Eso de pedir perdón en nombre del
Estado queda tan bonito como hacerlo en nombre de Dios. Aunque se diferencia en
que Dios no paga y el Estado sí. Eso hizo Doña Dolores de Cospedal, ministra de
defensa de España, y quedó como una campeona. Hizo alarde de cumplida sensibilidad
con los deudos de los 62 militares muertos hace 13 años por haber sido metidos
en un avión de regreso a España sin las elementales garantías para que
aterrizara con normalidad aquí. Después de mucho dinero perdido en comisiones de subcontratas para “abaratar” y
después de no haberse identificado correctamente a los cadáveres para “aligerar”. El
responsable de la catástrofe fue un tal Sr. Trillo, ministro homónimo de la
Sra. Cospedal y figura emblemática en el partido de ésta y del Exmo. Sr.
Presidente el Gobierno de España, Sr. Rajoy. Don Federico Trillo después de lo del Yak 42, fue el adalid
en la defensa del caso Gürtel en negación de la corrupción PePera. Fracasado
también en este intento, fue premiado por el Sr. Rajoy con le embajada de
España en Londres; un lujo. Ahora la Sra.
Cospedal en diferido pide perdón a los familiares de las víctimas del YaK-42 en
nombre del Estado; no lo hace en nombre del PP, ni en nombre del Sr. Trillo. Lo
curioso está en que pidiendo perdón ya está, el perdón se entiende otorgado por
el mero hecho de rogarlo. No se espera su concesión, y menos se asume ninguna
penitencia para lograrlo. El perdón es gratis. Bueno no, el Estado paga, es
decir los ciudadanos del Estado pagamos, y los mandatarios responsables de la
afrenta salen incólumes, y con retratos de honor en el Senado. ¡Que su dios les
perdone!
Barcelona a 17 de enero del 2017.-
RRCH
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