lunes, 24 de julio de 2017

VOTO OBLIGATORIO


En los últimos tiempos y a fin de incentivar la participación ciudadana en las decisiones políticas se promueven fórmulas de democracia directa. Los referendos y los plebiscitos se muestran como soluciones a las que se debería acudir para consultar a la ciudadanía las decisiones políticas trascendentes que puedan vincular de forma más o menos duradera a un Estado, a una parte de él o a un grupo concreto de la población. Este tipo de propuestas -frente a un electorado que cada vez muestra mayor desafecto con los partidos políticos y sus líderes-, tiene como defecto que una parte importante de los ciudadanos se inclinan por no votar. Y ello deja decisiones muy importantes en manos de los grupos más politizados que no siempre son los que más se juegan en el resultado. La implicación y el activismo político requiere inversión de tiempo y de disponibilidad que en la mayoría de los casos es incompatible con el grueso del electorado. La democracia directa requiere asistencia personal en los debates de maduración de las propuestas, y éstas salen adelante en un sentido o en su contrario dependiendo de los asistentes en el primer debate y el último; a medida que se dilata la decisión sobre qué proponer se van descolgando debatientes hasta que al final quedan los más insistentes o los que más tiempo tienen para insistir.  Ante ello parecería adecuado el voto obligatorio. Y obligatorio lo sería si el no votar llevara implícita una sanción. El sistema de voto obligatorio existe en varios países como Bélgica, Luxemburgo, Australia, Argentina  y Uruguay entre otros. En Uruguay, que es el caso que más conozco, cada ciudadano además de tener un documento de identificación (Cédula de Identidad, DNI) dispone de una Credencial Cívica con la que acredita haber cumplido la obligación de votar, y al margen de que también se establezcan sanciones económicas directas, sin la presentación de la Credencial Cívica no se pueden hacer ciertos trámites para acceder a prestaciones públicas. Como el voto sigue siendo secreto nadie tiene obligación de votar en  sentido positivo, cabe el voto en blanco y el voto nulo. Ahora bien, ello tiene incidencia concreta y directa en la configuración de las mayorías, que para conseguirlas prácticamente se ha de partir del conjunto del censo electoral, con lo que los “si” y los “no” en un referendo aporta mayor legitimación al resultado, más próximo a la democracia directa si esto es lo que se quiere.

 

Barcelona a 24 de Julio 2017.- RRCh.

viernes, 21 de julio de 2017

BLESA


Creo que fue el irlandés Oscar Wilde que dijo que, la ambición es el último reducto del fracaso, y tenía razón.

Aunque sea minoría, sentí pena, verdadera pena, cuando supe que el Sr. Blesa se había matado de un tiro en el pecho. Y no es pena solo por el Sr. Blesa, persona a la que nunca conocí más allá de todo lo que sobre él se ha publicado, sino por la cantidad de otros que le admiraba o le envidiaba, que a veces es la misma cosa. Demasiadas gentes, en la parte del mundo que nos ha tocado vivir, invierten todo el tiempo de su existencia en acumular cosas para con su exhibición conseguir elogios y honores que ellos mismos nunca se acaban de creer.

 El Sr. Blesa por lo que sé, nunca fue un hombre pobre, pero visto el resultado, nunca dejó de ser un pobre hombre. Amigo del Sr. Aznar, se enquistó en el amasijo de personajes que renuncian a cualquier decoro que mínimamente sustente su autoestima, y ello con el lastimoso propósito de aparentar que tienen lo que no son y nunca llegan a ser.

 Desgraciadamente cuando estos pobres hombres ven peligrar sus posesiones, por habérsele descubierto el método de adquisición, advierten lo que ya sabían: que las personas que le rodeaban zalameramente cuando eran ricos, ya no le recuerdan, y la soledad sin cosas, para ellos es la nada.

