Artur Mas prometió a los catalanes, urnas, papeletas y unas votaciones el 9 de
noviembre del 2014, y exactamente eso fue lo que cumplió. Ni un referéndum
legal, ni una consulta legal hubiera sido jurídicamente vinculante para el
Estado español, la que se hizo ayer tampoco, la cuestión estaba en si se hacía
o no se hacía. Y se hizo. Que el resultado fue el producto de varios años de propaganda
sesgada anti española, también, ¿y qué? También es verdad que los
independentistas centran su contienda contra el Estado español, no contra los
ciudadanos españoles. Es un eufemismo como cualquier otro, puesto que el Estado
español esta, desgraciadamente, copado por los personajes públicos que los
ciudadanos españoles votaron. Que los ciudadano españoles votaron al PP como
resultado de varios años de propaganda sesgada, también, ¿y qué? Lo cierto y verdad es que Don Artur Mas se
pasó por el arco de triunfo a Don Mariano “Tancredo” Rajoy y le metió un dedo
en cada ojo. El máximo representante político del Estado español, ha resultado
más inane que Carlos II, el último de la Casa de los Austrias, un ser privado de entendederas, el hechizado sin
hechizo, que según dicen le escribieron el testamento; bueno, al pobre de Rajoy
le han de escribir una esquela hasta cuando ha de pedir perdón, cuando la
corrupción de su entorno apesta para todos menos para él, que inhala los
humores con similar placer que cuando saborea un habano. El ministro de
justicia, nos ha tranquilizado diciendo que lo de ayer ha sido un simulacro sin
efectos jurídicos. Bien; ¿y cuando alguien pretendió que lo tuviera? ¿Estamos
como en la primera década del siglo XVIII? ¿Tenemos a España en manos del
Hechizado?
Barcelona a 10 de Noviembre
del 2014.- RRCH
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