martes, 12 de septiembre de 2023

AMNISTÍA

 

Sería una buena solución establecer una amnistía para las personas investigadas o acusadas por delitos de daños a las instalaciones públicas, desobediencia a la autoridad y a la Constitución o pequeñas lesiones a agentes del orden público, es posible que la ciudadanía española pueda asumir hacerse cargo del coste de tales desmanes acaecidos en Cataluña como resultado de los que llamaron procés en el 2017; claro, ello no podría subsumir los delitos de malversación de caudales públicos para lucro particular o a terceros, o a los partidos políticos u organizaciones sociales satélites de estos, ni tampoco los de corrupción; y,  siempre y cuando ello esté dirigido a la construcción de un futuro que garantice que tales hechos no se volverán a producir al menos en los próximos veinticinco años.

Para ello, paralelamente con el debate sobre la amnistía se debe compaginar, en unidad de acto, las garantías que eviten la reproducción de lo amnistiado. Para ello se debería añadir al Título XXI del Código Penal (Delitos Contra la Constitución) un supuesto de hecho que castigue severamente la promoción de convocatorias de referéndum o plebiscito tendentes a la segregación de parte del territorio español, y ello con penas de obligado cumplimiento, prohibiendo cualquier posibilidad de indultos o suspensiones condicionales del castigo.

Incluso con la amnistía se podría introducir en el debate la modificación de la Constitución por los causes que la misma establece, de su artículo 2, que versa sobre la indisoluble unidad de la nación española, introduciendo una excepción en la que dijera, más o menos, que cualquier Comunidad Autonómica contando con 3/5 de sus representantes en sus respectivos parlamentos autonómicos, pudieran acordar la celebración de referéndum en plazo no superior de 6 meses,  mediante la pregunta de: “acepta usted que su Comunidad Autonómica se constituya en estado independiente de España y de cualquier otro Estado”: si o no; y si el referéndum da un sí con el apoyo del 51% del conjunto del censo electoral -que se compone de todos los ciudadanos de tal Comunidad con derecho a voto-, en tal caso se materialice la segregación, y si tal mayoría no se alcanza, se prohíba una nueva convocatoria para lo mismo en los siguientes 25 años.

Creo que lo antes expuesto deberían defenderlo todos los partidos políticos autodenominados democráticos, sean de derecha o izquierda, y naturalmente tengo claro que los independentistas no lo van a aceptar, como tampoco el Partido Popular, en la mediada que ambas facciones se retroalimentan. Pero si esa fuera a oferta de Pedro Sánchez e implicara una repetición de las elecciones generales, posiblemente las ganaría, y si las ganara debería poner en marcha el referido debate sin cortapisas.

Barcelona a 12 de septiembre del 2023. RRCh.

viernes, 8 de septiembre de 2023

MORIR DE ÉXITO

 

Posiblemente hemos superado la etapa histórica en que los movimientos sociales en pro de la superación de situaciones de humillación, carencias y brutalidades, generadas en su provecho por el poder de las oligarquías, eran combatidas infringiéndoles dolor al activista, mediante la privación de la libertad, el quebranto de la integridad física o la supresión de la propia vida.

Actualmente ese poder oligárquico se ha globalizado y concentrado en los sitios más cómodos para lo suyo. Consecuentemente existen menos oligarquías, aunque más grandes, apartadas del grueso de la ciudadanía media, que los perciben más lejos; pero, como son mucho más ricos y con aspiraciones infinitas posibles de materializar, brindan una apariencia más amable, para combatir a todos y a todo lo que les molesta “infringiéndoles” placer para neutralizarlos.

Los avances tecnológicos y científicos, con buena fe, o sin ella -posiblemente sin ella-, al menos en el mundo llamado occidental, ha situado a la ciudadanía de a pie, en lo que se llama “la zona de confort”, aunque una parte importante se mantienen virtualmente como meros aspirantes.

Tales avances tecnológicos glamurosos, si siguen su avance con precios de adquisición y/o de financiación asequibles, acabarán convirtiendo al ciudadano en un accesorio feliz del automatismo de sus cosas. Una gran parte ya lo son con plena satisfacción de que piensen y resuelvan en su lugar, y así puedan ahorrar tiempo y energía en la actividad neuronal, para su inversión en el incremento del esplendor del aspecto externo.

    Esa aparente libertad -placer, en fin-, va desligando al individuo del empleo de sus propias capacidades, que por no ejercitarlas acaban siendo inutilizables, al tiempo que se convierte en rehén de las cosas que le sustituyen.

La socialización dentro de la voluntaria reclusión en el automatismo de las cosas se efectúa en las redes sociales con amigos imaginarios, de forma anónima, con perfiles falsos o arriesgando lo que no tienen, instrumentalizando una libertad de expresión exenta de cualquier pensamiento que la sostenga; y se traga sin masticar cualquier majadería y todas las falsedades circulantes, que sin previa digestión evacúa, generando abono que diseminarán los receptores replicantes creadores de tendencias sentimentales huérfanas de cualquier razonabilidad.

 Esto produce un gran placer al individuo, que amparado en la impunidad alivia sus frustraciones y soledades mediante calificaciones destructivas contra todos, los que otros sin fundamentos razonados le indicaron como adversarios, y así exhiben sin pudor su vacuidad como entretenimiento divertido.

Barcelona a 8 de septiembre del 2023. RRCh.

lunes, 4 de septiembre de 2023

LA SUPRESIÓN DE LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO

 

Primero se les restringe el conocimiento de la historia, de la filosofía, de la literatura, de la geografía, del arte y hasta de las matemáticas elementales, ya embrutecidos o infantilizados y desarmados de los principios sustanciales para la resistencia, se les suprimen tales conocimientos por resultarles innecesarios, y se les entretiene con personajes referenciales patéticos, sin valores ni pudores.

Cuando ya solos en sus respectivas individualidades pretenden vanagloriarse de su ignorancia, se les humilla por inútiles si no mantienen capacidad económica de consumo, y si las tienen se le exprime hasta vaciarlos. Entonces, estos buscan abrigo en algún grupo liderado por un igual más espabilado, y a éste lo convierten en el salvador, solo porque es capaz de describir los males padecidos y señalar a los culpables que siempre estarán fuera de su entorno, y así puedan desahogar las frustraciones en otro y acurrucarse en el victimismo.

 Al haber perdido la libertad de pensamiento por carencia sobrevenida de sustancia para elaborar ideas propias, abandonan la racionalidad y la razonabilidad, y como alivio a sus desvelos lo sustituyen por emociones simples y creencias desorbitadas.

Barcelona a 4 de septiembre del 2023 RRCh