 

Barcelona a 21 de julio 2017.

martes, 18 de julio de 2017

PATRIA, y EL SENTIDO DE LA VIDA


Nunca he tenido claro qué carajo significa el término Patria, y en cierto sentido me lo aclaró el libro de Aramburu titulado así.  La historia la sitúan en el País Vasco-Euskadi, en los tiempos que transcurren desde que ETA había alcanzado la máxima virulencia en su actividad asesina hasta el momento en que decae y abandona la violencia física, pero bien pudo desarrollarse en otros territorios de otras latitudes en los que las personas, las calles y los bares tuvieran otros nombres, y lloviera menos. De hecho, ello sucede en otros muchos lares, y en cierta medida está de moda. El libro de Aramburu se puede sintetizar en que es una narración descriptiva, serena y honestas, de cómo la patria y los sentimientos que la adornan instrumentalmente puede justificar la brutalidad, la indignidad, y con todo eso lograr la sublimación al abrigo de la cobardía de una mayoría social acomodada al fanatismo con la excusa que, algo habrían hecho los matados por ETA.

El hombre en busca del sentido de la vida, lo escribió Viktor Frankl, muerto hace unos veinte años, si lo hubiera escrito hoy lo titularía La persona en busca del sentido de la vida. En aquel entonces la referencia al hombre implicaba la referencia a la especie humana, no había intención de excluir a las mujeres y los niños. Frankl emplea la mayor parte de ese libro en describir las diferentes actitudes humanas en los campos de concentración a los que fue llevado por judío. Dibuja a los patriotas alemanes auténticos que fueron los jefes nazis, a los patriotas alemanes por acomodación que fueron los soldados nazis, a los capos que eran prisioneros de los nazis que asumían por delegación la ejecución de la crueldad sobre los otros prisioneros, y a los prisioneros de a pie. Estos últimos, eran los destinatarios del máximo sufrimiento, aunque no todos aceptaban su destino con iguales criterios. Estaban los que se revelaban para que le mataran, lo que por sus debilidades físicas eran eliminados sin alternativas, los que se suicidaban, los optimistas que resistían hasta perder la mínima esperanza y los que subsistían tirados por el enganche del sentido de sus vidas. Dice Frankl: los mejores murieron. Entre los que sobrevivieron: unos buscaron la venganza por el injusto sufrimiento pasado, y otros asumieron la responsabilidad de ser y seguir cultivando el sentido de sus vidas.

Aramburu en Patria describe entre otros personajes, a la mujer del Txato, Bittori. El Txato fue un vasco euskaldun que por no pagar el chantaje económico al que lo tenían sometido los patriotas etarras, éstos, con la ayuda imprescindible de un chico al que el Txato conocía desde niño por ser amigos íntimos los componentes de las dos familias, le mataron por la espalda en la puerta de su casa. Antes de matar al Txato sus vecinos y amigos le negaron el saludo materializando la exclusión por resistirse a pagar el chantaje, y una vez muerto no pudo ser enterrado en su pueblo ni velado en su parroquia. La mujer del Txato que le visitaba asiduamente en la tumba, nunca desistió en conseguir que aquel muchacho que vio crecer de niño en aquella familia amiga de toda la vida, ya preso por asesino, desde la cárcel le pidiera perdón. Y lo consiguió, resistiendo ella al cáncer que le estaba matando. Ese fue el sentido de la vida de Bittori desde que al Txato los patriotas le mataran.

Viktor Frankl fue el creador de la logoterapia, disciplina psiquiátrica que dialécticamente se contrapone con el psicoanálisis freudiano. Para Frankl la retrospección para alcanzar el conocimiento de las causas de los complejos y los traumas de las personas está muy bien, porque se ha de conocer los porqués, los cómos, y sus responsables. Pero lo suyo, la logoterapia, busca conocer los para qué, el sentido de la vida en base a la responsabilidad individual desde el ahora hasta el final.

Frankl y Aramburu, sin ninguna conexión entre ellos, convergen en reflexiones similares. Patria es la fuerza emocional extraída por el aspirante a patriota de una retrospección propia o ajena sobre el pasado suyo y el de varias generaciones anteriores. Reflexiones en las que el candidato a patriota invierte todas sus frustraciones en busca de compañía.  El retroceso analítico al pasado individual no se libra de que la interpretación de lo rescatado pase por el filtro del conocimiento presente y por las perspectivas de futuro del analizador. Lo recordado no se procesa en base al conocimiento y sensibilidad del momento en que se produjo, sino del momento posterior en que fue rescatado.

 

Barcelona a 18 de Julio del 2017.- RRCh.