Las elecciones de ayer se llamen autonómicas, plebiscitarias, las dos cosas
o ningunas, salvando las variaciones de los nombres de las coaliciones y
candidatos, han dejado todo como estaba, es decir, como el culo. Parecería que
la solución para la continuidad de Cataluña en España o para la independencia
de Catalunya, se hallaría en un referéndum vinculante donde la gente sin
posibilidad de recule pudiera pronunciarse, por mantenerse dentro de España o
formar rancho aparte. Albert Camus dijo -si es que otro no lo dijo antes-, que en política son los medios los que deben
justificar el fin. Y si el fin fuera aclarar el entuerto, ningún político
ha hecho una propuesta sobre los medios que han de encontrarse para posibilitar
dicho referéndum y dejar de seguir como estamos dentro de esta cortina de humo. El referéndum de clarificación lo impide
la constitución vigente, y medios para cambiarla parece que no se encuentran,
especialmente cuando no se buscan. Amontonar gente entorno al “no me quedo” o
al “no te vas” resulta más fácil para los próceres del cambiarlo todo para que
todo siga igual, multiplicando o dividiendo las patrias. Llega
siempre un tiempo en que hay que elegir entre la contemplación y la acción, decía el
mismo argelino/francés antes citado, en nuestro caso no estamos en ese tiempo,
los “lideres” se contemplan a sí mismos otorgándose la victoria; y los demás
somos contempladores de los auto-contemplados, complacidos.
Barcelona a 28 de septiembre del 2015.-
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