jueves, 29 de mayo de 2014

Casta política


 

       La gente de Podemos, entre otras cosas, en pocos días ha conseguido popularizar el vocablo casta, para referirse al conjunto de políticos que por acción han propiciado, o por omisión han permitido, que las cosas hayan llegado dónde han llegado. Esta palabra se ha popularizado más que, lo que pudo conseguir Don Américo Castro Quesada con su trabajo Cervantes y los casticismos españoles (1967). Realmente el concepto es más certero que el de clase política que se venía usando hasta ahora. Lo de clase no encajaba bien, puesto que en un sistema democrático, se hacen políticos de todas las clases sociales y de todas las condiciones, tal como debe ser.  El asunto es, que hasta ahora –y continuará mientras que para cambiar se sigan haciendo las misma cosas de antes-, los políticos cuando se encastran en un partido y se hacen la representación mental que ya son funcionarios del partido y por tanto será esa su profesión, se mimetizan unos con los otros creando una corporación sólida, rígida y pretendidamente  inamovible que se reproduce de forma endógena. Padres, hijos, cuñad@os, espos@s, herman@s, suegr@s, tí@s y el espíritu santo componen la casta que como medio de subsistencia, permanencia y trascendencia, se mueven en el turno pacífico del bipartidismo. Hoy te toca a ti, mañana a mí, no me hagas esto, que sé esto otro y si no, lo diré. Tengamos la fiesta en paz.
Si la mayoría de los políticos tuvieran un comportamiento decente, seguro que la minoría de políticos corruptos, no hallarían margen de movimiento para corromperse.
 Conseguida la decencia, los políticos representantes de la soberanía popular deberían ser muy, pero muy bien pagados, y además de contar en su haber con el inmenso honor de representar a su pueblo. Solo los mejores representan.  Pero esto será después de que cumplan los CON y los SIN. CON penas privativas de libertad no inferior a 10 años de prisión de obligado cumplimiento para los delitos de corrupción que deberían ser rebautizados como delitos de violación de la confianza ciudadana. CON penas de inhabilitación vitalicias para el ejercicio de la función pública y de puestos ejecutivos en las grandes empresas privadas, si son condenados por corrupción. SIN posibilidades de indulto en delitos de corrupción; SIN posibilidades de remisión condicional de la pena y SIN tercer grado en el cumplimiento de la pena; SIN libertad condicional hasta que devuelvan el triple de lo defraudado. SIN más de un sueldo; SIN viajes de lujo, ni a cargo del erario ni a cargo de empresas. SIN regalos. SIN cuentas en paraísos fiscales. SIN amnistías fiscales. SIN posibilidades legales de salir de la política y entrar en una gran empresa privada.
El concepto casta, en la acepción de las gentes de Podemos, desde la noche del 25 de mayo ya ha dado frutos. Están los que se reconocen dentro de la casta y se defienden como gato panza arriba para permanecer en ella, y los que se reconocen ser de la casta y quieren salir de ella. Los orgullosos y los avergonzados. Los primeros quieren atraer a la casta a los que le han señalado, a fin de hacer una absorción societaria para que perdure el disimulo, y los segundos quieren asumir lo más florido de Podemos para competir.
En cualquier caso, aún estamos en el procedimiento, en lo adjetivo, que no es poco ni menos importante. No obstante, se le ha de meter contenido la cosa, ir a lo sustantivo. Y hemos de estar a la espera, que no nos lleve a la desesperación, para oír y discutir soluciones de fondo. Propuestas de reformas del Código Penal con tipos penales y penas que impidan que los Millet se burlen blandiendo sentencia con penas ridículas. Propuestas concretas de recortes necesarios ante lo que sobra, llevando el ahorro a dónde falta. Propuestas de reformas fiscales donde se favorezcan a los que no tienen restando a los que tienen de sobra. Propuestas de preparación y elección de jueces que abandonando el arte de cantar temas, exijan otros valores más allá de la memoria. Sin esto, no podremos.
 
