La alcaldesa
de Barcelona Sra. Colau se apunta a todas las fiestas, por aquello de que mejor
que hablen mal a que no hablen de ella. Es versátil, se amolda a la perfección
a cualquier circunstancia. Es nacionalista catalana entre los nacionalistas
catalanes, española entre los españolistas, internacionalista en lo
internacional; nacionalista entre los nacionales; legitimista ente los
legitimistas, constitucionalista entre los constitucionalistas, estuvo a punto
de ser violada cuando de maltrato femenino se trata, y es bisexual, heterosexual,
homosexual, de izquierda y de derechas… Una artista la señora.
Y, como no
está masterizada, con esto de los
politiqueros con curriculum ampliados
de favor, ella no se iba a quedar atrás, debía entrar en el elenco. Y dijo para
salir en los papeles que, una empresaria le propuso facilitarle que acabara la
carrera universitaria de filosofía que la alcaldesa dejó colgada, y que sería
en un plis plas. ¡Chupao!. Y lo
consiguió: salió en los papeles.
Quién se lo dijo, porqué y para qué, no lo
dice. Una pena, sería interesante que le hubiera tirado de la lengua: qué, ¿conoces a alguien importante en la
Facultad que me lo pueda hacer?; ¿es habitual que se faciliten estas cosas a
nosotros?; ¿cómo se llama?; ¿a quién que conozcamos se lo han arreglado?; ¿qué
me pedirán a cambio? y, ¿tu porqué me ibas a hacer ese favor?… No, no, fue una
anécdota… Ya, Sra. Colau, pero, ¿la
anécdota se la inventó para la ocasión o la empresaria existe y tiene nombre?.
Barcelona a
14 de septiembre del 2018. RRCh.
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