Puede que algunos viendo el emotivo abrazo que se dieron hace
unos días el Sr. Pedro Sánchez con el Sr. Pablo Iglesias, pensaron que íbamos a
tener en breve un gobierno de esos que se llaman progresistas, palabro que se
emplea para que los oyentes interpreten que la cosa va a ir viento en popa, con
puestos de trabajo suficientes y bien pagados, alquileres al alcance de todos,
emancipación efectiva de la mujer, pensiones aseguradas para varias
generaciones futuras, y en general una atención prioritaria a las gentes más
desfavorecidas; algo así como un abordaje a la realidad para tirar al agua
todo lo malo que la desluce. Bueno, igual no sucede. La política hoy
aparentemente se fundamenta en la máxima: ¡que se joda la realidad!, puesto que
la realidad, es decir la situación actual de las cosas, sobre la que parecería
que se debería actuar para en su caso modificarla positivamente, se ha
convertido en un impedimento para la concreción de las ilusiones de los
políticos que nos representan. Por tanto, la forma de ilusionar a las gentes
pasa por negar la realidad: ¡que se joda!
Sanchez e Iglesias cuando se ennoviaron
superando sus desavenencias emocionales dejando atrás esas cosillas para luego solventarlas
con cariño, se les escapó, en ese acercamiento personal ilusionante, que
necesitaban a otros para hacer número y poder ponerse a gobernar. Ese otro ya
hace tiempo que apartó de su mundo a la realidad centrándose exclusivamente en las
ilusiones de una República que habita en sus sueños, o en su argumentario para
calentar los desvaríos de los que le votan soñando. Y la parejita de Pedro y
Pablo han de escuchar y decirle amén a los Rufianes que necesitan volver a conciliar
el lindo sueño que tenían cuando la perturbadora realidad les sobresaltó. Y éstos
se lo ponen fácil a Pedro y Pablo, solo tienen que simular que el Govern de la
autonomía de Cataluña es equiparable al Gobierno de España, y negociar de igual
a igual. Y es lógico: ¿por qué la República de Catalunya va a estar subordinada
al Gobierno de España?; eso sería así si no se hubiera mandado a la mierda a la
realidad. Una vez ambos “Estados soberanos” se sienten a negociar, y el español
pilotado por Sánchez le otorgue a los Rufianes lo que piden, estos le votarán
para que sea presidente de España uno y
vicepresidente el otro, y luego cuando llegue la necesidad de aprobar los
presupuestos generales del Estado, Sánchez
sí o sí tendrá que apoyarles a través del PSC para que los muchachos de
Esquerra Republicana se hagan con el gobierno de la República Catalana, bueno
no, en verdad de la Comunidad de Cataluña, aunque la verdad a ellos les importa
un bledo: y sino a quemar contenedores de basura y cortar autopistas para que
salga en la tele. Mientras tanto la derecha seguirá engordando como Dios manda,
para luego sentirnos víctimas de nuestras idioteces.
Barcelona a 29 de noviembre del 2019. RRCh
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