Suponiendo
que el Partido de los Trabajadores fuera de izquierdas, y suponiendo también
que hicieron políticas de izquierda, y volviendo a suponer que ellos creyeran
que las políticas de izquierda fueron las mejores posibles para la mayoría de
los ciudadanos brasileños; visto el resultado de las elecciones de ayer, al
menos debería servirle a esa izquierda para reflexionar sobre cuántas cosas mal
hicieron, corregirlas e intentarlo en las próximas elecciones. Buscar la
responsabilidad fuera de las filas de las izquierdas, que es lo que suelen
hacer, no parece una opción viable. Si se llegara a la conclusión que los
millones de brasileños que votaron al Sr. Bolsonaro lo hicieron por ignorancia,
también sería responsabilidad de la izquierda brasileña que accedió al poder en
el 2003, es decir hace 15 años, y en lugar de reducir esa presunta ignorancia
la acrecentó -vistos los resultados-. Posiblemente el reparto de “sopa boba” al
pobrerío, sirve a corto plazo para ganar fidelidad inmediata, pero no para formar
ciudadanos conscientes de la marcha de la cosa pública y construir un futuro de
personas mentalmente libres. Sucede que cuando se restringe el reparto de “sopa
boba” o los consumidores ya están empachados, dejan de creer en la democracia y
no precisamente para no creer en nada, sino para creer en cualquier personajillo
siniestro y le votan. Igual aquello de que es mejor enseñar a pescar que dar
pescado, se ha de retomar; más aún, cuando el pescador que reparte se queda con
una parte para recortar lo repartible.
Barcelona
a 29 de octubre del 2018. RRCh.
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