Primero
fue una entrevista con algo para picar en Julio del 2010 mantenida en el restaurante La Camarga entre
la presidente del Partido Popular de Catalunya,
diputada en el Parlament catalán y
senadora del Estado, con una señora que había mantenido una relación
sentimental con el hijo mayor del ex President de Catalunya, el Honorable Jordi
Pujol.
Antes
del encuentro se produjo el contacto entre la política y la confidente de la
política, y alguien hizo de intermediario entre ambas trasladando a la política
la conveniencia que el encuentro se produjera en atención a la información que
la confidente ofrecía.
La
información prometida debió tener una enjundia pública relevante para que la
Sra. Sánchez Camacho se prestara a oírla. Se puede dar por supuesto que la
parlamentaria no asistió al encuentro para que la otra le contara sus desvelos
emocionales y le solicitara un puesto laboral para equilibrar su maltrecha
economía. Es de suponer que la líder de la derecha catalana quería conocer de
la confidente hechos que afectaban de forma directa la cosa pública y que ella
como mandataria de su electorado quería corregir lo corregible y denunciar lo
denunciable.
Entre
la presentación y la entrevista, y antes de la entrevista, alguien venido no se
sabe de dónde y conociendo perfectamente el asunto a tratar y el hecho que la
confidente podía desdecirse por inconsistencia emocional de lo que a la Sra. Sánchez Camacho le
contara, consideró más seguro grabar el evento; para lo qué adivinó ( o no) el
lugar, el día y la hora.
Poco
después, convenientemente en período electoral en el escenario catalán,
apareció publicado en un medio de tirada nacional, un supuesto informe policial
en el que se afirmaba que miembros de la familia Pujol y políticos allegados a
la misma, se llevaban los euros al exterior guardándolos en paraísos fiscales.
A
posteriori pudimos conocer dos cosas trascendentes, una, que el informe
policial recogía en los sustancial lo que la confidente le había contado a la
Sra. Sánchez Camacho casi dos años antes, y la otra, que ni el Ministro del Interior del
partido de la Sra. Sánchez Camacho supo discernir qué grupo de la policía había
hecho el informe, puesto que nadie se responsabilizó de su autoría; pero las
elecciones de Catalunya ya se habían producido.
Por
febrero de este año comenzó en los medios a hablarse en serio de la presunta
implicación criminal de Don Luis Bárcenas, ex senador del Estado y ex tesorero
del Partido Popular, en delitos que afectaban en detrimento a la cosa pública
en paralelo con el enriquecimiento
personal de los políticos del partido del gobierno de España.
Justo
en ese momento como para balancear el debate saltó en la prensa la cuestión del
espionaje en La Camarga. Se planteó
el asunto en dos vertientes por un lado al Restaurante se le hizo aparecer como
una factoría del espionaje, algo así como que además de dar de comer a sus
clientes le vendían grabaciones de las conversaciones de sus adversarios
políticos que también iban a allí a comer; y por otro lado se presentó a la
política catalana como un juego de intercambio de dosieres por los cuales todos
estaban cogidos y convenientemente neutralizados por sus oponentes y sus
oponentes también.
Lo
de Bárcenas siguió y sigue.
La
Sra. Sánchez Camacho por su propia iniciativa o impulsada por el Partido
Popular, puso el grito en el cielo y se fue a la Justicia. ¡Le habían espiado!
¡Otros le habían espiado! Y lo peor: ¡habían quebrado su intimidad mientras
ella hablaba de cosas íntimas con una amiga! Y así abrió dos frentes judiciales,
primero puso una demanda civil contra la agencia de detectives Método 3,
empresa que se había disuelto legalmente en octubre del 2012, pidiendo una
indemnización de 80.000 € para compensar el perjuicio producido en su intimidad
y su proyección pública; y por otro lado inició -o convalidó la iniciada-
acción penal contra los trabajadores de la agencia de detectives, cuya
profesión se elevó a la categoría de espías. Transformaron en espías hasta el
mensajero y becario de la empresa. El Ministro del Interior, declaró la cosa
como prioritaria. Mucho más prioritaria que la cosa de Bárcena que nunca ha
sido prioritaria. Y en la priorización se metieron en calabozos a tres
trabajadores de Método 3 y al que fuera su jefe, en la urgencia de la
priorización no se estaba para distingos.
En
el proceso civil entre la Sra. Sánchez Camacho como actora y la empresa Método
3 como demandada, la primera pidió medidas cautelares para que la demandada se
viera impedida a publicar lo que ya se había publicado y de ahí la priorización
del ministerio de la policía. El Juez civil acogió la medida cautelar y
compelió a Método 3 a no publicar lo que ellos misma decían no tener. La medida,
por ignorancia o exceso de sabiduría, se vendió como que el Juez civil con su
medida cautelar en relación a Método 3 amordazaba a todos los españoles, parte
del extranjero, y le impedía hasta hacer señas.
La
Sra. Sánchez Camacho al fin llegó a un acuerdo en este asunto civil que es el de la medida cautelar. El acuerdo
consistió en que Método 3, la demandada, hizo una cosa parecida al allanamiento
a la demanda, con algunas pequeñas variaciones innovadoras. Primero dijo en el
acuerdo que asumía no haber puesto el celo suficiente en impedir que la
grabación viera la luz pero que no podía entregársela a la actora porque no la
tenía, no podía tenerla tampoco porque la empresa se había disuelto hacía más
de medio año, y antes que el asunto saliera en los medios. Segundo, asumió que
le daría 80.000€ a la Sra. Sánchez Camacho para compensarla en los perjuicios,
pero no se los darían ellos sino unas Aseguradoras que ni habían sido parte en
el proceso ni en el acuerdo, y al parecer tampoco tenían pólizas vivas para el
asunto. Tercero, como contrapartida al dinero prometido, la Sra. Sánchez
Camacho perdonaría a los trabajadores de Método 3 y a su jefe pidiendo el
archivo de la causa PENAL (la otra) y
que el Juzgado le devolviera la copia de
la grabación; esto lo cumplió al día siguiente, al tiempo que hacía público que
los 80.000€ se los daría a los niños pobres; si los cobraba se entiende.
No
parece que haya acertado la Sra. Sánchez Camacho con el acuerdo, al menos si lo
vemos desde la perspectiva que la grabación después del invento se convirtió en
más codiciada. ¿Qué estaba tapando la Sra. Sánchez Camacho?
Y
salió.
Un medio de internet llamado El Triangle la publicó, y miles de
personas la oyeron al tiempo que otras la guardaban y reenviaban a sus amigos.
No era una conversación entre amigas de sus cosas, ¿si lo hubiera sido para qué
la iban a grabar? Trataron sobre la cosa pública, la confidente le contó lo que
hacía su ex amante y la receptora de la confidente, para darle confianza le
contó del contacto que tenía dentro del gobierno, en tiempos del Sr. Rodríguez
Zapatero, con Don Alfredo Pérez Rubalcaba de Ministro del Interior. Contactos
que hacían que ella supiera antes de que se produjera, a quién iban a detener
por corrupción, y ella se lo contara a Don Mariano Rajoy. Le contó también a la
confidente que tenía Fiscales de confianza y bastante clasificado a los jueces.
Así
las cosas, la causa penal sigue en secreto de actuaciones, se supone que la
policía está haciendo una investigación pormenorizada y que ha descubierto
hechos trascendentes que para garantizar el éxito de las pesquisas se mantiene
en secreto, de ahí que el mismo Juzgado ha requerido a El Triangle para que quite de la página web la grabación. En dos
palabras: Im-presionante.
Barcelona
a 15 de Julio del 2013.-