Barcelona a 29 de mayo del 2014.- RRCH 

martes, 27 de mayo de 2014

PODEMOS II.-



 
 
Los triunfadores en las elecciones que naturalmente fue el PP, se lamen las heridas, el Alcalde de Valladolid, Sr. León de la Riva dice que Podemos  es un partido antisistema, y tiene razón si resulta que el sistema es el que pilota el PP junto con la distracción intencionada del PSOE. También dice, él y otros, que Pablo Iglesias ya pertenece a la casta política que critica, es una genial ilusión del Alcalde de Valladolid y de todos los de su club. Si consiguen integrarlo en la casta habrán ganado y Pablo Iglesias será idiota. Rubalcaba con su convocatoria de congreso, posiblemente trata de eludir las primaria; en el congreso votarán los pocos de siempre, los funcionarios del Partido. Bien; que sigan en el sistema que irán de culo. Alberto Garzón de Izquierda Unida es un buen elemento, no para que le usen como atracción de Podemos hacia IU, sino para que él se integre en Podemos.
 
Barcelona a 27 de Mayo del 2012.- RRCH



 

 

lunes, 26 de mayo de 2014

PODEMOS


 

Realmente el resultado logrado por la formación de izquierda Podemos, ha reventado todas las previsiones. Ello viene a demostrar que la gente si no se moviliza es porque no sabe a quién seguir ni qué planteamientos defender, dado el tremendo parecido de unos y otros. El buen resultado de Podemos, sin haber hecho ningún dispendios económicos en la campaña electoral, es parte de su éxito. Para llegar a la gente no hace falta mucha propaganda, sino trasmitir ideas razonables y racionales; posibles. Los recortes no son malos por sí mismo; es necesario recortar en lo inútil y aumentar los presupuestos en lo necesario. La diferencia entre los partidos tradicionales, en los que también se incluye Izquierda Unida, está precisamente en eso, en discriminar qué es necesario y qué no lo es. Ahora es necesario conseguir que se vayan todas las personas que por acción o por omisión –por omisión también-, han participado en la fiesta de lo innecesario. Que se dediquen a otra cosa. Otra cosa que no tenga nada que ver con la función pública o con las empresas privadas que inciden mediante presiones sobre, la hasta ahora, casta política. Seguramente Rubalcaba fue un buen político, pero ahora se necesitan personas limpias que hagan política sin que lleven consigo una historia de honestidad discutible. Ya no valen los que se dejaron, ni los que estuvieron y se callaron. No se necesitan profesionales de la política, sino personas interesadas en la política; en otra política. No sería bueno que Podemos se integrara con Izquierda Unida, si lo hiciera serían engullidos en una maquinaria de partido antiguo dónde las vacas sagradas imponen su pensamiento arraigado en postulados trasnochados y personalistas. También se puede morir de éxito como pronosticó Felipe González con acierto, aunque seguramente la frasecita le resultó tan atractiva que ni siquiera él se la tomó en serio, y acabó montándose una fundación para su gloria y proponiendo una coalición del PSOE con el PP. No sabremos nunca cuántos de los votos perdidos por el PSOE obedecen la brillante idea de González, aunque se le agradece que haya dicho lo que piensa, aunque si sigue por esa vía puede conseguir que el PSOE se convierta en un partido testimonial extraparlamentario. Es estupendo que el PP diga que ha ganado, seguirán por el único camino que saben recorrer, el que sus mandantes le obligan hacer, y para eso les mantienen. Es bueno para el país que se crean ganadores, que sigan ganando así; que pronto dejarán de hacerlo. Podemos conseguirlo.

