jueves, 19 de marzo de 2015

VENEZUELA Y LA VENGANZA DE LOS POBRES.


 

En los países iberoamericanos, y Venezuela es uno de ellos,  la población suele dividirse en el ochenta por ciento y el veinte por ciento, más o menos. En Europa pasa lo mismo pero con diferentes porcentajes que ya es mucho. Allá el ochenta son pobres y el veinte más o menos ricos, clase media no suele haber y si acaso está en el veinte. La diferencia esencial entre pobres y ricos son las expectativas de futuro. Un pobre cuando se levanta por la mañana sudando si hace calor y con la piel de gallina si hace frio, da una vuelta por si encuentra algo para echarse al buche, si tiene un poco de azúcar o limón se cepilla los dientes, con instrumento o con los dedos. Le pasa la mano al espejo para aclararlo, se muestra los dientes, se fija en cómo prosperan las caries moviendo con la lengua  las piezas que le quedan. Piensa que ya se los arrancará cuando el dolor sea insoportable, apuro no hay para comer chupando. Busca un papel que sobre o lo quita de dónde puede para limpiarse el culo. Luego se pasa la mano por los sobacos y la entrepierna, y se la huele. El agua hay que buscarla fuera, moja un trapo y se lo pasa por el cogote, los sobacos y la entrepierna, se mojan el pelo, se peinan y  sale a ver qué sale hoy. Si tiene hijos los mira de refilón fijándose si ya echan pelos para que pueden ir a buscarse la vida y traer algo a casa. Le gustaría que acabaran aprendiendo a leer de corrido y escribir clarito, y si acaso que hallen  un trabajo que dure un tiempo, si es a la sombra mejor y si es sentado un lujo. La mujer pobre lo tiene peor por su género, porque además tiene que cuidar no quedar preñada al tiempo que su hombre esté contento, de lo contario, el reproche por una cosa o su contraria de él puede desfigurarle la cara, él que tiene mucho carácter y habla poco. Si los niños piden, hoy no hay pero igual mañana sí. Mañana. Los pobres tienen la perspectiva del día, y los más apañados del siguiente. El rico se levantan por la mañana calentito si hace frio fuera  y fresquito si hace calor, se lava los dientes pensando en otra cosa, hace buches, se afeita, se da masajes faciales, se ducha con agua abundante y calentita, con champú y suavizante, se da crema corporal, se perfuma, se secan el pelo con aparato eléctrico, y desayuna sentado con leche, café, jugos de frutas, tostadas, mermeladas, mantequilla… Vigila que los niños estén bien dispuestos por el servicio doméstico, ya desde antes que hayan nacido tiene resuelto qué serán de mayores, qué colegios, qué universidades, qué barrio, qué familia, con quién mejor los nietos…. Sale en coche desde el garaje, las puertas se abren a distancia apretando un botón, llega a la oficina, el despacho, o el centro de negocios y es recibido por sonrisas brillantes que le tratan de señor. La mujer rica puede optar por su desarrollo profesional, por su desarrollo personal, o compaginarlo, y si vienen mal dadas tiene la institución del divorcio, con abogados, tribunales y mucho que repartir en negociaciones sin prisas muy civilizadas. Los pobres y los ricos no se juntan, se utilizan los unos a los otros, unos como sirvientes y los otros como mandantes, los primeros van subsistiendo y los segundos planificando el futuro a largo plazo. Los dos grupos tienen sólidos  principios morales distintos y solo para los suyos, los otros no existen en ese orden de cosas.  Claro que si al ochenta por ciento que son más que el veinte, le comienzan a decir de forma insistente que existen, que pueden votar, y que voten al gobierno que les defenderá, y si se lo acaban creyendo y además le dejan: se afanan en la venganza. Y una parte de éstos se emplean instintivamente en joder ricos, le ponen una pistola, escopeta o cuchillo cerca del gañote, le suben a una camioneta, se lo llevan y para soltarle le sacan a la familia todo el dinero que puedan. Si no pagan le pegan un tiro en la frente como si matarán a una oveja  y le dejan en un descampado. La otra parte mayor de los pobres si se les da la posibilidad de adquirir comida y cosas a precios bajos, hacen las colas que sean precisas, acumulan los alimentos y cosas de primera necesidad, y que los ricos vayan a sus barrios pobres a comprar pagando dos o tres veces más que lo que a ellos les costó. La desgracia está en que la fiesta siempre tiene un fin, y desde que empieza hasta que acaba los pobres siguen siendo pobres y los ricos siguen siendo ricos. Si acaso, algún pobre, los pocos que aprendan a capitalizar el producto de las fechorías, se cambia de bando, se compra una casa de trescientos o quinientos metros cuadrados que llena de muebles brillantes y aparatos de última generación para que se vea, se viste de caro sin ton ni son, y aprovechando a los amigos pobres para hacerse servir se convierte en rico respetable y al poco tiempo entra en al club. Los ricos siguen siendo ricos lamiéndose las heridas de la fiesta, y contactando entre ellos para vengarse lo antes posible con la máxima contundencias, porque además ahora tienen razones para propagar la campaña buscando y hallando apoyo internacional para  sacarse el pobrerío de encima por el medio que sea. A muy pocos les interesará conocer las causas que produjo el enfrentamiento para incidir sobre ellas, los que más atacarán los síntomas haciendo desaparecer el efecto, o matando perros para acabar la rabia. La rabia.,. El petróleo… La desigualdad… La injusticia… Los ricos y los pobres…        
                     Barcelona a 19 de Marzo del 2015.-  RRCH

No hay comentarios:

Publicar un comentario