Los políticos deben cobrar mucho más,
ahora bien se les ha de exigir que asuman sus responsabilidades. Pero no solo
con buenas palabras. No, ello debe estar en el código penal y en la ley de
enjuiciamiento criminal. No ha de existir la posibilidad de indulto para los
corruptos, sean políticos; o jueces, banqueros, tesoreros, sindicalistas,
policías o funcionarios. No ha de existir remisiones de pena para los
corruptos. Las penas para los políticos corruptos tienen que ser ejemplares,
pero no porque así lo resuelvan los jueces, sino porque así esté estipulado en el
Código Penal de forma clara y sin posibilidades de dobles o triples
interpretaciones, precisamente para obligar a los jueces que las apliquen. No
puede ser que los políticos corruptos estructuren sus defensas en el “no me consta”, “no lo recuerdo”, “no lo
sé”, “no sé cuál es la mecánica”, “esto dependía de los técnicos”, “me basé en
los informes de los asesores”, “no estuve presente”. Si la ignorancia, la estupidez y la ineptitud, son buenas defensas es que
las leyes que nos rigen están mal hechas. Se tiene que instaurar un sistema
para ellos, en que estén tasadas las pruebas para las absoluciones, exceptuando la
ignorancia. Se les debe pagar muy bien, pero no por ser ignorantes, la
ignorancia se ha de penalizar con penas de cárcel, por tiempos largos y con
inhabilitaciones vitalicias. El
incumplimiento de los programas electorales debería publicarse en el BOE y su
incumplimiento tiene que ser tipificado como delito, y establecer referendos
revocatorios de mandatos, facilitando que se puedan realizar al menos cada dos
años.
Hemos de rescatar a la política, hemos
de rescatar a los políticos de manera que éstos sean las mejores persona y las
más preparadas, y de no ser así deberíamos asumir que nos gobiernen los
banqueros, los empresarios, el FMI, el G20 y/o los paraísos fiscales; y a los
políticos le recortamos el sueldo para que sigan siendo figuras decorativas que
lo ignoran todo y luego aparezcan como sabios en las empresas privadas. Si para
rescatar a la política y conseguir políticos honorables tenemos que modificar
la Constitución y las leyes, en eso hemos de ponernos. No podemos seguir siendo
espectadores de los paseíllos de Infantas, Tesoreros y Banqueros. El
espectáculo de esos eventos nos proporciona entretenimiento pero no nos
resuelve nada importante. La prensa y toda la labor de los periodistas es un
medio imprescindible para conocer, pero conocer en sí mismo también es un
medio, no un fin.
Barcelona
a 11 de febrero del 2012.- RRCH
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