 

Barcelona a 26 de mayo del 2014.-

jueves, 22 de mayo de 2014

Inteligencia emocional.-


 

 
Ya hace un tiempo que se viene hablando de eso que llaman, inteligencia emocional. Ahora los psicólogos y los psiquiatras entran en su valoración. Al parecer la cosa explicada de forma simple es algo así como la capacidad que tenemos los humanos en decir, acertando, que “si” y en decir, acertando, que “no”. El que más acierta cuando dice que sí o cuando dice que no, tiene más inteligencia emocional. No vale acertar de chiripa o por casualidad.  Al parecer la cuestión están en valorar adecuadamente las causas, las circunstancias y las previsibles consecuencia de un sí o de un no en relación a la propuesta que se ha de aceptar o se ha de rechazar. No es fácil. Fácil es la otra, la inteligencia memorística que hasta ahora se sigue utilizando como única vara de medir la capacidad intelectual de los humanos. El que tiene memoria lo tiene facilísimo y el que no se fastidia.  La memoria que se cultiva en la enseñanza reglada actualmente, es como instalar  una grabadora en el cerebro.  Al alumno se le da un discurso explicado y si se lo graba en la mollera y al poco tiempo es capaz de vomitarlo entero, saca sobresaliente. Generalmente después de la expulsión no le suele quedar mucha sustancia dentro, pero la finalidad no es alimentarse sino sacar una nota alta que será la que determine el grado que posee de inteligencia. El premio en este caso no le queda en su interior, pero lo puede colgar en la pared. Si a los 4 o 5 años (o a las 2 semanas) se le pregunta por lo mismo, no tendrá ni idea ni tampoco le importará porque ya pasó el examen, que para eso y para nada más, memorizó.
La inteligencia emocional deduzco, es aquella aptitud o actitud, que  ante el discurrir de la vida impide por un lado meterse uno en berenjenales que no valen un pito, y por otro ayuda a lograr una estancia razonable en este mundo, tener buena consideración de sus congéneres y que ello resiste el paso del tiempo. Aquel que consigue tener todo lo que quiere tener, mucho más allá de lo que necesita, y luego para conseguir sensaciones excitantes se ayuda con alucinógenos u otra yerbas que lo llevan a la miseria y la degradación, no son muy inteligentes emocionalmente aunque tengan una memoria de elefante. Estos eran los que antes, de forma poco elegante, se les catalogaba como gilipollas, tontos del culo, zampaboya o descerebrados. Lo mismo sucede con estos cerebritos que aprueban las oposiciones cantando temas de carrerilla sin olvidar comas ni acentos, y luego dicen y hacen cada tonterías que a uno lo dejan helado.  Y es verdad. Sería estupendo, por ejemplo, que la inteligencia emocional puntuara para los cargos institucionales, de forma que no se pudiera ser legislador, ni presidente de un país, ni senador, ni diputado, ni juez, ni notario, ni abogado, ni arquitecto, ni ninguna de esas profesiones que ejercidas de formas incompetentes pueden arruinarle la vida al prójimo, si antes no se superara un test de inteligencia emocional, corrigiendo el sentido común. Lo de la inteligencia memorística está tan sobrevalorada que después de Google hasta parece poco necesaria. Si uno quiere saber lo que sea, pone el ratón en el sitio adecuado y se lo cuentan con detalle, el problema está en saber qué se quiere saber y para qué; y lo que es peor, qué se le ocurre hacer con lo que acaba de saber. Bueno, un poco necesaria sí que es, no se nos vaya a olvidar los conceptos, ni la identificación de las personas que merecen ser olvidadas, ni las que merecen ser queridas. Y que no se nos olvide perdonar a los despreciables, recordando los motivos de la conceptualización que de ellos, ellos se ganaron.
 Barcelona a 22 de mayo del 2014.-  RRCH

