En su día dijo y se dejó grabar, que si se demostraba que el partido político que él dirigía y dirige, Unión Democrática de Cataluña, había sido financiado ilegalmente, él asumiría la responsabilidad política. Bueno; se demostró. Y se demostró con su expresa confesión. Si se llegó a un acuerdo condenatorio con las acusaciones, fue precisamente porque el Sr. Durán i Lleida aprobó que sus abogados admitieran la responsabilidad civil del partido, derivada de los delitos cometidos por sus entonces dirigentes. Si su partido fuera ajeno a la comisión de tales delitos y del recibimiento de los beneficios económicos de aquellas acciones criminales, lo tuvo fácil con no aceptar el acuerdo, y que se hiciera el juicio y que pecharan con la responsabilidad de devolver los dineros sustraídos, sus autores al margen del partido. Si aceptó el trato es porque tuvo el absoluto convencimiento que con las pruebas aportadas por las acusaciones, tenía prácticamente imposible que su formación Unión Democrática de Cataluña resultara absuelta, o incluso temió que salieran cosas peores en la vista.
El Sr. Durán i Lleida no ha tenido la dignidad de defender su tesis de la inocencia de su partido, y de la inocencia de sus dirigentes entre ellos él como máximo responsable. Optó Don Josep Antoni Durán i Lleida por el camino corto de la infamia, y él y los otros siguen y siguen convencidos que los ciudadanos somos bobos. Y lo que más jode es que igual tienen razón, de momento.
Barcelona a 11 de enero del 2013. RRCH.
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