Seguramente en los últimos
doscientos años de la historia de España, Fernando VII al principio del siglo XIX
y Mariano Rajoy a principio de este
siglo XXI, han sido los personajes públicos con poder, más nefastos, ambiguos y
dañinos.
Alguna vez se podrá entender,
cuando se dispongan de los datos precisos para hacerlo, qué ha motivado, si es
que el Sr. Rajoy reacciona a alguna motivación, para conseguir el Presidente
del Gobierno de España, que una inmensa mayoría de los ciudadanos que viven en
Cataluña se hagan independentistas y quieran dejar de ser españoles
especialmente para no tener que soportarle.
Con este personaje como
Presidente del Gobierno y la camarilla que le circunda, se ha de tener una
voluntad de hierro y una paciencia de santo para no ser independentista. El Sr.
Rajoy, acabará teniendo un monumento ecuestre montado en caballo castrado en la
Plaza Catalunya de Barcelona, sufragado por los pioneros independentistas en
merecida compensación por los servicios prestados, y una placa de bronce donde
diga “En agradecimiento al gran separador”.
Y los demás a aguantar, porque
como bien dice, el pensador llamado el Roto: “cambian de banderas para ocultar que mandan los mismos”.
Barcelona a 5 de noviembre del
2014.- RRCH.
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