jueves, 15 de mayo de 2014

TWITEAR, por desahogo.-




Seguramente la misma persona que manifiesta satisfacción twiteando, por el hecho que una mujer -o dos-  del Partido Popular mate a tiros a otra mujer del mismo partido, si se lo pensara dos veces antes de darle a la tecla, seguramente no lo haría. Y no lo haría, tan solo por mantener su autoestima y su buena consideración frente a sus conocidos. El problema está en que lo seguirá pensando, y posiblemente sus conocidos también. Nuestros mandatarios, y especialmente el ministro que dirige a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, se creen que aquello que no se conoce porque  no se dice, no existe. La corrupción no existe mientras no se conoce. Las mentiras no existen mientras no se conocen. América no existía mientras aquí no se conocía, pero estaba allí, y la gente que estaba allí sabía que existía, aunque le daban otro nombre. Pero era la misma cosa. Ahora el ministro Sr. Fernández, que al parecer le tienen prohibido estar callado cuando no tiene nada que decir, se la ha ocurrido perseguir a los twiteros  mal pensados que escriben lo mal pensado. Ni se le pasa por la cabeza al hombre, reflexionar un instante para explorar la cuestión, de: ¿por qué la gente dice esas cosas tan feas?  Si lo hiciera, hasta podría llegar a la conclusión que lo dicen porque lo piensan. Y, ¿por qué lo piensan? Pues, no lo sabremos nunca. Es imposible ponerse en la cabeza del otro y más si son muchos. No obstantes sí que se pueden aventurar algunas hipótesis. Y hay una que es muy preocupante y lo peor es que hasta podía ser cierta, que para emitir opiniones genéricas, todos hacemos la operación del mínimo común denominador, algo así como calcular un porcentaje pero sin meternos en honduras matemáticas, de forma y manera que un diez por ciento nos puede servir para definir al cien por cien. Por ejemplo, si en Francia solo existieran tres millones trescientos  mil asesinos de los cuales todos hubieran efectuado un promedio de un asesinato en los últimos diez años –33.000 al año-, concluiríamos que los franceses son unos asesinos. Pero matemáticamente, puesto que son unos sesenta y seis millones de franceses, de ellos sesenta y dos millones setecientos mil no lo serían, y sólo lo serían el cinco por ciento del total de franceses, que en definitiva todos ellos solo eliminan al año al cero cinco por ciento de sus conciudadanos, dentro del noventa y cinco  por ciento de los que son buena gente y no matan a nadie. Al parecer en España tenemos a unas setenta y tres mil quinientas  personas que ejercen cargos políticos por elección popular. Se suponen que estos son los políticos, a los que habría que añadir los que se postulan y no son elegidos y lo siguen intentando. En noviembre del 2009, habían en España -según el entonces Fiscal General del Estado Don Cándido Conde Pumpido-, setecientas treinta causas penales abiertas contra políticos, por corrupción. En los años que han pasado desde aquella fecha, han salido: el Caso Bárcena; el Caso de la financiación ilegal del Partido Popular; el caso de los ERE en Andalucía del Partido Socialista Obrero Español; el Caso de la Infanta Cristina y su esposo; el caso Matas en Baleares; el caso de los trajes del Sr. Camp en Valencia; el caso Pallarols de la financiación ilegal de Unión Democrática de Catalunya; el caso Correa-Gürtel; el caso de ITV-Oriol Pujol de Convergencia Democrática de Catalunya; el caso Palau; la pasta gansa que va apareciendo en Suiza, y un montón de otros casos de la misma categoría, que por cuya abundancia no recuerdo en este momento. Nadie tiene dudas que no todo los políticos son corruptos, pero el porcentaje al ser tan elevado lleva al mínimo común denominador. Máxime si resulta que paralelamente por la acción o la inacción de los políticos se han producido muchos miles de desahucios mediante los cuales miles y miles de familias se han quedado en la calle, ciento de miles de personas se han quedado sin trabajo, se han reducido los presupuestos para la enseñanza, la sanidad y la dependencia, y la obras públicas -algunas faraónicas- se han pagado a empresas privadas cantidades muy por encima de lo presupuestado. A los bancos les va bien. ¿Y cómo no se entiende que la gente piense y twuitee cosas feas cuando a un político le pasan desgracias? ¿Puede ser que la gente no vea a los políticos como personas normales? ¿Puede ser que los políticos no actúen como personas normales?  ¿No será que la gente quiere que se haga política y los políticos no? ¿Puede ser que los partidos políticos están boicoteando la política y a la gente le estén dejando solo el derecho al pataleo y el desahogo por internet? ¡Cuidado que como dejen internet y salgan todos a la calle la cosa se puede poner fea!


Barcelona a 15 de Mayo del 2014.- RRCH