Hace mas de quinientos años, Erasmo
de Róterdam en su Elogio de la Locura, decía: He querido de esta manera imitar a
algunos de los retóricos de nuestro tiempo que se tienen por unos dioses en
cuanto lucen dos lenguas, como la sanguijuela, y creen ejecutar una acción
preclara al intercalar en sus discursos latinos, a modo de mosaico, algunas
palabritas griegas, aunque no venga a cuento. Efectivamente, mi gente se
complace más en una cosa a medida que de más lejos viene. Y si en ellos los hay
que sean un poco más ambiciosos, ríanse, aplaudan y, según el ejemplo de los
asnos, muevan las orejas a fin de que parezca a los demás que lo comprenden
todo” Y al pobre
Erasmo, los de la curia romana le decían:
“Ud.
puso el huevo y Lutero lo empolló”, a los que él respondió: “Si,
pero yo esperaba un pollo de otra clase”.
Aquello dicho allá por el año
1500, ahora poco que ver tiene, salvo, claro está, que cambiemos las palabritas
griegas por las palabritas en inglés; que el huevo lo puso Rajoy y Puigdemont lo
empolló, y que Rajoy esperaba un pollo de otra clase. Aunque puede que aún quede
en vigor en la nuestra actual curia política, lo de: ríanse, aplaudan y, según el ejemplo
de los asnos, muevan las orejas a fin de que parezca a los demás que lo
comprenden todo.
En Tabarnia a 5 de enero del
2018. RRCh.
No hay comentarios:
Publicar un comentario