Muy desgraciadamente en el cuerpo legislativo tenemos componentes con
capacidades especiales especializados en ellas. Son como el cáncer, predeterminados
a destruir el cuerpo desde dentro propagando metástasis. Las defensas del
cuerpo quedan perplejas y se tornan inútiles al intentar combatirles con iguales
armas. Las ineptitudes de nuestros legisladores determinan su actitud. La
menesterosidad intelectual y moral nos abruma y nos ganan los peores. Las redes
sociales descargan y distribuyen la basura que acumulan, y sin antídotos la
ingerimos. Se comenzó diciendo antes de pensar lo que se iba decir, y ahora ya
se dice sin ni siquiera después pensar lo dicho, ya estamos normalizando
cualquier anormalidad como que el insulto sustituye al razonamiento. Nos
interesa el ruido de la chatarra arrastrada pero no nos importa sustituir lo
deshecho.
Barcelona a 22 de noviembre del 2018. RRCh
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