Bernabé escribió el libro La
Trampa de la Diversidad, concluyendo que: “no es lo mismo
una voz plural que una voz atomizada; quizá ha llegado el momento de buscar qué
es lo que nos une más que lo que nos separa”; y Garzón, con razón se sintió directamente aludido, respondiendo
con una diatriba pretendidamente academicista mediante encuestas del BBVA, glosando a viejas glorias del marxismo, y llamando al
legitimismo más ortodoxo y clásico para deslegitimar los planteamiento de Bernabé: “lo que está diciendo Bernabé, aunque no se
atreve a llegar tan lejos explícitamente, es que hay que dejar de hablar tanto
de diversidad y hablar más de clase trabajadora y de sus «problemas” cotidianos”,
y en esto acierta Garzón, es efectivamente lo que está diciendo Bernabé por
más que a Garzón le pique.
Pero es que el “producto” que quiere vender
Garzón, no se está comprando ni por la “clase media” ni por la otra; y podría
preguntarse qué taras tienen sus postulados y encontrarle remedio, y si
resultara que están en el lado de los “compradores” debería afanarse en explicar
cómo se arreglan las averías.
Podemos estar muchos de acuerdo en que Trump y
Balsonaro por citar solo dos ejemplos de los mucho que hay, son idiotas y
siempre lo fueron, pero claro en coherencia deberíamos asumir que la mitad de
los estadounidenses y la mitad de los brasileños, también se han vuelto
idiotas, aunque antes no lo eran, dado que votaban a Obama y Lula
respectivamente, y porqué la mayoría de los exvotantes comunistas en Francia
ahora votan a Le Pen ….
El pan y el
circo en unos momentos sirvió, pero el circo solo no alimenta, en el sentido
propio del término.
No hay comentarios:
Publicar un comentario