Hasta hace pocos días nos decía el Presidente que nadie podría demostrar que su Tesorero no fuera inocente de toda culpa, y que por supuesto, a él nadie le había intentado hacer chantaje.
Desde
la perspectiva del pueblo llano chantaje, en este caso, sería que el Tesorero
le dijera al Presidente, más o menos que,
si no me sacas a esos Fiscales y
el Juez de encima o se te ocurre alguna otra
cosa para que se olviden de mi, vamos a salir todos llenos de mierda y no
tendré más remedio que hablar, porque yo solo no me voy a comer este marrón.
No acertó el Presidente en la primera
previsión, el Tesorero al visitar obligado el hotelito de Soto del Real acabó reconociendo que no era inocente; y
que el Presidente tampoco.
Ahora
el Presidente nos dice que no cedió al chantaje, lo cual evidencia tres cosas:
que fue chantajeado; que mintió cuando
lo negó, y que la materia del chantaje
merece una explicación.
El
Presidente se contorsiona para sacarle el culo a la jeringa con peligro de
descaderarse y descalabrar lo que nos queda, a pesar que sabe que necesita la
inyección.
Su
equipo humano sale a protegerle, la Segunda dice que por más que el Tesorero
-el otro del PP en Castilla la Mancha- haya recibido del Tesorero Mayor -el
Soto del Real- previa firma de un recibo, unos doscientos mil euros en mano y
en billetes para la campaña de ella, eso no prueba nada. Pero le falta a la
Segunda mirar si ese dinerillo aparece en la contabilidad oficial del Partido
Popular, y en cuanto tenga tiempo deberá mirarlo.
Todos
los hombres del Presidente ahora dicen que a los demás, no a ellos, y en los
demás incluye a todos los partidos exceptuando el suyo, están siendo
manipulados por el Tesorero Mayor del Partido Popular que todos los hombres del
Presidente llaman delincuente.
Todos
los demás -exceptuando al Presidente y a todos los hombres del Presidente-,
tienen la curiosidad en conocer los motivos que tendrían para la benevolencia
los donantes anónimos de dinero
ensobrado al Partido Popular.
Alguno que no son pocos, llegan a pensar que
aquellas empresas y aquellos empresarios que entregaban dinero en sobres al Partido Popular
que por elegancia ni lo contaban, luego lo recuperaban de forma multiplicada al
recibir obras y contratas por parte de los Ayuntamientos, Comunidades Autónomas
y Entes Públicos del Estado -todos ellos naturalmente controlados o gobernados
por el Partido Popular-, a cuyos costes –naturalmente sufragado con el dinero
de la ciudadanía- añadían la cuantía de la donación,
y un tanto bastante más por las dudas, y sin ellas.
¡Pobre
país!
Barcelona
a 17 de Julio del 2013.- Ruben Romero de Chiarla.-
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