Sería una buena solución establecer una amnistía para las personas
investigadas o acusadas por delitos de daños a las instalaciones públicas,
desobediencia a la autoridad y a la Constitución o pequeñas lesiones a agentes
del orden público, es posible que la ciudadanía española pueda asumir hacerse cargo
del coste de tales desmanes acaecidos en Cataluña como resultado de los que
llamaron procés en el 2017; claro, ello no podría subsumir los delitos
de malversación de caudales públicos para lucro particular o a terceros, o a
los partidos políticos u organizaciones sociales satélites de estos, ni tampoco
los de corrupción; y, siempre y
cuando ello esté dirigido a la construcción de un futuro que garantice que tales
hechos no se volverán a producir al menos en los próximos veinticinco años.
Para ello, paralelamente con el debate sobre la amnistía se debe compaginar,
en unidad de acto, las garantías que eviten la reproducción de lo amnistiado.
Para ello se debería añadir al Título XXI del Código Penal (Delitos Contra la
Constitución) un supuesto de hecho que castigue severamente la promoción de
convocatorias de referéndum o plebiscito tendentes a la segregación de parte
del territorio español, y ello con penas de obligado cumplimiento, prohibiendo cualquier
posibilidad de indultos o suspensiones condicionales del castigo.
Incluso con la amnistía se podría introducir en el debate la modificación de
la Constitución por los causes que la misma establece, de su artículo 2, que
versa sobre la indisoluble unidad de la nación española, introduciendo una excepción
en la que dijera, más o menos, que cualquier Comunidad Autonómica contando con
3/5 de sus representantes en sus respectivos parlamentos autonómicos, pudieran
acordar la celebración de referéndum en plazo no superior de 6 meses, mediante la pregunta de: “acepta usted que su Comunidad
Autonómica se constituya en estado independiente de España y de cualquier otro Estado”:
si o no; y si el referéndum da un sí con el apoyo del 51% del conjunto del
censo electoral -que se compone de todos los ciudadanos de tal Comunidad con
derecho a voto-, en tal caso se materialice la segregación, y si tal mayoría no
se alcanza, se prohíba una nueva convocatoria para lo mismo en los siguientes 25
años.
Creo que lo antes expuesto deberían defenderlo todos los partidos políticos
autodenominados democráticos, sean de derecha o izquierda, y naturalmente tengo
claro que los independentistas no lo van a aceptar, como tampoco el Partido Popular,
en la mediada que ambas facciones se retroalimentan. Pero si esa fuera a oferta
de Pedro Sánchez e implicara una repetición de las elecciones generales,
posiblemente las ganaría, y si las ganara debería poner en marcha el referido
debate sin cortapisas.
Barcelona a 12 de septiembre del 2023. RRCh.
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