jueves, 19 de julio de 2018

Fascismo vs. Comunismo


Desde un análisis esquemático sobre las esencias de las dos ideologías, ambas constituyen una banda y otra (derecha e izquierda) de un mismo camino, cuyo tránsito en igual dirección persigue alcanzar el fin donde se encuentra la máxima felicidad de la patria/pueblo. Cosa distinta es, que se llegue al término y que en él se halle lo anhelado. Ambas creencias son anticapitalistas y antiliberales, en tanto que las dos persiguen la planificación económica desde el Estado y el control de la iniciativa privada en todas las áreas: seguridad, (policía y ejércitos), educación y justicia. Las dos pretenden el acceso al control del Estado a través de la violencia -lucha armada, alzamiento militar-, sublimando la virilidad en la acción y ubicando a las féminas en la retaguardia asistencial. Ello, para ejercer el poder autoritario mediante un líder (Cesar, Caudillo, Comandante en Jefe, Líder Supremo, Generalísimo, etc.), indiscutidos e indiscutibles (Stalin, Hitler, Fidel Castro, Franco, Nikita Kruschev, Oliveira Salazar, Breznev, Videla, Pinochet, Daniel Ortega, etc. etc.). Ambos son totalitarios, sus respectivos credos solventan todos los problemas humanos públicos y privados, y resuelven todos los conflictos, y si no solventa ni resuelven es responsabilidad de los enemigos internos o externos. La sustancial diferencia es que el fascismo es nacionalista y el comunismo internacionalista, y que ambos son íntimos y exclusivos enemigos, irreconciliables como hermanos peleados por una herencia.  El instrumento de captación de adeptos, que ambos llaman “camaradas” para integrar El Partido o El Movimiento con fidelidad religiosa, es a través de la propaganda. La propaganda se centra sustancialmente en dos direcciones; una interna tendente a solidificar la adhesión emocional al Líder de manera que cualquier crítica será revisionismo/traición; y la externa, que se centra sustancialmente en incentivar el miedo a la maldad del enemigo (y posiblemente en eso los dos tienen razón): un fascista es en esencia enemigo mortal del comunismo (anticomunista), y un comunista es en esencia enemigo mortal del fascismo (antifascista). El bien supremo a proteger es La Patria para unos y El Pueblo para los otros. Para el fascista, quien no lo sea, será un antipatriota, por lo que se le excluye de la pertenencia a La Patria; para un comunista, quien no lo sea, estará contra El Pueblo y fuera de él.  Los “camaradas” mientras no se conviertan en revisionistas/traidores son internamente inatacables y personalmente protegidos. Un “camarada” comunista o fascista seguirá siendo defendido por los suyos, aunque le pegue a la mujer, a los hijos, o viole a otra, esto lo justificarán por la tensión generada en su entrega a la lucha, la “compañera” deberá entenderlo y la violada será que le provocó en su virilidad o es una puta; se arregla con unas risitas nerviosas, o a lo sumo una mueca desaprobatoria hacia el camarada.

En ese camino hacia el destino deseado se halla en medio dos grupos heterodoxos (no dogmáticos), uno entre el medio y la izquierda y otro entre el medio y la derecha, los unos son socialdemócratas y los otros liberal-demócratas. La socialdemocracia en su tránsito se roza con los comunistas por un lado y con los liberales por el otro, y éstos se rozan con los fascistas por su derecha y con los socialdemócratas por su izquierda; ambos inevitablemente absorben parte de los efluvios de sus flancos. Los dos pretenden acceder al poder por métodos democráticos y los dos intentan adecuar tales métodos a sus intereses mediante el estiramiento o la retracción de las normas rectoras del sistema. Ambos admiten el capitalismo -la economía de mercado y la iniciativa privada-. La socialdemocracia trata de regular el mercado en un intento socializador dirigido hacia la igualación de oportunidades de los ciudadanos, y los liberales propician la auto regulación del mercado mediante la libre competencia ciudadana. Para la socialdemocracia son importante los servicios públicos de educación, sanidad, sistemas de pensiones, viviendas, comunicación y transporte, entre otros; y para los liberales tales servicios son igualmente importantes, pero no que sean prestados por los organismos públicos, sino por la iniciativa privada. Dentro de cada uno de estos dos grupos conviven varias familias, unos más socialistas, otros más conservadores, unos más religiosos, otros más laicos, unos más escorados a la izquierda y otros más a la derecha …

 

Barcelona a 19 de julio del 2018. RRCh

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