jueves, 9 de enero de 2014

La Fiscalía y la libertad de Prensa


 

La institución del Ministerio Fiscal según prevé el artículo ciento veinticuatro de la Constitución, tiene por misión promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y el interés público, así como velar por la independencia de los Tribunales procurando ante éstos la satisfacción del interés social. Por el artículo veinte de la misma carta magna nos encontramos con uno de los derechos fundamentales: la libertad de expresión y prensa, impidiéndose cualquier tipo de censura previa. En estos últimos años de crisis económica, gracias a la prensa -y a la escases de dinero efectivo circulante para tapar bocas y oídos-, nos hemos ido enterando cómo se ha ido incrementado la insatisfacción social, al tiempo que se satisfacían indecentemente los intereses de los amigos, familiares y conocidos de nuestro máximos representantes patrios. Éstos, que se llenaban la boca con el amor a la patria y que pronunciaban su nombre alargando la eñe, parece ser que se pasaban a la patria y sus anexos  por el forro de sus cojones despojándola hasta de lo más esencial: su dignidad. El Ministerio Fiscal mientras la cosa sucedía no se enteró de casi nada y frente a lo que pudo enterarse poco hizo. Ahora se ha enterado, como todos, que un tal Sr. Blesa -gran amigo de un tal Sr. Aznar, ex presidentísimo, incansable perseguidor de armas de destrucción masivas y aprendiz retrasado en el uso de lenguas foráneas-, gobernó una de las Cajas de Ahorros más importantes del Reino como si fuera su cortijo, y en tal brillante gestión, con la autoridad emanada de sus compinches, se cruzaba misivas con personalidades muy bien colocadas a dedo, e incluso con el hijo del presidentísimo -que le tocaba la cresta recordándole favores de padre, motivándole para que se dejara de remilgos y soltara la mosca si no quería que su viejo estuviera afligido-. Todo esto naturalmente lo hizo el Sr. Blesa con sus amiguetes desde la más sacrosanta intimidad que le daba el sistema informático de su cortijo. Sus comentarios y decisiones se confunden en sus formas y contenidos con las propias de cualquier organización criminal agavillada para el despojo de lo ajeno, diferenciándose, si acaso, en el sentimiento de impunidad que derramaban. Estos contenidos obscenos, despreciable y vergonzantes, al Ministerio Fiscal y al parecer tampoco a los Tribunales de Justicia no le hacen ni cosquillas; pero como tales denuncias producidas en los medios de comunicación atentan contra la intimidad del Sr. Blesa, el Fiscal quiere investigarlo para satisfacer al ciudadano  Blesa ante unos periodistas descamisados que le han dejado  desnudo con los pendejos alborotados. Supongo que no habrá más remedio que instaurar la censura previa, para evitar estos desmanes, no puede ser que tan excelentísimas personalidades queden con el culo cagado y al aire; ello, naturalmente para satisfacción del interés social. Tapémosle. Se trata pues de identificar a estos desaprensivos bocazas y empurarlos como al juez que se le ocurrió meterle preso; peor aún si la información es veraz. Podría ser un bien, sustituir la fiscalía anticorrupción ya que está desactivada, por otra más efectiva: la FELICITAD (Fiscalía Especial para  Liberar Ilícitos Cometidos Intentando Tapar  a Amiguetes Descubiertos)

 Barcelona a 9 de enero del 2014. RRCH

No hay comentarios:

Publicar un comentario