nadie y sin más destino que ser
en actitud trascendental sedimentando hábitos
Componedor de alpargatas
ejercitando el dominio de sus necesidades
con tachuelas torcidas y goma de deshecho
con aprecio del acto sobre el resultado
Moldeador de terrones para entretener el tiempo
deshaciendo entuertos gobernadores de urgencias
rompedor de piedras para vías de trenes
que oficiales doctores taparon de malezas
Del viejo Romero Turundai me quedan pocas cosas
o quizás perdura en mi facha una sonrisa socarrona
que en algún tiempo sabré si es de agresión o defensa
y el recuerdo distante que va arrimando el tiempo
Su figura se diluye en un sinfín de vivencias
de gurí canilludo porfiado por dentro
que el paso de los años me aclaran los recuerdos
y en burla de la lógica me devuelve el espejo
con cariño interesado al verme al viejo dentro.
Barcelona a 8 de noviembre de 1993.- RRCH