Si realmente como se dice,
existen intenciones serias de entrar en una etapa de Nueva Política, en la que
no solo se expulse de su seno la corrupción, sino también la manipulación
social mediante el aborregamiento público, se debería asumir que todo lo que es
bueno para conseguir votos en periodo prelectoral se convierte en un
impedimento para formar gobierno y en su caso gobernar. Si todo lo que es
objetivamente pernicioso se intenta trascender mediante propuestas inviables tratando
a la ciudadanía como si fuera boba, puede conseguirse precisamente embobar a la
ciudadanía mediante el ametrallamiento con información ilusoria que a fuerza de
repetición la acaban creyendo. Cuando no se explican o no se pueden explicar
los fallos y los errores, los que se inhiben de tal tarea se convierten en
colaboradores necesarios de la manipulación, que es una forma de corrupción
moral. Cualquiera puede entender que el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy
cuando se estaba construyendo la sede el Partido Popular, cuando se estaban
formateando los ordenadores del Partido Popular, cuando se estaba gestionando
la contabilidad del Partido Popular, no podía estar al tanto de cómo se pagaban
las facturas a los arquitectos y
constructores de la obra, no podía estar al tanto de lo que hacían los
informáticos con los ordenadores, no podía estar al tanto de cómo se llevaban
las cuentas. Es entendible que por más que Rajoy fuera el Presidente del
Partido, siendo además Presidente del Gobierno y antes Líder de la Oposición,
esas tareas las tuviera delegada en personas de su confianza. Cualquiera
entiende esto. Lo que no se puede entender es que habiendo transcurrido años
desde que la prensa ha publicado razonadamente que la sede del Partido Popular
se pagó con dinero negro, que de los ordenadores del Partido Popular
desapareció información esencial para la Justicia cuando se había requerido con
meses de antelación, cuando todos los
tesoreros del Partido Popular desde su creación han sido imputados por delito
dimanantes de su gestión como tesoreros y por la procedencia del dinero
gestionado, que meses y años después el Sr. Rajoy siga sin enterarse es indecente. Indecente.
Y es indecente porque ha tenido tiempo
de sobra y además está en la mejor posición posible para conocer al dedillo lo
que sucedió, y lo que sucedió en Valencia, y lo que sucedió en Baleares y lo
que ha sucedido en el entramado de su partido y con sus representantes. Porque
eso, enterarse al detalle, es lo que haría cualquier persona cuando desde fuera
se descubre lo que pasa en su casa. Aunque al producirse los hechos no se hubiera enterado, cuando se le alerta
que pasó si no se entera es porque no quiere (¿no pregunta a los suyos?) , y si
se entera y no lo expone públicamente es porqué ya estaba enterado sobradamente
desde antes y era partícipe directo del embrollo. Y eso es corrupción,
económica o moral, pero corrupción.
Pero lo desgraciado, es que los
paladines de la Nueva Política, los que se auto-sitúan en las antípodas de la
casta, están haciendo lo mismo. Y hace lo mismo que la casta es hacerlo peor,
mucho peor. Porque la casta tiene la indulgencia de sus bases, y los de la
Nueva Política no solo no la tienen, no la deben tener, sino que además sus actitudes
desactivan la anti-casta, la diluyen, se les roba la esperanza. No puede ser
que Juan Carlos Monedero tenga la desfachatez de decir que siguió los consejos
del Ministro de Industria y así creo una sociedad mercantil para pagar menos
impuestos. La mera dicción es indecente. Indecente seguir los consejos de la
casta para favorecer el peculio propio al tiempo que se presenta como
adversario irreconciliable con los promotores de tales mangoneos. Todavía no ha
explicado el Sr. Monedero en base a qué sustancia hizo una factura de casi
medio millón de euros con cargo al dinero público de los ciudadanos sudamericanos.
Ha sido muy productivo para la cosecha de
votos que Pablo Iglesias prometiera defender un referéndum para Catalunya al
tiempo que anunciaba que en tal referéndum de independencia él iba a votar en
contra; consiguió con ello sumar los votos de los unos y de sus contrarios,
pero aún no ha explicado cómo pretende hacer tal cosa en contra de la
Constitución, cómo pretende modificar la Constitución si no tiene ni de lejos
las mayorías necesarias para que al menos le escuchen una propuesta de reforma que nadie conoce.
Cómo y porqué esta persona se presenta ante los medios escenificando propuestas
inviables incluso para él, que se acaba riendo de sus propias afirmaciones elevándolas
en su delirio a la sonrisa del destino y al alago irónico del abrigo de una
periodista que le pregunta lo que él no espera. Y mientras tanto ocupan las
horas del Parlamento, los telediarios y las tertulias discutiendo por las
sillas. Esto si no es corrupción moral se parece un montón.
Cómo puede ser que el Partido
Socialista después de más de un mes desde la elecciones se estén pasando la
pelota los unos a los otros, hayan barones que estén constantemente discutiendo
el liderazgo de Pedro Sánchez sin ponerse ninguno de ellos al frente para
quitarles si es lo que quieren hacer, y si no quieren o no pueden por qué no se
van, y montan su chiringuito aparte para defender sus postulados. ¿Y qué propone Pedro Sánchez,
además de contarnos lo que no quiere hacer y los mensajitos de una frase que se
cruza con otros?
¡Por
qué estos señores no tienen la decencia de decir la verdad reconociendo su
insufrible mediocridad de una puta vez!
Barcelona
a 28 de enero del 2016. RRCH
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